Macarena Sáez de Human Rights Watch: "La única manera que tenemos para construir sociedad es que la reinserción social sea verdadera"

La directora ejecutiva de la División de Derechos de Mujeres de Human Rights Watch se refirió a la situación de los derechos humanos en nuestro país, en especial respecto de los derechos reproductivos y de la población carcelaria.

La directora ejecutiva de la División de Derechos de Mujeres de Human Rights Watch se refirió a la situación de los derechos humanos en nuestro país, en especial respecto de los derechos reproductivos y de la población carcelaria.

En conversación con la primera edición de Radioanálisis, la directora ejecutiva de la División de Derechos de Mujeres de Human Rights Watch, Macarena Sáez, se refirió a los balances y desafíos en materia de género para Chile y el mundo.

Consultada por el director de Radio Universidad de Chile, Patricio López, respecto de cómo percibe a Chile comparativamente con el resto del mundo, la representante sostuvo que “Chile en algunos aspectos no está tan mal. Hay algunos temas que nos preocupan mucho donde efectivamente hay problemas serios”.

En esa línea, la directiva de HRW señaló que “de partida hay que pensar que las mujeres no están bien en ninguna parte del mundo. Hay gradualidades en la seriedad de los problemas. Chile tiene hoy un Gobierno que se autodenomina feminista, que entiende las políticas de transversalizar la mirada, pero sí hay algunos problemas complejos como la alta incidencia de población femenina carcelaria que es de las más altas de Latinoamérica; Otro problema tiene que ver con el cumplimiento de la ley de aborto en tres causales que tiene una regulación de objeción de conciencia que venía relativamente mal y que con la sentencia del Tribunal Constitucional la objeción de conciencia sea una de las peores del mundo“.

La directora ejecutiva de la División de Derechos de Mujeres de HRW agregó que “el problema es que como está regulado en Chile hoy no es una objeción de conciencia sino que una objeción por conveniencia. Es tan fácil objetar que se puede hacer cualquier cosa y el costo de objetar es muy bajo”.

Respecto de la interpretación que se hace de los debates en torno a los derechos reproductivos como “temas valóricos”, Macarena Sáez, explicó que “siempre hay una colisión de intereses y de derechos. En el mundo ideal nunca tú tienes alguien que tiene un derecho que no puede ser tocado por nada. De hecho el único derecho que realmente es absoluto, en mi opinión, es el derecho a no ser torturado, todos los demás siempre tienen alguna excepción”.

En ese sentido, la representante de HRW añadió que “la objeción de conciencia, en cierta medida y en cierta circunstancia es la manifestación de un derecho humano que es la libertad religiosa, pero como derecho humano la libertad religiosa tiene que ser interpretado de manera muy restrictiva, entonces, no tenemos por qué vivir en un espacio donde tenemos que elegir entre uno y otro, muchos sistemas en el mundo han sido capaces de compatibilizar distintos derechos”.

“El problema no es tanto que uno tenga que negar completamente la posibilidad de la libertad religiosa, sino que se haga de una manera respetuosa y excepcional de modo que se garantice el derecho a la autonomía, una vida libre de violencia, el derecho a la integridad, el derecho a la salud y eso es posible”, recalcó Macarena Sáez.

Respecto de la situación de las mujeres privadas de libertad, la representante de HRW señaló que “el problema acá es que aún cuando son una minoría de la población carcelaria, es una población carcelaria que va en aumento y eso nos tiene que preocupar mucho. Además, las cárceles están construidas pensando en una población carcelaria que es masculina, entonces, no tienen la infraestructura para poder dar los servicios necesarios a las mujeres”.

La experta añadió que “cuando tú privas a una persona de libertad no solo afectas a la persona, sino que también al núcleo familiar y cuando se priva de libertad a una mujer el impacto en el núcleo familiar es más alto. La mayoría de las mujeres privadas de libertad en el mundo son ya madres y son generalmente mujeres que son las únicas cuidadoras de los dependientes que tienen y ahí se produce un problema a largo plazo respecto de esos niños y niñas y su desarrollo”.

Otro punto que destacó Macarena Sáez es que “los programas de reinserción social son diferenciados entre hombres y mujeres, entonces, los programas enfocados a los hombres son para hacer talleres para que luego cuando salgan en libertad tengan mayor capacidad de ingreso económico, en cambio con las mujeres hay una idea estereotipada de lo que las mujeres deberían aprender“.

Respecto de las dificultades de poder llevar estas agendas con el discurso mediático que existe en torno a la delincuencia y su castigo, Macarena Sáez señaló que “es problemático cuando la solución a un problema pasa por generar otro problema mayor porque muchas veces esto puede tener un impacto mediático favorable, pero es muy de corto plazo y a largo plazo hay que ocuparse cuando tú estás masivamente metiendo gente a la cárcel y la dejas en condiciones muy miserables”.

Por lo mismo, la representante de HRW recordó que “la razón por la cual la construcción de los derechos humanos se ha vuelto tan importante no es por una imposición política, sino porque hay un consenso a nivel de distintos países donde toda persona tiene derecho a un debido proceso, a la integridad física y cuando tienes una sanción como la privación de libertad esa es la sanción y no “que te pudras en la cárcel””.

Finalmente, Sáez recalcó que “la única manera que tenemos nosotros para construir sociedad es esperando que la reinserción social sea verdadera y basta con ver las estadísticas, a veces no es necesario decir ‘yo creo’ sino que es bueno leer las experiencias comparadas e imitar los modelos buenos y no los malos y los modelos buenos demuestran que cuando tienes buenos modelos de reinserción social, cuando tratas a la gente con la dignidad que merece, los índices de criminalidad bajan”.

Revisa la entrevista completa acá:





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