Una fuerte explosión producida por un camión bomba ha provocado importantes daños este sábado al puente de Kerch, el único que une la península de Crimea con Rusia. El ataque, reivindicado por Ucrania, provocó daños en la vía férrea e hizo que parte de la carretera cayera al mar, impidiendo los desplazamientos.
Luego de ocurrido el ataque, Rusia señaló no saber cuándo podría restablecerse la conexión terrestre hacia Crimea, por lo que se ha determinado un racionamiento preventivo. A su vez, un portavoz del Ejército ucraniano ha dicho que esta acción es solo el comienzo de una ofensiva de su país en contra de las posiciones enemigas.
Se debe destacar que para Rusia, que anexó Crimea en 2014, es muy importante el puente de Kerch no solo por la comunicación con Crimea, sino porque esa carretera es muy importante en el traslado de equipos militares vía terrestre. Esta obra había sido inaugurada en 2019 y es considerada uno de los puentes más largos del mundo. Es por esta razón que las Fuerzas Armadas ucranianas han reaccionado con júbilo ante el éxito de la misión.
Desde el inicio de la guerra, el Kremlin y el ministerio de Defensa ruso han insistido, en varias ocasiones, que un ataque contra el puente de Crimea sería una línea roja que no quedaría sin respuesta. En esa línea, Andrey Gurulev, integrante del Comité de Defensa de la cámara baja del parlamento ruso, señaló que “ciertamente necesitamos una respuesta contundente, la daremos (…) Nuestro Comandante Supremo sabe cómo tomar decisiones fuertes y equilibradas, lo hará”.
En una primera reacción a estos hechos, analistas coinciden en que esta acción supone un escalamiento del conflicto debido a la importancia logística y simbólica que Rusia le asigna a esta magna obra de infraestructura, por lo que la Guerra podría tener en los próximos días una deriva cuyo alcance no es posible de prever.