El presidente Lula destituye al jefe del ejército, con su partida van más de 85 militares despedidos

A dos semanas del ataque contra el "triángulo del poder" en Brasilia llevado a cabo los seguidores de Jair Bolsonaro, Lula muestra su decisión de limpiar las fuerzas armadas de los elementos involucrados en el intento de golpe contra su presidencia.
  • RFI
  • 22-01-2023

A dos semanas del ataque contra el "triángulo del poder" en Brasilia llevado a cabo los seguidores de Jair Bolsonaro, Lula muestra su decisión de limpiar las fuerzas armadas de los elementos involucrados en el intento de golpe contra su presidencia.

Julio Cesar de Arruda duró en su cargo menos de un mes. Nombrado comandante interino del ejército de tierra el pasado 30 de diciembre, fue destituido de su cargo la noche del sábado por el presidente Lula da Silva. De Arruda es el 86 militar destituido desde que el mandatario brasileño asumió su cargo el 1° de enero. La importancia de la medida radica en que se trata del militar de más alto grado.

El miércoles 18, en entrevista a la televisión O Globo, el presidente Lula denunció abiertamente la actitud de varios sectores de las fuerzas armadas durante el asalto a las instalaciones del Congreso, el Palacio de Planalto (la casa presidencial) y la Corte Suprema, en Brasilia, el 8 de enero por seguidores del ex presidente de ultra derecha Jair Bolsonaro, quien actualmente radica en Florida. “Todos los que participaron en los actos golpistas serán castigados. ¡Todos! ¡Poco importa su grado!, advirtió el presidente.

Dos días después, el 20 de enero, los militares que conducen los tres cuerpos de las fuerzas armadas brasileñas sostuvieron una reunión con el presidente Lula y todo parecía encarrilado hacia una reconciliación entre el gobierno y las fuerzas armadas. La noche del sábado 21 se conoció el remplazo de Cesar de Arruda, remplazado inmediatamente por el comandante Tomas Ribeiro Paiva, quien conduce las fuerzas armadas en el sudeste del país desde el 2021.

El ministro de la Defensa, José Mucio, reconoció el sábado que hay “una fractura de confianza entre el gobierno y el ejército de tierra”. El comportamiento de ese cuerpo del ejército antes, durante y después del asalto del 8 de enero, plantea muchas dudas, entre otras el por qué las fuerzas armadas dejaron instalar campamentos de los bolsonaristas alrededor del “triángulo del poder” en Brasilia.  Por qué fueron tan displicentes con los manifestantes el día del asalto.

La investigación sobre esos hechos sigue abierta. Llama la atención es que la renuncia de Arruda haya sido ordenada antes que concluyan esas investigaciones.

Más de 80 militares han sido destituidos desde el 8 de enero, la mayoría, de acuerdo con el sitio de información Metrópolis, trabajaban en la presidencia de Brasil. El Despacho de Seguridad Institucional (GSI) está en la mira de la nueva presidencia.

Lula da Silva viajará este domingo a Argentina para encontrarse el lunes con su par Alberto Fernández.





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