La ministra de Bienes Nacionales, Javiera Toro, afirmó que “tenemos deudas tremendas en materia de violación a los derechos humanos en términos de verdad justicia memoria” y que a 50 años del golpe de Estado, es fundamental la conmemoración para poner en el centro la democracia, frente a las nuevas amenazas que afectan al país.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la secretaria de Estado abordó la restitución al Fisco del excentro de detención y torturas de Rocas de Santo Domingo que estaba en manos del Ejército para convertirlo en sitio de memoria.
Toro recordó que antes de caer en manos de la DINA, Rocas de Santo Domingo fue uno de los 16 balnearios populares construidos por el Gobierno de la Unidad Popular, “como parte de una política para garantizar el derecho al esparcimiento, al ocio, y fueron administrados por la Central Única de Trabajadores, que permitió a muchos conocer el mar, veranear por primera vez y por lo tanto, es un lugar que expresa la fuerza creadora de una sociedad democrática”.
Tras el golpe de Estado, el Ejército se apoderó del balneario y lo convirtió en uno de los principales centros de detención, torturas y entrenamiento de agentes de la DINA.
Su recuperación, dijo la ministra, se relaciona con una deuda con la memoria y con lo que el Gobierno está planteando respecto de los 50 años. “Tenemos deudas tremendas en materia de violación a los derechos humanos, en términos de verdad, justicia, memoria. Pero no es un tema del pasado, es también cómo tenemos condiciones para que las generaciones actuales y las futuras puedan tener su propio proyecto, cuáles van a ser los balnearios populares del futuro y para eso también es relevante hacer memoria”.
La ministra Toro afirmó que Rocas de Santo Domingo después fue apropiado por el Ejército como centro recreacional y que las propias cabañas eran administradas por la institución hasta que las organizaciones de la sociedad civil plantearon la recuperación del espacio. Los militares “se retiran materialmente de ahí y las cabañas fueron destruidas, por lo tanto, hoy día sólo quedan los pilares y algunos restos de éstos. Esta demolición se realizó el año 2013 y de ahí se ha dado un largo camino para su recuperación”, añadió.
Por otro lado, la secretaria de Estado se refirió al estado de los derechos humanos en el país y la agenda del Gobierno. “Quiero resaltar que a 50 años del golpe de Estado y del inicio de la dictadura civil y militar, es fundamental la conmemoración de este hito por varias razones. Primero por poner en valor y en el centro la democracia y hoy día enfrentamos nuevas amenazas, en Chile, en el mundo, y poner en valor y que sea un consenso y compromiso del conjunto de la sociedad, que la democracia nunca se puede poner en cuestión”, expresó.
Además, como segundo aspecto, resaltó la necesidad de “mirar el futuro” ya que las nuevas generaciones tiene el derecho a construir “nuestras propias historias y estamos discutiendo la posibilidad de cambiar una Constitución escrita en dictadura”.
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