El efecto Peso Pluma ha ido desde el cuestionamiento sobre si el artista artista mexicano debería o no presentarse al Festival de Viña del Mar, hasta provocar la presentación de un proyecto de ley, por parte de la diputada de Demócratas, Johanna Pérez, para prohibir la participación de artistas que promuevan la narcocultura en eventos masivos y en actividades culturales financiadas con recursos públicos. Asimismo, todo este efecto estuvo acompañado de la solicitud de bajar el show de la agrupación musical Damas Gratis del Festival de Huaso de Olmué.
Es en este contexto que la Dj, artista y productora Elisa Espinoza o más conocida como Lizz, quien se ha presentado en diferentes escenarios alrededor de todo el mundo, desde Lollapalooza hasta el Primavera Sound de Barcelona o incluso en Coachella, nos comenta su opinión de este “efecto Peso Pluma”. Lizz además es licenciada en Lengua inglesa y Literatura por la Universidad Oxford Brookes, y en Historia del Arte con mención en Estética en la Universidad de Chile.
Elisa, además, es la fundadora del neoperreo, en conjunto con Tomasa del Real. En palabras de la propia artista, este subgénero del reggaeton es “un espacio libre, sin discriminación, donde ser tú mismo. Es la experimentación del ser latino y de cuál es nuestra visión del futuro. Es cómo entendemos los sonidos nuevos, porque el reggaeton ya existe, pero eso se va deformando a través de los años”. Asimismo, la dj es dueña de dos discotecas, donde se toca este estilo musical, ambas llamadas La Chismotek.
Si bien hacen estilos diferentes ¿Qué opinas de todo este efecto Peso Pluma y de lo que está pasando con Damas Gratis?
Yo personalmente no escucho Peso Pluma, no porque me parezca malo o critico ese contenido, sino porque no me gusta en cuanto a música, pero lo respeto full como artista y creo que ha trabajado mucho para llegar a donde está. Esto, sin conocerlo de manera directa. Si bien yo no escucho la música, creo que es absurdo que lo quieran cancelar a él o a cualquier otra banda. A la gente se le olvida que en los 80 y en los 90 escuchábamos mucha música que decía cosas similares, pero en inglés. Yo le pregunto a esa gente si se acuerda de lo que hablaban esas canciones de los 80 y de los 90, sobre todo y puntualmente de los 80, que es la misma generación que critica artistas como Peso Pluma, artistas chilenos de la escena urbana, a mí misma también, co-creadora del neoperreo, y a Damas Gratis. Esas personas escuchaban música en inglés, pero nunca se detuvieron a traducir las letras, donde el contenido es igual de fuerte que lo que estamos escuchando ahora. Incluso más, porque eran canciones machistas, que hablaban incluso de abuso hacia mujeres, de no respetar su espacio ni su sexualidad y sobre todo de tratarlas como objeto, que es algo que se le ha criticado muchas veces a esas canciones nuevas. O sea, según esas canciones un hombre podía llegar y abusar sexualmente de una mujer.
¿Por qué crees que hay tanto revuelo respecto a esta música y a las temáticas que toca?
Pienso que Chile es un país súper moralista, a pesar de que el propio país ni siquiera respeta la ética y la moral, lo que sinceramente es un cosa muy contradictoria. Entonces la gente siempre quiere aparentar cosas y de alguna manera si nosotros ponemos en un asado donde hay muchos niños una canción de AC/DC, Led Zeppelin y Guns N´ Roses no pasa nada, pero ponemos una que habla en este caso de narcotráfico, de prostitución o de la realidad de nuestro país la encontramos fuerte. Claro, todos hablamos español, pero eso no significa que la otra música de los 80, que era en inglés, sea menos fuerte. Ahí te das cuenta de cómo sucede este fenómeno de apariencias en donde nosotros mismos nos autoconvencemos de ciertas formas, pero nunca indagamos más a fondo.
Ejemplo: ¿Por qué las canciones urbanas actuales hablan tanto del narcotráfico, de prostitución, de armas? Simplemente escuchamos lo superficial, porque estamos en un país desigual, con mucha pobreza, con desinformación, con represión, con falta de educación. Y obviamente sin una real educación gratuita, sin apoyo para las clases sociales bajas ¿De qué otra cosa va hablar Chile, si finalmente esa es la realidad del país?. Si nosotros tuviéramos una realidad distinta de flores, de paz, de armonía de respeto mutuo, de libertad, hablaríamos de aquello, pero eso no es lo que se vive en este país. Lo único que se hace es criticar sin saber, y claro, también hacer vista gorda a las problemáticas que están en la calle, en las poblaciones y dentro de nuestros mismos círculos sociales.
La gente prefiere ver el problema como un obstáculo y otras personas prefieren verlo como un acto revolucionario, es decir de libertad de expresión, de búsqueda de una nueva identidad. Porque finalmente ¿Cuál es la identidad de los jóvenes sabiendo que somos un país deforme, que no tiene identidad? Porque no podemos decir que es la cueca y una empaná ¿Cuál es la identidad actual? Es un multi crisol cultural de muchas inspiraciones de la televisión, del internet, de todo lo que nos gusta de los distintos países. De alguna manera nuestra identidad es un recorte, un collage de todo lo que nos gusta y eso a pesar de que es algo deforme, también es algo especial, único, que nos define a nosotros los chilenos como algo mixto. Yo creo que ahora, actualmente, gracias a la música, por fin estamos deshaciéndonos de esa autocensura, que si hablamos de escritores como Diamela Eltit, o Eugenio Dittborn, eso existe desde la dictadura. Y si bien ahora los artistas no son exiliados, son criticados porque obviamente la gente no quiere reconocer el trasfondo de esa música y tampoco ver que esas voces ya no están calladas, sino que están hablando de lo que pasa en las calles.
Tú has estado de gira por varios países ¿Cómo es la perspectiva de la música del género urbano chilena en el extranjero, sobre todo porque lo has vivido en carne propia?
La gente ama Chile. Está en el mapa de la música como el número uno, en este momento es el país que más está generando reggaeton, y no solamente a nivel de contenido, sino a nivel también del negocio de la música, que involucra dinero. Todo el mundo habla de los artistas chilenos, los sigue en redes sociales, se inspira y quiere colaborar con ellos, invitarlos a sus festivales, porque están viendo algo que la misma gente que vive acá, en este país, no está observando. Ellos desde afuera ven una revolución y nosotros aquí vemos un problema, es como ese dicho de que nadie es profeta en su propia tierra.
¿Tú considerarías todo esto que está pasando como censura?
Yo pienso que en Chile, sobre todo las familias, que igual lo puedo comprender, siempre van a tratar de alejar a las nuevas generaciones y a las subsiguientes, o las anteriores, de lo que es el contenido prohibido, lo que es tabú, incluso aunque exista. Por ejemplo, en Santiago todos los días se mata gente en la calle, hay asaltos, portonazos, miles de cosas, pero aún así, nosotros y la sociedad actual tratamos de hacer como que eso no pasara, como si no existiera la prostitución y el narcotráfico. No sé por qué la gente prefiere esconder todo debajo de la mesa, sabiendo que actualmente lo que a nosotros nos representa, no sólo en Chile sino afuera, es exactamente eso: falta de oportunidades y por consecuencia el tráfico de drogas, la prostitución y el sicariato ¿Por qué entonces hablamos de democracia y de libertad de expresión si seguimos autocensurando nuestra propia realidad? Más que estén censurando a Peso Pluma, seguimos autocensurándonos a nosotros mismos, pero finalmente no hay peor ciego que el no quiere ver. Sí seguimos negando esa realidad, que es lo mismo que hace el Gobierno, nunca habrá soluciones.
¿Qué piensas sobre el proyecto de ley para prohibir la participación de artistas que promuevan la narcocultura en eventos masivos y en actividades culturales financiadas con recursos públicos?
Si quieren prohibir eso entonces arréglenle el sueldo a las personas. Denles mejor previsión, salud, más oportunidades, hagan que la educación sea gratis para quienes quieren estudiar y así dejaríamos de promover la narcocultura. Solamente así. La música no es la culpable, es una respuesta, un reflejo. Aquí los culpables son los gobiernos y no precisamente el actual. Estamos hablando de décadas de gobiernos corruptos y de mal manejo de dinero, porque yo sé que obviamente es una ilusión que la educación sea gratis, pero de alguna manera, si se hubiese trabajado mucho antes quizás ya estaríamos en un mejor puerto, porque finalmente ¿Qué es un país con mala educación? Un país ignorante, con pocas oportunidades. Entonces si vamos a prohibir algo tan estúpido como a alguien cantando canciones que la gente baila o corea entonces no sé, privémosle cosas al Gobierno o hagamos algo con tal de que ellos suban los sueldos porque finalmente aquí es el gran culpable ¿Una persona puede vivir realmente con 400 lucas mensuales, arrendar una pieza, comer? ¿Una persona puede mejorarse del cáncer en este país? No. Prohibir algo pensando en que eso va a beneficiar a que haya menos narcotráfico es absurdo. La gente que vende drogas no la vende porque está aburrida, si no porque necesita dinero. Chile es un país pobre y precario, Chile no es Providencia y el Costanera Center. Las comunas que tienen plata son muy pocas, en todo el resto hay pobreza, basura en las calles y drogadicción en la esquina ¿Quieren prohibir que un cantante se suba a cantar cuestiones? Bueno, entonces gasten más plata y que toda esa gente que está en la calle se rehabilite y que tenga una oportunidad.
¿Crees que el género que tú haces fomenta estereotipos?
El estereotipo del género que yo hago es de mujeres empoderadas. Que si bien nacen en un barrio penca y su familia no tiene plata, es disfuncional, conflictiva, y violenta, de alguna manera se empodera y se transforma en una perra, en una súper perra. De alguna manera eso es lo que empecé a proponer a través del dinero y el perreo. La gente dice ‘la Liz habla de ser puta, del Stripclub, de ser perra, que esto y que lo otro, que el hombre aquí y no sé que’, pero finalmente hay un trasfondo muy importante que es el empoderamiento femenino. Eso tiene que ver con la libertad sexual y de nuestro cuerpo. Es muy distinto que alguien te toque sin tu permiso, versus que tú decidas que te toquen. Actualmente gracias a este género del neoperreo y, obviamente, al peso que ha tomado el género femenino, de alguna manera las mujeres por fin pueden decidir por su cuerpo y también por su sexualidad. Mucha gente no entiende ese trasfondo y lo comprendo perfectamente, porque son de otras generaciones donde todavía, aunque no lo crean, siguen apegados a ese patrón en donde hay que pedir permiso.