En julio del 2024 se cumplen 10 años desde el nacimiento del Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE), una herramienta ejecutada por el Ministerio de Educación y las instituciones educacionales que busca democratizar el acceso de los jóvenes más vulnerables a la universidad.
“Tras una década de implementación, y gracias a la cooperación de 29 instituciones de educación superior y cientos de establecimientos educacionales de Arica a Punta Arenas, el PACE ha permitido consolidar redes para avanzar hacia una educación superior inclusiva, esto es, respetuosa de la diversidad y promotora de la solidaridad”, recalcó la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, a través de una carta abierta enviada a El Mercurio.
Según lo señalado por la autoridad de nuestra casa de estudios, junto “con contribuir a la integración del sistema educativo, este programa, así como otros programas similares, ha servido de estímulo para que las instituciones identifiquen las estrategias más apropiadas para acompañar el avance académico y la formación integral de sus estudiantes, promoviendo una educación más humanizada y pertinente, y actualizando su aporte a la democracia y la paz social”.
Además, la Rectora igualmente relevó la figura de Francisco Javier Gil Llambias, destacado académico de la Universidad de Santiago (USACH) y exrector de la Universidad Católica Silva Henríquez, a quien describe como “inspirador del PACE y luchador incansable por el acceso equitativo a la educación superior”.
Sin embargo, Devés también fue enfática al señalar que, al margen de los hitos conquistados, todavía queda mucho trabajo en torno a la democratización del acceso universitario. “Los programas de acceso inclusivo son todavía insuficientes para erradicar las desigualdades que subsisten en el tránsito a la educación superior y en el sistema universitario. Para seguir construyendo equidad, se requiere ampliar los programas públicos que abordan las necesidades específicas de los grupos históricamente marginados, atendiendo, por ejemplo, a la igualdad de acceso a la salud mental de adolescentes y jóvenes independientemente de su contexto”, planteó la autoridad.
Finalmente, concluyó que “este aniversario nos compromete a seguir trabajando por una educación que entregue a cada uno y cada una la capacidad de ejercer su igualdad de voz, fortaleciendo el pluralismo y comprendiendo que solo a través de la colaboración solidaria podremos cumplir con nuestra misión universitaria pública. El desafío es asegurar no solo el acceso efectivo, sino trayectorias exitosas para cada estudiante, sus instituciones y para la sociedad que en conjunto conformamos“.