El próximo lunes el ministro de Economía, Nicolás Grau, terminará su visita a Europa donde se reunió con distintas empresas e inversionistas a quienes “busca vender el potencial de su hidrógeno verde”. Así lo destaca la agencia de noticias AFP, que conversó con el personero sobre la gira que realiza para captar inversionistas europeos en un contexto de crisis energética. Este es el punto central de la estrategia energética del Gobierno, que a juicio de algunas organizaciones no es más que la continuidad de un plan diseñado por la administración de Sebastián Piñera, “a la medida de las transnacionales y sin la opinión, y mucho menos la participación, de la sociedad civil”. Política que ha recibido fuertes cuestionamientos del Observatorio de Conflictos Ambientales, OLCA, por la “inercia” con que el actual gobierno está actuando, como lo destaca su director, Lucio Cuenca.
Según Grau, “Chile tiene una condición muy favorable para la energía fotovoltaica en el norte y energía eólica en el sur. Eso hace que existan predicciones respecto a la posibilidad de que Chile tenga el hidrógeno verde más barato de aquí al 2030”, destaca AFP.
En efecto, dentro de América Latina, Chile es el país que más ha desarrollado las llamadas “energías verdes”. Hace pocos días, siempre en la línea de impulsar esta política, el ministro de Energía, Diego Pardow, se reunió con el comité ejecutivo de Generadoras de Chile, que agrupa a las empresas AES, EDF, Enel, Engie, Generadora Metropolitana, Grupo Cerro, Guacolda Energía, LAP y Pacific Hydro, que en el mes de agosto anunciaron una inversión potencial de USD 23 mil millones en proyectos eólicos, solares, almacenamiento e hidrógeno verde para los próximos cinco años.
El presidente ejecutivo del gremio, Claudio Seebach expresó que “las empresas generadoras están liderando la transición energética mediante la inversión efectiva en energías renovables solar, eólica, almacenamiento e hidrógeno verde, siendo el aporte más concreto y sustantivo para el cumplimiento de la meta país de lograr la carbono neutralidad a 2050, ratificado en la Ley Marco de Cambio Climático”.
Para conocer sobre el hidrógeno verde, su impacto en las comunidades y la estrategia para impulsar una política de Estado que contribuya al desarrollo y al cambio de la matriz energética del país, conversamos con el director de OLCA, Lucio Cuenca, quien cuestionó el diseño implementado por el gobierno de Sebastián Piñera, en plena pandemia y con la asesoría de la consultora transnacional, McKinsey & Company, empresa que según Cuenca, es cuestionada por sus métodos, sin estudios científicos y basado principalmente en propaganda política.
Matriz energética
“Nosotros lo hemos dicho públicamente, vemos que acá hay una inercia”, señala Cuenca quien explicó que “hay una estrategia que se declaró a fines del 2020 por el gobierno de Piñera y eso fue recogido de manera muy general en el programa de la actual gobierno. Pero ya instalado el gobierno (de Boric) no ha habido ninguna revisión de cómo lo hemos solicitado organizaciones de la sociedad civil. O sea, por ejemplo que por la escala, por la dimensión de este plan del hidrógeno verde se haga una evaluación ambiental estratégica. Ese uso es un instrumento que está en la legislación ambiental de Chile y que justamente, corresponde que se aplique cuando existen estos planes que van a afectar al conjunto del territorio, porque se pueden desarrollar en cualquier lugar donde exista energía renovable. Sin embargo, el gobierno lo que hizo fue constituir un comité interministerial, para potenciar aún más la estrategia de hidrógeno verde. Por lo tanto no han tenido oídos para las voces que venimos planteando que este tema hay que revisarlo”.
El dirigente ambientalista afirmó que no se trata de un problema tecnológico, ya que el hidrógeno verde efectivamente nos puede traer soluciones desde el punto de vista de una transición donde se deje de emitir hidrocarburos. “El problema es que crece y crece la generación de energía eléctrica para producir hidrógeno verde, pero no para el recambio de la matriz energética y que dejemos de usar carbón para las termoeléctricas o diesel para los camiones para el transporte para la minería para la generación de energía”, indicó.
A su juicio, “la prioridad del hidrógeno verde lamentablemente está puesta en la exportación y Chile no va a tener hidrógeno verde, porque es muy caro y por lo tanto, en el fondo de llegar a tener hidrógeno verde para su uso interno va a ser un rebote de la estrategia global, que están empujando las grandes trasnacionales. Entonces creemos que el Gobierno tiene que revisar la estrategia del hidrógeno verde”.
Por ello, Cuenca afirmó que se debe evaluar “desde el punto de vista ambiental, territorial y social, ya que llenar de proyectos eólicos o fotovoltaicos todos los territorios, no es sinónimo de que estamos enfrentando o que estamos impulsando una transición para Chile. Eso es lo que nos preocupa que efectivamente exista una política y medidas en función de la transición de nuestro país y eso elude la estrategia del hidrógeno verde, porque no aporta directamente esa estrategia, por la prioridad de la exportación”.
“Nos preocupa que se dé esta inercia donde mecánicamente se adopta lo que viene del gobierno de Piñera con mucha participación de las empresas generadoras. Nosotros sacamos recientemente un informe donde mostramos que son las mismas empresas transnacionales que actualmente están operando en Chile y que tienen el monopolio de la energía en nuestro país, las que están subidas a la estrategia del hidrógeno verde, más otras compañías que sean formados en el último tiempo nivel global para empujar esta estrategia en particular”, expresó el dirigente ambientalista.
Cuenca firmó que es necesario democratizar el debate sobre este tipo de planes y que se pongan en función de una estrategia de transición frente a la crisis climática, pero que considere las realidades locales, porque cuando se habla de hidrógeno verde “se está hablando de miles de hectáreas para el uso de energía eólica y fotovoltaica, cuando se está hablando de una presión muy grande a todos los sistemas hídricos”.
Explicó que en el desarrollo de esta actividad, se invisibiliza cómo se produce el hidrógeno verde y eso “necesita agua, necesita energía eléctrica y en algunos casos desalinización de agua de mar. Se necesita ocupación de territorio a gran escala sobre todo cuando sean proyectos eólicos y fotovoltaicos para generar este tipo de negocio que justifique su viabilidad económica a nivel global. Entonces hay antecedentes y estudios suficientes para hacerse otras preguntas respecto de dónde está orientada esta estrategia del hidrógeno verde y ajustar en función de los intereses internos y no de los intereses prioritarios de la exportación”.
McKinsey & Company
En el desarrollo de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde durante el gobierno de Sebastián Piñera, la consultora transnacional McKinsey & Company que opera en Chile desde 1997, jugó un rol fundamental.
“Para el desarrollo del hidrógeno verde en Chile, el gobierno de Sebastián Piñera se ha aliado con empresas denunciadas en diversos países como causantes de graves afectaciones sociales y ambientales. Dentro de estas destaca McKinsey & Company, la consultora transnacional de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde de Piñera, compañía vinculada al negocio de las emisiones de carbono y otras falsas soluciones, además de apoyo a gobiernos autoritarios y causas de corrupción. Ante este lado oscuro de la estrategia de hidrógeno verde, es necesario que el nuevo gobierno no siga su inercia y, a nivel más general, que se comprometa a una agenda abierta al debate del conjunto de la población para discutir una transición energética que no sea a costa de los territorios”, destaca OLCA en su portal (https://olca.cl/articulo/nota.php?id=109138).
Lucio Cuenta señaló que cuando solicitaron los antecedentes al ministerio de Energía sobre la implementación de la estrategia nacional “nos encontramos con que el principal asesor impulsor de la estrategia que se está compañía gestora internacional, McKinsey & Company, que lo ha hecho en distintos países, pero también es una compañía de comunicaciones estratégicas que va más allá de las comunicaciones estratégicas en función de empujar actividades extractivas en muchos casos, que está vinculada muchas actividades irregulares o ilegales en otros países”.
De hecho aparece, agregó, “vinculada a varios estudios de países donde luego aparece el impulso del hidrógeno verde o con prioridad de los gobiernos que es el caso de Chile. Ahí descubrimos que las asesorías técnicas de McKinsey & Company son prácticamente propaganda del hidrógeno verde. No hay estudios científicos que estén avalando estas asesorías. Nos entregaron un estudio, que es prácticamente un PowerPoint de información sintetizada, pero no se sabe cuál es su origen, donde ellos manifiestan las bondades que esto tendría y las oportunidades que esto significaría para Chile en el contexto de su inserción global. También recogimos la información de todo el procedimiento que hizo el ministerio para formular la estrategia donde se habla que se habían constituido mesas y procedimientos de consultas, que para el caso de la sociedad civil no existieron. Ellos declaran y registran sólo reuniones con partes interesadas con una participación masiva de las empresas energéticas, con una participación mediana de ciertos sectores académicos que están embarcado también en este tipo de actividad, pero con una fuerte presencia de organismos del gobierno anterior y no hubo participación de la sociedad civil, no hubo una consulta pública para que nos enteráramos por un lado, pero también que tuviéramos la posibilidad de emitirnos nuestras opiniones. Por lo tanto, para nosotros la estrategia tiene una grave deficiencia de legitimidad”.
Ante esta situación, Cuenca afirmó que pidieron al gobierno del Presidente Boric que revise la estrategia de hidrógeno verde. “Lamentablemente se ha dado esta inercia, donde se le da continuidad y todo lo contrario, se comienza a implementar de manera muy activa la estrategia formando este comité interministerial, se anuncia en una conferencia de prensa en La Moneda, donde participan 10 ministerios en esa conferencia de prensa, demostrando una prioridad y demostrando un fuerte interés del gobierno de empujar esta política”.
El dirigente de OLCA, precisó que “nos parece que eso es un error que debiera ser revisado a la luz de que a lo menos, junto con hacer consultas, debiera hacerse una evaluación estratégica de lo que significa empujar este plan y estrategia del hidrógeno verde que involucra al conjunto del territorio nacional. Vamos a seguir bregando en esa línea, pero claramente para nosotros la estrategia tiene un problema de legitimidad por la manera en que se construyó, por los actores que participaron tanto McKinsey & Company, como la masiva intervención de las empresas que tienen intereses en el negocio energético la mayoría de ellas empresas transnacionales”.
Qué es el hidrógeno verde
A la luz de estos antecedentes, es necesario conocer qué es el hidrógeno verde, cuáles son sus usos y sí efectivamente es una energía “verde” “limpia” o “renovable”, como esta instalado.
La verdad es que hablamos, según explicó Cuenca, de un componente que existe en la naturaleza, pero que no existe como un elemento por sí solo, sino que siempre está enlazado con otros compuestos químicos. Para obtenerlo y transformarlo en un energético, en este caso en un vector energético, se necesita someter en este caso el agua a un proceso electroquímico para separar la molécula de agua y aislar el hidrógeno y luego, “transformarlo en un elemento que luego puede ser usado como energía en distintas formulaciones, tanto como hidrógeno verde y también a partir de algunos derivados de estos que son el amoníaco, el metanol y derivados del metanol, los que se denominan combustibles sintéticos. Entonces tiene una flexible posibilidad de uso y también de transporte”.
Es decir, “para tener hidrógeno se necesita agua, agua desmineralizada o sea, no es suficiente que sea agua dulce, sino que si tiene que ser desmineralizada y se necesita energía y para que sea hidrógeno verde, porque el hidrógeno también se obtiene a través de otras tecnologías a partir del uso de hidrocarburos por ejemplo, se requiere energía eléctrica generada a partir de energía limpia, renovable”, precisó el dirigente.
Agregó que “por cada kilo de hidrógeno se usan 10 litros de agua dulce desmineralizados y eso requiere de mucha energía. Entonces esto es una paradoja porque para generar energético que pueda ser transportado a otras latitudes del mundo, se produce energía a partir de energía renovable y luego esa energía se aplica en un proceso electroquímico para obtener este vector energético que luego se traslada a otros parajes del mundo donde se ha definido esto como uno de los elementos centrales de la transición energética a propósito de la crisis climática”.
La contaminación del hidrógeno verde
El experto en el tema afirmó que lo primero que hay que preguntarse en función de qué transición está este tipo de vector energético, porque se nos presenta como que el hidrógeno verde pasa a ser un elemento central de la descarbonización y la transición energética para Chile. Y
“La verdad es que la estrategia del hidrógeno verde diseñada en el gobierno de Piñera está en función de la exportación. Incluso en varias oportunidades el presidente Piñera lo mencionó, dijo vamos a producir hidrógeno verde, vamos hacer el país con los costos más bajos de producción de hidrógeno verde para ingresar al mercado internacional y transformarnos en una “potencia de hidrógeno” actividad que podría ser más importante que la minería para el caso de Chile. Entonces una actividad pensada desde su origen y por las características de su producción, en una actividad exportadora”, precisó Cuenca.
El problema de esto es que para llegar a ese nivel, Chile tiene que tener un rol relevante en el mercado internacional, “tiene que ser a una escala gigantesca que supera ampliamente las necesidades de Chile e incluso de Latinoamérica. Por una cuestión de economía de escala se necesita que sea una producción extremadamente grande, para que se justifique económicamente y poder colocar este energético en los mercados particularmente de Asia y de Europa, en particular de Alemania y otras grandes potencias”, indicó.
Para alcanzar esos niveles, el país “necesita mucha agua y mucha energía producida por paneles fotovoltaicos, por energía eólica, significa impactos a nivel local que van a profundizar la situación que ya tenemos particularmente la crisis hídrica que estamos viviendo hace años y que tiene a más de la mitad de las comunas del país declaradas con escasez hídrica, con muchos ríos desaparecidos o sea, con una situación hídrica extremadamente grave”, indicó el dirigente, quien precisó que además, Chile es uno de los países más vulnerables a las condiciones de la crssis climática.
De ahí entonces este cuestionamiento a la estrategia de producir hidrógeno a partir de energía renovable que genera amplios impactos territoriales, como la ocurre en Antofagasta, Magallanes, y también en el Bíobio con el desarrollo de algunos proyectos, que implica la entrega de terrenos fiscales a empresas privadas por parte de Bienes Nacionales.
Impacto en las comunidades
De acuerdo al registro de OLCA, existen antecedentes sobre el impacto que los proyectos fotovoltaicos y eólicos que están teniendo conflicto con las comunidades locales, como en las regiones del Bíobio, La Araucanía, sectores de Mulchén y Los Ángeles con el desarrollo de molinos eólicos. “A pesar de que se dice que estos molinos eólicos son compatibles con otras actividades como la agricultura y con la vida de la gente, lo que ocurre en realidad es que se está invisibilizando los impactos tienen que ver con que estas estructuras gigantescas que se están instalando cerca de las casas de la gente, se está construyendo infraestructura que modifica las condiciones de vida de estos territorios”, denunció Cuenca.
En ese sentido, dio cuenta del conflicto generado por la empresa Aes Gener que modificó toda de la infraestructura vial de una zona agrícola que hizo que se inundaran los predios con siembra de maíz y trigo de varias comunidades de la zona y “la empresa no ha respondido frente a la inundación que produjo producto de la modificación de los caminos para que puedan circular, y caminos que permanecen luego del funcionamiento de los proyectos. Además, está el tema por ejemplo del ruido que producen estos aerogeneradores, es decir hay una serie de impactos por la cercanía, por el tipo de infraestructura que se construye que afecta a la comunidad local y eso hoy día los otros los hemos ido registrando distintos conflictos particularmente en este caso con los proyectos eólicos de la región del Bíobio y en la región de La Araucanía”.
En relación a los campos de fotovoltaico, indicó que “se están instalando en terrenos que tradicionalmente se han dedicado a la agricultura o son terrenos que tienen biodiversidad, pero para poder instalar estos paneles solares tienen que sacar toda la flora nativa y por lo tanto, generar un descampado que les permita colocar estos paneles fotovoltaico para producir electricidad”.
Cuenca afirmó que ya se han registrado varios conflictos acá en la zona del Aconcagua, en de San Felipe y Los Andes y más al norte también donde masivamente han entrado estos proyectos.
“Hay que considerar que Chile tiene una capacidad instalada, sobredimensionada. O sea, hoy día Chile tiene un excedente de producción de electricidad y eso se ha hecho en función de esta estrategia. La energía renovable que se está produciendo en Chile, claro alcanzan los porcentajes más altos que existen en latinoamérica, y hoy día nos damos cuenta que están en función de la estrategia del hidrógeno verde, no necesariamente de una estrategia de descarbonización de la matriz energética de nuestro país. Lo otro que hay que considerar es que hay proyectos como por ejemplo el proyecto de Punta Arenas que no genera directamente hidrógeno verde”.
Sobre este punto, explicó hoy no existe ningún proyecto de hidrógeno verde funcionando, la mayoría son prototipos de proyectos e inversiones anunciadas y lo único más avanzado es el proyecto Haru Oni que es un proyecto piloto bastante grande que no va a producir hidrógeno verde, sino que va a producir lo que se denomina combustible sintético, eco gasolina, que usa como insumo el hidrógeno verde, pero esa eco gasolina se va a llevar a Europa para quemarla en motores de combustión tradicional, principalmente en los autos Porsche.
Hay otro proyecto en el norte que es para producir amoniaco que se usa para fabricar explosivos para la minería o sea, acá no estamos hablando sólo de proyectos qué generan energía directamente a partir del hidrógeno verde, sino que también otros derivados que se producen a partir del hidrógeno verde pero que tienen otros usos, no directamente energéticos para reemplazar el uso de combustibles fósiles, indicó Cuenca.
Por ello, puntualizó que “hay muchas incertidumbres, muchas dudas y una estrategia que no ha sido discutida, no se ha debatido públicamente, es decir esta estrategia se ideó, se impuso y se aprobó en tiempo de pandemia. Acá no hubo consulta pública para una estrategia que involucra a todo el país, no hay una evaluación ambiental estratégica. Por ejemplo para que se evalué esta estrategia a partir de los distintos instrumentos de ordenamiento territorial, de planes de desarrollo de las regiones, de la comuna, de las áreas protegidas, de los pueblos indígenas. Es decir, se empuja una estrategia sin que se mida previamente cuáles son los reales impactos y cómo se inserta en cada uno de los territorios donde ya existen previamente complicaciones, como la falta de agua”.