Luego de casi 80 años que la Alemania occidental asumiera el pacifismo como una política de Estado, el anuncio del ministro de Defensa, Boris Pistorius, de reformar el ejército para un eventual conflicto bélico, ha provocado escalofríos en el país.
El supuesto enemigo es más o menos el mismo, antes la Unión Soviética, ahora Rusia. Alemania podría defenderse de un ataque ruso apenas unos cinco días con el equipamiento que posee actualmente y tiene apenas unos 180 mil soldados frente al medio millón que tenía en los años 60.
El proyecto del ministro Pistorius es unificar todas las fuerzas armadas alemanas bajo un sólo mando y crear además, al lado de la defensa aérea, marítima y terrestre, una cuarta, la ciberdefensa contra ataques a sus sistemas informáticos que se han mostrado muy endebles al espionaje.
El punto más polémico del nuevo proyecto es, sin embargo, la idea de reintroducir el servicio militar obligatorio a partir del próximo año, éste había sido eliminado en el 2011.