A una semana del ajuste ministerial, el oficialismo se ha vuelto a enfrascar en un debate sobre el derrotero del programa de Gobierno.
El puntapié inicial lo dio la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, al proponer una revisión crítica de los compromisos asumidos por el Presidente Gabriel Boric para efectos de establecer qué es lo que a los partidos les interesa relevar y cuáles deben ser las prioridades de aquí en adelante, a modo de tener un diálogo propositivo con La Moneda.
“Tenemos que priorizar aquellas cosas que son posibles de realizar en el breve plazo y otras que van a quedar para más adelante”, señaló a nuestro medio la líder del PS, acotando que “eso no quiere decir, como dijo el Presidente, que se renuncie a los principios”.
Para ese propósito, la timonel socialista ha puesto en relieve la necesidad de unificar la voz del oficialismo. Ello bajo el contexto en que los partidos han retomado las reuniones de coordinación de la alianza -al margen del comité político ampliado en el palacio de La Moneda- para los días viernes en la mañana.
Así, tras el encuentro de hoy, la presidenta del PS señaló que “lo que buscamos es a través de estas reuniones semanales salir con propuestas, no reunirnos solamente para conversar, sino que tener una acción política común”.
Ahora bien, pese a que la idea de revisar las prioridades del programa en base a la coyuntura nacional genera cierta transversalidad en el oficialismo, más de una dirigencia tomó distancia sobre la propuesta de la líder PS.
Con la reanudación de las reuniones de la alianza, el secretario general del Partido Comunista, Lautaro Carmona, indicó que el oficialismo levantará una agenda que irá a respaldar “todas las políticas de Gobierno que vayan en la dirección de avanzar los compromisos que hicimos con la población y que salgan adelante con éxito toda vez que son temas que son urgentes, necesidades, largamente esperadas por la ciudadanía”.
Si bien acotó que “eso será tomando el contexto de cada momento”, afirmó que “podrá afectarse la intensidad, el tiempo, la velocidad de las cosas”.
Como ejemplo de ello, indicó que “cualquier tema que afecte los presupuestos no va a hacer que renunciemos a que es justo, es legítimo, es necesario, un salario mínimo a lo menos de 500 mil pesos. Se puede demorar más o menos, pero es un propósito que se va a mantener y así en las política vinculadas a previsión, la pensión básica garantizada en forma universal y las políticas sociales”.
A su vez, el timonel de Convergencia Social, Diego Ibáñez, se desmarcó de la idea de una revisión crítica al programa, aduciendo que “aquí lo que se trata es de establecer los canales de diálogo”.
“Cuando tu presentas una propuesta en el Congreso y tienes una minoría, es obvio que tienes que negociar, si tu no negocias, vas a chocar con una pared y vas a perder y eso es lo que hoy se debe poner en el centro: espacio de diálogo, articulación, debate, una revisión respecto a esa metodología, pero el programa es un programa con el cual el Presidente Gabriel Boric ganó en la segunda vuelta que es un compromiso con la ciudadanía y cómo se implementa es la gran pregunta, que es justamente lo que hoy está haciendo el Gobierno, particularmente la ministra Ana Lya Uriarte todos los días en el Congreso conversando con cada parlamentario de la oposición”, sostuvo.
Más conciliador se mostró el titular de Comunes, Marco Velarde, asegurando que “el programa de Gobierno es algo que tanto el Gobierno como los partidos estamos defendiendo”.
“No es algo escrito en piedra. Evidentemente hay que ir haciendo las priorizaciones que la agenda política nos esté determinando, pero hoy día continuamente estamos discutiendo sobre esto”, señaló, acotando que “lo que tenemos claro, es que hay que defender las principales reformas del Gobierno”.
Pese a que hasta hoy no está clara la síntesis que hará el oficialismo respecto al programa -o si ello se resolverá en un nuevo cónclave oficialista, como exhortó esta semana el presidente de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latorre- se ha consensuado el utilizar las reuniones de coordinación fuera de La Moneda como un espacio de análisis de la coyuntura nacional con tal de llevar diagnósticos y propuestas comunes al comité político ampliado de La Moneda.
Una labor que de todas formas está en sintonía con las pretensiones declaradas por el Presidente de la República. “Necesitamos una alianza de Gobierno que sea más sólida, más proactiva, que esté proponiendo y discutiendo, pero que en ningún caso las disputas políticas que existen en el oficio que ejercemos traben la implementación de nuestro programa y la atención de las urgencias de la ciudadanía”, afirmó, dirigiéndose a las y los delegados presidenciales regionales que convocó esta mañana en La Moneda.
La reconciliación del PR con el Gobierno
Tras ambos encuentros, el timonel de la colectividad dio por superado el conflicto con el Ejecutivo. “Hemos logrado subsanar y ratificar la posición del Gobierno respecto al Partido Radical, lo cual nos mantiene muy conformes”, señaló.
Y agregó que “las líneas de diálogo por cierto se van a profundizar, las líneas de incidencia que ha solicitado el partido. No se trata de cupos o de nombres, sino también en cómo nuestra colectividad puede ir aportando en los distintos ministerios sectoriales, en las distintas preocupaciones políticas del Gobierno, en áreas programáticas y en áreas técnicas justamente en la posición de este nuevo radicalismo”.
Consultado por el debate sobre la revisión crítica al programa, Cubillos consideró que “todo programa de Gobierno tiene que ir siendo revisado, actualizado en virtud de las necesidades que se van gestando en la acción de gobernar. A veces se instalan algunas ideas en cada programa presidencial, pero dadas las circunstancias, hay que ir variando, hay nuevas necesidades que van surgiendo desde la ciudadanía, hay improntas también y hay fenómenos sociales que hay que ir cubriendo y creo que es sano”.
Por lo pronto, las colectividades oficialistas se reunirán nuevamente este viernes en La Moneda a una reunión convocada por el Ministerio del Interior con propósito de la conmemoración de los 50 años del golpe militar. Una instancia con la que el Partido Radical oficializa su reincorporación a las actividades del Gobierno.