Quedando relegado el Covid-19 en un segundo plano, expertos del área de la salud se mantienen alerta debido al alza en la presencia de virus respiratorios, cuya circulación a estas alturas del año se encontrarían fuera de temporada por tratarse de afecciones típicas del invierno.
Según recogió El Mercurio, el Instituto de Salud Pública (ISP) informó que estas últimas semanas uno de los virus que se han detectado con mayor frecuencia es el de la influenza A, llegando al 67% y afectando principalmente a niños entre 5 y 14 años. Le sigue la parainfluenza (10,7%), adenovirus (7,7%), SARS-CoV-2 (7,2%), metapneumovirus (4,9%) y virus respiratorio sincicial o VSR (2,6%).
De este modo, la circulación de estos virus respiratorios, salvo el Covid-19 y el virus sincicial, alcanzaron su peak en los últimos 10 años.
Sin embargo, este fenómeno lejos de estar circunscrito al panorama nacional, también ha alcanzado a países tales como Argentina, Uruguay, Brasil y Estados Unidos, en el que, incluso, especialistas apuntan a una “tripledemia”.
De acuerdo a la BBC, basado en datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señala que entre las enfermedades que predominan en estos territorios se encuentran la influenza A, el virus respiratorio sincicial y el Covid-19.
La infectóloga de la Universidad de Chile, Claudia Cortés, sostuvo que “estamos frente a un fenómeno que es nuevo, que está ocurriendo en todo el mundo, que los virus que son estacionales y que normalmente tienen períodos bastante definidos, como es la influenza, que habitualmente es como en junio, julio, o el virus respiratorio sincicial, están buscando un nuevo nicho ecológico”.
Esto porque para Cortés “el SARS-CoV-2 vino a ocupar un espacio, por lo tanto, ha desplazado los virus y no sabemos bien lo que va a pasar porque esto es algo que no depende de las políticas sanitarias de ningún país, es cómo se están comportando los virus y cómo cada uno de ellos está encontrando su nuevo nicho en esta ecología viral”.
El decano de la Facultad de Ciencias y Medicina de la Universidad San Sebastián, Carlos Pérez, comentó que uno de los factores que también podrían explicar este aumento dice relación con el relajamiento de las restricciones sanitarias, como el uso de la mascarilla, y de la vacunación contra la influenza.
Sobre este último punto, planteó que “normalmente todos los años teníamos campaña de vacunación contra influenza A, que estaban dirigidas a los grupos de mayor riesgo, pero también un alto número de la población que no estaba en esos grupos de riesgo recibía la vacuna, sea por iniciativa propia o porque sus lugares de estudio o de trabajo los estimulaban a vacunarse, cosa que este año fue evidentemente menor al igual que toda la pandemia”.
En todo caso, el también infectólogo de la Clínica de la Universidad de Los Andes mencionó que dentro de los próximos meses “lo más probable es que ya volvamos a una situación más parecida a un año normal”, agregando que “no hay evidencia de que el virus de influenza circulante sea distinto de lo que ha circulado en años anteriores en términos de agresividad”.
El infectólogo de la Clínica Las Condes, Rodrigo Blamey, expresó que, si bien la mayoría de los casos de infección por virus respiratorios estacionales suelen ser leves, llamó a la población a estar alerta a los síntomas para evitar una evolución más grave de la enfermedad.
En esa línea, dijo que “los cuadros respiratorios febriles agudos por estos virus habitualmente duran 2 o 3 días, en que los síntomas son dolor corporal, cefalea, mialgia y fiebre, pero después el cuadro suele remitir y el paciente persiste un poco con tos o con secreción nasal. La preocupación tiene que ser si es que la fiebre alta persiste más allá de 2 a 3 días y si hay dificultad respiratoria. Si a la persona le falta el aire tiene que consultar al médico y esto es válido especialmente para personas mayores, con enfermedades crónicas, como insuficiencia cardíaca, afectaciones pulmonares; enfermos cirróticos o renales e inmunosuprimidos, a ellos hay que poner atención”.