En 2023 se cumplen diez años de la iniciativa de la Franja y la Ruta, iniciativa promovida por el presidente chino Xi Jing Ping, quien había alcanzado al poder en la República Popular China en 2012. A partir de entonces, Xi proyectó cambios en la economía de su país y en sus relaciones internacionales, cambios que tenían como objetivo alcanzar los niveles correspondientes al papel de China en el concierto internacional.
La Franja y la Ruta (BRI, por su sigla en inglés), dió como resultado este novedoso proyecto económico propiciado por China, el que invoca la antigua Ruta de la Seda, como una forma de potenciar los vínculos con el resto del mundo a través de la creación de dos grandes rutas comerciales: una marítima y otra terrestre, que unirán al gigante asiático con el corazón de Europa, África y América Latina.
El BRI tiene como objetivo facilitar el transporte de las mercancías por vía terrestre y marítima. La Franja o el Cinturón Económico de la Seda -versión terrestre del proyecto- invierte en forma directa en infraestructura para los seis corredores económicos claves que se han establecido en el proyecto. Por otro lado, la Ruta o la Ruta Marítima de la Seda Siglo XXI –versión marítima– se concentra en la inversión para el mejoramiento o creación de puertos estratégicos.
La organización de un evento de esta magnitud, que conlleva una alta presencia de mandatarios y delegaciones de naciones emergentes, requiere de un ordenamiento riguroso, tanto en términos organizativos como de seguridad. Es por ello que este lunes se efectuó la primera reunión informativa del Foro dirigida especialmente a los periodistas y a las decenas de medios de comunicación internacionales acreditados.
En dicha reunión, expertos del Departamento de Cooperación Internacional del Ministerio de Recursos Naturales de China, así como de otros departamentos, explicaron de manera detallada a los profesionales de la prensa los puntos que se van a tratar durante los dos días del foro. De hecho, dijeron, las delegaciones de más de 80 países y regiones del globo presentes en esta reunión de alto nivel, debatirán sobre Medio Ambiente, Desarrollo, Conectividad Comercial, Conectividad Pueblo a Pueblo y Cooperación Subnacional.
Para identificar los países que se verán favorecidos por los inversores chinos durante los próximos diez años (2024-2033), el informe se basó en 200 indicadores repartidos en dos pilares principales, a saber, oportunidades y riesgos:
1) El pilar de oportunidades reúne cuatro categorías: potencial de mercado (PIB nominal, tamaño de la población, PIB per cápita, tasa de crecimiento demográfico, etc.); recursos naturales (reservas de petróleo y gas, superficie de tierras cultivables, reservas minerales, etc.); el desempeño de las cadenas de suministro (infraestructura, contribución del sector industrial al PIB, precios de la electricidad, etc.); y el nivel de desarrollo de la tecnología y la innovación (gastos en investigación y desarrollo, solicitudes de patentes, esperanza de vida escolar, etc.).
2) El pilar de riesgos reúne dos categorías: relaciones bilaterales con China (historial de conflictos con Beijing, grado de dominio de la lengua china, pertenencia a la iniciativa Nuevas Rutas de la Seda, etc.); y riesgos operativos y financieros para los inversores extranjeros (nivel de estabilidad política, riesgos de seguridad, perfil de riesgo soberano, etc.).
Todos los indicadores se compilaron para producir puntajes por cada categoría en los dos pilares (oportunidades y riesgos). Finalmente, las puntuaciones de estos dos pilares se combinaron y ponderaron al 50% para generar una puntuación general para cada destino de inversión.
El informe muestra que Sudáfrica será el país más atractivo del continente para los inversores chinos durante la próxima década. Este país, miembro del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), ocupa la posición 13 en el ranking de los 80 destinos de inversión citados.
No obstante, el informe especifica que la mayoría de los países africanos que aparecen en el ranking logran sus mejores resultados en la categoría de “potencial de mercado” dado el gran tamaño de su población, mientras que se observa que el potencial de los mercados africanos será más pronunciado a finales de la década de 2020, gracias en particular a la mejora de los ingresos de los hogares y a la entrada en vigor de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (Zlecaf).
A nivel internacional, Singapur sigue siendo el país más atractivo para los inversores chinos, seguido por Indonesia, Malasia, Hong Kong, Tailandia, Vietnam, Suiza, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Chile (el único de América Latina en este rubro).