Cristina Dorador por acuerdo Codelco-SQM: “No podemos seguir pensando a escala planetaria sin esperar efectos ambientales”

La doctora en Ciencias Naturales destacó la importancia de abrir el debate de cara a los desafíos de la transición energética. "Lo que nos debería motivar a pensar en adelante es cómo nos imaginamos el Chile de 2100", expresó.

La doctora en Ciencias Naturales destacó la importancia de abrir el debate de cara a los desafíos de la transición energética. "Lo que nos debería motivar a pensar en adelante es cómo nos imaginamos el Chile de 2100", expresó.

Pese al buen recibimiento que generó en algunos sectores políticos y en el Gobierno la alianza público-privada entre Codelco y SQM para explotación del litio hasta 2060, desde la comunidad científica manifestaron sus preocupaciones ante los alcances que podría provocar esta actividad tanto a nivel ambiental como en la comunidad.

Así, por ejemplo, la doctora en Ciencias Naturales, Cristina Dorador, cuya línea de investigación se ha basado en los salares por dos décadas, destacó la importancia de contar con mayor información respecto a las cuotas de extracción del mineral no metálico “que sin duda van a ser cruciales para tener una evaluación más concreta respecto a esta decisión”.

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la también exconvencional por el Distrito 3 remarcó la evidencia existente respecto de los daños a salares vinculados por la minería del cobre.

“Hay casos concretos que incluso han estado en juicios ambientales, como el caso del Salar de Punta Negra y el Salar de Lagunillas. Por lo tanto, no es algo que no se pueda prever lo que podría pasar, en este caso, en un ecosistema tan frágil también en el Salar de Atacama”, dijo.

Cabe recordar que en relación al primer caso, por ejemplo, en 2020 el Consejo de Defensa del Estado interpuso una demanda contra Minera Escondida, controlada por la australiana BHP, en la que se acusó a la empresa de provocar un daño “continuo, acumulativo, permanente e irreparable” en el Salar de Punta Negra. La que fue posteriormente acogida por Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta.

Por lo mismo, frente a estos antecedentes, la científica destacó la necesidad de “tener una visión mucho más integral de los daños y efectos que podría causar extender la extracción de salmuera hasta 2060. Yo noto que la gente en general no conoce mucho el contexto de qué estamos hablando. El Salar de Atacama se viene explotando hace décadas para el litio, acá el tema es la magnitud de la explotación”.

“Que en tan poco tiempo se haga una extracción tan masiva, genera daños que son irreparables y eso ya ha sido antes descrito para el caso de la minería del cobre”, señaló.

A su vez, si bien destacó la importancia de avanzar hacia tecnologías menos dañinas con el medioambiente, “también es motivo de evaluación y de estandarización, porque se hace mucha referencia a los sistemas de extracción directa, que hasta el momento no han sido aprobados a escala industrial, a escala minera. Por lo tanto, tampoco conocemos los alcances que van a tener este tipo de tecnologías porque involucra reinyección de salmuera”.

En ese sentido, Dorador explicó que “la salmuera pasa por un sistema de filtro o de distintas metodologías y, una vez que es capturado el litio, el resto se vuelve a inyectar al salar. Pero eso que se reinyecta ya es un componente diferente al que ya existía. Por lo tanto, es un ‘artificialización’ del sistema”.

“Acá creo que este caso es un ejemplo de los grandes desafíos que tenemos como país para abordar la crisis climática y ecológica, porque muchas veces se tiende a pensar que son las tecnologías la única solución; sin embargo, son temas que requieren muchas miradas, diálogos abiertos y momentos en que esto sea realmente debatido como sociedad”, expresó.

Esto último, porque de acuerdo a la bióloga “no podemos seguir pensando a escala planetaria que vamos a poder seguir produciendo las materias primas para la transición energética sin esperar efectos ambientales, porque las escalas son enormes. De hecho, hay muchos trabajos que muestran que para lo que se busca nos faltarían planetas para seguir explotando, o sea, existe algo que se llaman los ‘límites planetarios’ y todos esos temas hay que considerarlos también en estas discusiones, porque son decisiones intergeneracionales”.

En ese sentido, cuestionó la idea de continuar en una lógica extractivista, indicando que “estamos en una especie de dogma económica que evita que se piense de otra manera, porque no están los espacios, también Chile tiene su estructura de país muy desigual, la cual es transversal en la toma de decisiones. Las personas que piensan en política, que piensan en economía, son los mismos grupos. Entonces ¿dónde están las otras ideas? No podemos mirar para lado y hacer como que no existen otras opciones, eso a mí es lo que más me preocupa: la falta de generación de espacios de debates que sean amplios, pero que también sean respetuosos y seguros”.

Con todo, Dorador insistió en que “tenemos desafíos que sobrepasan este tema netamente de un acuerdo económico. Lo que nos debería motivar a pensar desde ahora en adelante es cómo nos imaginamos el Chile de 2100. El foco se va a temas cortoplacistas, temas de política contingente, electorales, pero el fondo es más complejo aún, o sea: qué va a comer la gente en Chile en 2100, qué agua vamos a tener”.

“Muchas personas también me dicen ‘ya, pero necesitamos litio’, absolutamente, eso no está en duda. El tema es cuánto necesitamos, a qué escala necesitamos, porque si lo que se está pensando es que la base económica de Chile sea la explotación de sus minerales, tiene que ser una decisión país, pero eso tiene consecuencias y pueden ser múltiples y no creo que estamos haciendo lo suficiente para entenderlas ni para abordarlas con decisión”, aseveró.





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