El anunciado retiro de la vida pública del expresidente Ricardo Lagos abrió el debate en torno a su figura y su legado político. Así, el director del Departamento de Ciencias Históricas de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, Pablo Artaza, se refirió al rol del exmandatario durante la transición a la democracia.
De acuerdo al historiador, “la construcción de Ricardo Lagos como líder político evidentemente está en gran medida explicado por su capacidad de agencia como un personaje que aparece desde la izquierda, jugando una figura central desde la articulación de la oposición política contra la dictadura“.
“Es en definitiva la figura que emerge como personaje aglutinador desde la izquierda, capitalizando en su propia figura política el despliegue de fuerzas sociales en torno al término de la dictadura”, destacó.
Sobre el legado histórico del expresidente, el académico aseguró que Lagos “en el fondo construyó y actuó en línea con haber desempeñado un rol público que es tan construido, que incluso necesita despedirse públicamente, en una despedida que no es despedida“.
“Lo que más le podríamos objetar es que el objetivo político de un gobierno supuestamente socialista, luego de dos gobiernos encabezados por demócrata cristianos en la lógica de la transición chilena a la democracia era haber terminado la transición política, y ese factor es el que habría que evaluar”, cuestionó.
Asimismo, el docente indicó que “Lagos se autoimpuso como objetivo cerrar la transición y durante su gobierno la cerró fallidamente tres veces. Por lo tanto, ello mismo está hablándonos de la gran limitación de su periodo presidencial. No fue capaz de cumplir con su objetivo, ¿cuál? terminar la transición y comenzar una nueva era para Chile. Bajo su mandato eso fue una tarea pendiente”.
“Hay que esperar que pase más agua debajo del puente para poder ponderar el impacto y la trascendencia de su administración. Pero en lo inmediato está muy sometido al análisis coyuntural, y éste todavía está sumamente teñido por este primer discurso autoflagelante y luego en torno a las lógicas del octubrismo o noviembrismo”, señaló Artaza.
Por otro lado, el experto en Historia Social de Chile Contemporáneo anticipó que “muy probablemente en el largo plazo a Ricardo Lagos sí se le va a cobrar más seriamente su rol en la profundización de las privatizaciones, su rol en las deficiencias y limitaciones de la transformación constitucional, que hoy coyunturalmente aparece como un paladín, pero evidentemente nos quedamos con una constitución reformada porque no hicimos una buena”.
“Tenemos que esperar si es que este abandono de la vida pública es tan abandono, o en el fondo lo que va a decir es que publicitó una excusa para decir, ‘no voy a responder a esto porque estoy retirado'”, cuestionó el historiador.
En tanto, Artaza abordó el rol del gobierno de Lagos respecto a la inclusión de mujeres en la política. “Para la administración de Lagos la reivindicación de cara a este primer feminismo, era una conciliación del mundo de la izquierda frente al horizonte dictatorial y al control del Ejecutivo por parte de la Democracia Cristiana los primeros años de la transición”, dijo.
“Su administración marca un diferencial gigantesco respecto de los primeros dos gobiernos de la transición y que queda como vara evaluativa para los gobiernos posteriores. No se puede ser menos que Lagos, o si se es menos que Lagos se está en deuda. Ahora, distinto es qué tanto se profundizó en una agenda legislativa en torno a la igualdad entre hombre y mujer en este país desde Lagos en adelante, y ahí la evaluación debería venir por otros indicadores”, sentenció.