Ya no es el principal problema sanitario de Chile, pero el Covid-19 sigue activo. Incluso, en el último tiempo, los reportes semanales han dado cuenta de un aumento en los contagios. Los expertos sospechan un efecto de la variante Pirola.
Según publica hoy La Tercera, la última actualización del Ministerio de Salud mostró que, entre el 14 y 20 de enero, se registraron 3.436 nuevos contagios confirmados, es decir, un promedio diario de 491 casos.
Esto se traduce en un aumento 74,7% con las cifras de hace un mes, cuando se contabilizaron 1.966 pacientes de coronavirus en la semana del 10 al 16 de diciembre, es decir, 281 casos al día.
En esa línea, el informe de circulación de virus respiratorios del Instituto de Salud Pública (ISP), el que no analiza todos los casos nacionales, sino que es la vigilancia de algunos centros hospitalarios, también da cuenta de este incremento.
Durante la tercera semana de 2024, de los 688 casos de enfermedades respiratorias positivas, 219 correspondían a Covid-19, con las personas de 65 años o más siendo las más afectadas. Al coronavirus le siguió la detección de 151 rinovirus, 129 adenovirus, 61 parainfluenza y 59 influenza A, entre otros.
Para encontrar una semana epidemiológica con cifras más altas que las del último informe del Minsal publicado hay que remontarse hasta la 47 de 2023 (19 al 25 de noviembre), cuando hubo 3.776 casos semanales confirmados, con un promedio de 539 diarios.
Esa semana, en todo caso, no fue el peak de esa curva, la que se registró en la semana epidemiológica 45 (5 al 11 de noviembre) con 4.087 casos semanales y un promedio de 584 diarios.
POSIBLE EFECTO PIROLA
Luis Castillo, coordinador de la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Barros Luco, explica que este incremento se debe a la mutación del virus: “Así como hay una mayor circulación de virus respiratorios, hay un aumento de Covid-19. Lo más probable es que esta alza de contagios haya sido provocada por Pirola, la nueva variante y que tiene una alta contagiosidad, pero una baja letalidad”.
Pirola, también conocida como BA.2.86, es una variante del coronavirus que ha llegado a diferentes países y que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha aumentado su prevalencia lentamente.
No obstante, la OMS indica que el riesgo que esta implica para la salud pública es evaluado como bajo, ya que “la actual inmunidad de la población a nivel mundial sigue teniendo una alta reacción cruzada con esta variante”.
En ese contexto, Castillo también adelanta que “lo más probable es que los casos sigan aumentando un poquito. Por eso es tan importante el llamado que está haciendo la autoridad a vacunarse contra el Covid-19 y la influenza y así estar preparados para el invierno, porque en el hemisferio norte hay mucho coronavirus y eso va replicarse en Chile”.
Por esta razón y, a sabiendas que las cifras actuales incluso podrían ser mayores en el entendido que no todo el mundo se testea, las autoridades han reforzado el llamado para incentivar la vacunación, pues a mediados de noviembre inició un nuevo proceso enfocado en los grupos de riesgo, correspondiente a los mayores de 60 años, pacientes inmunocomprometidos, profesionales de salud y personas con enfermedades crónicas.
Pero, además, el Minsal prepara una campaña comunicacional con un presupuesto de 595 millones para incentivar la inmunización contra el Covid-19 y la influenza. Asimismo, se están realizando diversos operativos para acercar la vacunas, así como también se mantienen activos varios puntos para que las personas puedan inocularse.
IMPACTO EN LA RED
Castillo advierte que, pese a este incremento, no se ha registrado repercusión hospitalaria grave, pero de todas formas sí ha provocado que la gente acuda a los centros a consultar.
En tal sentido, el jefe de la Unidad de Paciente Crítico de la Clínica Indisa, Sebastián Ugarte, cuenta que “las últimas semanas hemos notado un aumento en las consultas y también hemos registrado algunas hospitalizaciones que generalmente corresponden a pacientes que están en los grupos de riesgo, es decir, mayores de 60 años con comorbilidades”.
En ese contexto, los especialistas dan cuenta de la nueva realidad de la infección, pues en 2020, sin vacunas y con un virus todavía desconocido, estas cifras habrían tenido un impacto totalmente distinto al que tienen hoy. En ese entonces, cuando hubo situaciones así, las consultas se vieron saturadas y las hospitalizaciones aumentaban significativamente.
Pero ahora, a más de tres años de la crisis sanitaria que paralizó al mundo, el último informe daba cuenta de 22 pacientes en alguna unidad de cuidado crítico del país, un panorama muy distinto al experimentado hace no mucho, cuando en algún momento hubo más de 3 mil personas requiriendo cuidados intensivos.
El jefe de servicio de la unidad de pacientes críticos adultos de la Red de Salud UC Christus, Sebastian Bravo, coincide: ”Hemos registrado casos, pero de pacientes leves. Eso sí, harto colaborador se ha infectado, como médicos, enfermeras y han debido tener licencias, pero no hemos tenido un impacto en las camas críticas”.