La República Islámica de Irán es escenario de una ola de manifestaciones desde el 16 de septiembre, luego de la muerte de Mahsa Amini, una mujer kurda iraní de 22 años que falleció tres días después de haber sido detenida en Teherán.
Amini fue aprehendida por la “Gasht-e-Ershad”, más conocida como la policía de la moral, que le reprochaba haber infringido el estricto código de vestimenta en dicho país.
La situación dio pie a movilizaciones que se propagaron por el resto del mundo y ya llevan siete semanas. En este contexto hubo una convocatoria para este sábado en Chile, específicamente en el frontis de la Biblioteca Nacional, donde participaron iraníes residentes en nuestro país y otros movimientos como la Coordinadora Feminista 8M.
“Hoy, repetimos una vez más en este día 29 de octubre, que los gobiernos occidentales tienen el deber de actuar sin demora”, se lee en una declaración pública relativa a la protesta.
El texto advirtió que “la gente de Irán no depende de las decisiones de los gobiernos extranjeros, sino en sus propias amargas experiencias de los últimos cuarenta años para determinar su propio destino a través del liderazgo valiente de las mujeres y jóvenes iraníes hasta que su nación alcanza la libertad y la justicia”.
Las protestas desencadenadas por el fallecimiento de la joven han dejado hasta ahora al menos 160 muertos, incluyendo una veintena de menores. Así lo informó la ONG Iran Human Rights (IHR), radicada en Oslo, Noruega.
