Partituras en movimiento: relevan el legado de María Luisa Sepúlveda, Marta Canales y Carmela Mackenna

Diversos trabajos de investigadoras del Centro de Documentación e Investigación Musical (CEDIM) de la Facultad de Artes de la U. de Chile, buscan conocer, situar y relevar la memoria de un grupo de compositoras locales.

Diversos trabajos de investigadoras del Centro de Documentación e Investigación Musical (CEDIM) de la Facultad de Artes de la U. de Chile, buscan conocer, situar y relevar la memoria de un grupo de compositoras locales.

Poco se sabe de iniciativas como la White Orchestra, compuesta íntegramente por profesoras y estudiantes del Conservatorio Nacional, y fundada en 1916 por la compositora y música María Luisa Sepúlveda (1883-1958), quien fue además la primera mujer en graduarse de compositora en el país. O del alcance de la obra de Marta Canales, en la que destaca por ejemplo su Misa Eucarística, y de la que el propio Domingo Santa Cruz (1899-1987) afirmó que fue “un hecho trascendental que reveló la posibilidad, en 1922, de grandes oratorios”.

¿Por qué sabemos tan poco de estas autoras? ¿Qué nos dice esto sobre sus vidas y las condiciones que rodearon su producción artística e intelectual? ¿Cuáles son, en este sentido, los desafíos y tareas pendientes al trabajar con legados culturales de músicas mujeres? Estas son algunas de las preguntas que han movilizado a investigadoras que están trabajando con el Centro de Documentación e Investigación Musical (CEDIM) de la Facultad de Artes de la U. de Chile.

Entre ellas se encuentran la académica y subdirectora del Departamento de Música, Fernanda Vera, y las investigadoras Catalina Sentis Acuña, Carla Molina Acevedo y Paulina Andrade Schnettler, ésta última quien desde marzo de este año se encuentra abordando el tema en el marco de su proyecto de doctorado que lleva a cabo en la Universidad de Colonia.

¿Qué une a estas cuatro expertas? El trabajo de análisis de las trayectorias vitales y los legados musicales de mujeres músicas chilenas del siglo XX desde una perspectiva crítica de género. Específicamente, tanto Fernanda Vera como Catalina Sentis han dedicado investigaciones y publicaciones a la figura de María Luisa Sepúlveda. Junto a ello, Santis  ha investigado en detalle a la compositora y música Marta Canales, quien fue el foco de su memoria para optar al título profesional de Profesora Especializada en Teoría General de la Música. En el caso de Paulina Andrade, su tesis de doctorado se centra en el estudio de las compositoras chilenas del período, con foco en María Luisa Sepúlveda, bajo el prisma de cómo ellas se insertaron en los circuitos y discursos culturales de su época: qué leían, qué escuchaban, cuáles eran sus referentes musicales, intelectuales, pero también políticos.

Mujeres compositoras a inicios del siglo XX

Como explican las investigadoras, la época de estudio que abordan es una que es muy compleja para la institucionalidad cultural y musical del país, pues “hablamos de la primera mitad del siglo XX, en la que tienen lugar procesos como la radical reforma que sufrió el Conservatorio Nacional en 1928, y su anexamiento a la Universidad de Chile”, proceso que “implicó para músicos y músicas como Enrique Soro y María Luisa Sepúlveda su alejamiento definitivo de la enseñanza clásica formal”.

Pero no solo eso. Como destacan, la ausencia de autoras como Carmela Mackenna, Marta Canales y Sepúlveda en la literatura y en la escena pública “no se explica por la falta de un cuerpo de obra de calidad, como subraya la compositora Valeria Valle, sino por un intencionado «silencio histórico», como lo describe ella. La institucionalidad musical es aún heredera en muchos sentidos de ese corte histórico de 1928”. Así, como detalla Fernanda Vera, “son diversos factores confluyeron entre finales de la década de 1920 y la de 1940 para dar forma a una «institucionalidad musical patriarcal»”. 

A eso también responden las investigaciones de las cuatro expertas, pero ante todo, advierten “a la necesidad de revisar en términos más profundos la forma en que se ha construido nuestro canon, sus bases históricas; el corte que para tantos músicos y músicas significó la reforma del Conservatorio, y también el hecho de que los compositores líderes del periodo escribían en forma muy endogámica sobre sus colegas, e incluso se “autopremiaban” en el contexto de los concursos musicales que empiezan a tener lugar en la década del 30. Son aspectos que se han problematizado solo en los últimos años”.

Traer las composiciones al presente

Una oportunidad para abordar los trabajos que están desarrollando, y traer al presente las creaciones de las compositoras investigadas, es lo que se vivió este miércoles 12 de junio en Sala Museo Gabriela Mistral. 

En un conversatorio musicalizado, Fernanda Vera Malhue, Carla Molina Acevedo, Catalina Sentis y Paulina Andrade Schnettler, desplegaron parte de su trabajo sobre la música y las mujeres músicas, en un espacio moderado por Nathaly Calderón, profesional del Archivo Central Andrés Bello.

Parte de la reflexión planteada en este espacio se refirió al conflicto de referirse a la “música femenina” u “obra de mujeres en plural”. Ante esto, las investigadoras resaltan que al utilizar estos conceptos, no se considera que cada una de las mujeres en el siglo XX abordó de formas distintas la modernidad del periodo y los cambios que sufrió el quehacer musical profesional y de mercado: “todas son mujeres, y todas se logran insertar de alguna forma en la escena musical; pero el cómo se enfrentan a esa escena y a los nuevos (y antiguos) roles femeninos es diferente, y cómo van dejando huellas materiales en su trabajo también varía”.

Asimismo, el encuentro permitió el diálogo con las y los asistentes, quienes evaluaron el futuro de este trabajo colaborativo femenino, el que determinaron sigue muy vigente. “Claro que hay que adaptarlo a los nuevos tiempos, pero siempre vemos en la historia cómo las mujeres han tenido que adecuar sus quehaceres a formas y sistemas de trabajo que quizás no son las suyas”.

A esto, el trabajo relevado por las músicas integrantes del panel, refieren es importante para contribuir a aumentar los acervos de conocimiento y a que se sepa más de estos legados culturales y musicales, “pero el impulso debe ir más allá de la “historia compensatoria” y ahondar en algunas de las preguntas planteadas por la musicóloga feminista Marcia J. Citron, quien dice que no solo el “cómo y el porqué debe ser abordado, no solo el qué y el quién”.

El encuentro está disponible para ser visto en el siguiente registro.





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