Una declaración pública firmaron organizaciones, comunidades, municipios, parlamentarios y ex convencionales por la detención de la destrucción de formaciones xerofíticas que son vegetales autóctonos en zonas áridas y semiáridas que abarcan entre las regiones de Arica y del Maule. Estas, a través de la autorización de los Planes de Trabajo de Conaf, son cortadas, destruídas o descepadas (arranque de raíz) en absoluta discrepancia al “objetivo de protección y recuperación forestal de la Ley 20.283”, acusan y añaden que ello “tampoco considera la protección de los suelos, las aguas, y de la biodiversidad de estos ecosistemas”.
En la misiva se denuncia que “desde el 2012, las disposiciones del Reglamento de Suelos, Aguas y Humedales (artículos 6 y 71 ) aplicables a los Planes de Trabajo, relacionadas al grado de pendientes y erosión de los terrenos, no rigen para proyectos de descepado de formaciones xerofíticas, cuya finalidad declarada sea establecer una cobertura superior a la intervenida, como es el caso de las plantaciones frutales”.
Además se señala que desde el mismo año “no existe la obligación para los titulares de los Planes de Trabajo de reforestar la superficie afectada, originalmente exigida bajo el Reglamento General de la Ley de Bosque Nativo“.
En el documento señalan que “entre mayo de 2009 y marzo de 2022 se vieron afectadas 16 mil 677 hectáreas por la aprobación de 913 Planes de Trabajo, cifra que puede ser mayor debido a la eliminación ilegal de Formaciones Xerofíticas o bien a intervenciones realizadas sin necesidad de Planes de Trabajo por no reunirse todas las condiciones exigidas para su presentación”.
“Las autorizaciones favorecieron a la industria minera, la construcción de plantas solares y la habilitación de terrenos para establecimiento de frutales, siendo las regiones de Atacama, Coquimbo, y Valparaíso las más afectadas“, añaden.
La gravedad del hecho radica en que las formaciones xerofíticas “constituyen la máxima expresión de la vegetación natural adaptada a prolongados períodos de sequía y alta radiación solar, y se encuentran protegidas en la Ley 20.283 sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal del año 2008”, sostienen. Pese a ello y a la escasez hídrica por la que cruza la región de Valparaíso, “entre 2009 y 2022 más de mil 600 hectáreas de formaciones xerofíticas han sido intervenidas mediante Planes de Trabajo para la plantación de paltos y cítricos”, acusan.
Sumado a todo, advierten que las cifras de intervención sobre las formaciones pueden ser incluso superiores, dado lo restrictivo del concepto de formación xerofítica en la Ley, que solo reconoce a las especies contempladas en el D.S. N° 68/2009 del Minagri.
Por tanto, solicitan “modificar y actualizar el D.S. 68/2009 del Ministerio de Agricultura, permitiendo la incorporación de un mayor número de especies de zonas áridas y semiáridas; que Conaf erradique sin dilaciones la práctica de eliminación y corta de las formaciones xerofíticas. La intervención de estas formaciones vegetacionales debe estar acorde con el objetivo de la Ley 20.283; y modificar y actualizar la Ley 20.283 acorde al escenario actual de sequía, desertificación y cambio climático”.
“El modelo agroexportador destruye nuestros cerros, eliminando la flora y fauna nativas para reemplazarlas por cultivos agrícolas”, sostienen, llamando al Estado a terminar con la destrucción de estas especies por “el equilibrio de los ecosistemas, por nuestro derecho a vivir en un ambiente sano y libre de contaminación y por lo que le heredaremos a las generaciones futuras”.
Como antecedente dieron cuenta de que “en 2020 la Contraloría se pronunció en relación a los llamados “Planes de manejo de corta de bosques nativos para habilitación de terrenos con fines agrícolas”, señalando que resulta incompatible autorizar un plan de manejo de esas características por cuanto no cumpliría con el objeto de proteger, recuperar y mejorar el bosque nativo para asegurar la sustentabilidad forestal y la política ambiental”.