Durante los últimos meses, nuestro país ha sido testigo de uno de los hechos de violencia más mediáticos del mundo político, y que tiene que ver con la condena de Eduardo Macaya. Padre del senador y ex presidente de la UDI, Javier Macaya, y que fue declarado culpable de abuso sexual infantil.
Sin embargo, este no es el único episodio de nuestra historia donde se han cruzado el abuso y el poder. Lo sucedido el 2003 con el denominado “caso Spiniak” y las denuncias contra el sacerdote Fernando Karadima son otros dos ejemplos de lo complejo que resulta la convergencia de ambas palabras.
Eso es parte de lo que inspiró a los cineastas Arantza e Inti Carrizo-Ortiz para llevar adelante la película “La mujer que no debería estar aquí”, un largometraje totalmente independiente y que se propuso abordar las implicancias que traen consigo este tipo de escenarios. Todo, a través de una postura de género consciente y que, para su directora, resulta un elemento central del proyecto.
“Es un relato nacido de diversos testimonios, reflexiones personales y también grupales entre varias amigas, en torno al abuso sexual. Buscábamos retratar estos miedos, obsesiones, secuelas y sensaciones; algo que es bastante duro. Algunas preguntas que nos hicimos para activar la película es qué harías si pudieses volver a ese día. Qué harías si pudieses encarar a tu abusador años después. La violencia, la rabia, la pena”, compartió Carrizo en entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile a pocos días del inicio del rodaje, que partió el pasado lunes 12 de agosto.
Reflexiones que, en sus palabras, fueron cruciales para llegar a la historia que desarrolla la película. “Básicamente se trata de una mujer mayor, muy misteriosa, que viene a enfrentar a un político joven que habría abusado de ella cuando era niña. O eso es lo que ella plantea”, desglosó sobre la trama, que mezcla ciencia ficción y viajes en el tiempo.
“Es una película de dudas, mucho de ‘le creo a ella’ o ‘le creo a él’. Por supuesto que él dice que es inocente. Entonces, es un juego con la duda que conversa con lo que es el viaje en el tiempo, que es esta vuelta, este giro de género que quisimos dar, aunque siempre con un pie muy firme en la realidad“, explicó Carrizo, quien, tras labrar una extensa carrera como productora, debutará como directora con este filme.
En esa misma línea, agregó que parte del argumento busca hablar también “de la impunidad, la injusticia, la indiferencia, toda esa reflexión que vemos nosotros como espectadores de estas injusticias. Por eso planteamos esta alegoría desde el mundo de la fantasía, de la ciencia ficción, pero con un pie muy adentro en este drama terrible y real, que es cómo sobrevivir a un día que vuelve a ti, que regresa, que se niega a morir, tanto como si es una paradoja temporal o una metáfora sobre estos traumas. Ese es el concepto que forma toda la base de nuestra película, lo que es más importante para nosotros”.
Un trabajo de años
Por estos días, el largometraje de los hermanos Carrizo-Ortiz ya se encuentra en plena etapa de desarrollo. Sin embargo, la misma directora recordó que fueron más de dos años de trabajo antes de arrancar con las grabaciones. Un proyecto que, además de todas sus implicancias temáticas, marcó otro simbolismo para sus carreras.
“Hemos estado trabajando muy cercanamente con la protagonista, que es nuestra madre. Fue un momento en que dijimos ‘unámonos, hagamos esto en conjunto, complementemos nuestras visiones’, mi hermano también muy escuchando mi perspectiva como mujer y como feminista. Y quisimos trabajar y darnos un gustito con una cosa muy especial, que es trabajar con nuestra madre, una actriz profesional de teatro muy importante a la que ahora queremos sacarle el jugo con un protagónico fílmico audiovisual, que tiene pendiente”, compartió Arantza sobre su relación con la reconocida intérprete Norma-Norma Ortiz.
Cercanía que, además, les permitió acceder a actores y actrices de primer nivel tanto en lo profesional como en lo humano. “Es un elenco con el que ella ha trabajado muchas veces en teatro. Por ejemplo, José Antonio Raffo, que es nuestro co-protagonista, estuvo en teatro con mi mamá hace unos años, y ahí yo lo vi. Lo vi en una obra y dije ‘me encanta él, es un dulce, es alguien que uno no podría sospechar jamás que hizo algo malo’. Eso me gustaba mucho de él, que tiene esa dimensión. Ha hecho papeles tanto de villano como de víctima, y plantea esa duda siempre del ‘le creo o no le creo'”, profundizó la directora.
De hecho, el mismo Raffo compartió con Radio y Diario Universidad de Chile su entusiasmo en torno al largometraje: “Creo que uno de los elementos más atractivos de esta película es el estilo que tiene. Es una película que mezcla la ciencia ficción con el dramatismo acerca de casos muy crudos sobre temáticas muy fuertes, como lo son el abuso sexual infantil, también el negacionismo de la política, el ocultismo de ciertos personajes que se comportan de manera reprochable, pero que siempre salen ganando. Esta es una historia muy contingente, pero que está atravesada por este universo de ciencia ficción, lo que lo hace un proyecto muy especial“.
Sobre los intérpretes que completan el elenco, Carrizo adelantó la participación especial de Ariel Mateluna y la incorporación de María Jesús Marcone, quien entró en reemplazo de su colega María José Bello. “Lamentablemente está con un proyecto muy secreto e intenso. Participó del adelanto, pero ahora no nos puede apañar en la película por estos temas de la agenda, pero aun así está apoyando el proyecto, sigue y ayuda compartiendo todo en redes sociales, así que bien por ese lado”, explicó la cineasta.
“Yo vengo de una familia de actores. Mi papá también es actor y director de teatro, y entonces volver a esa cosa cálida de elenco, del teatro, donde los actores apañan y van con su vestuario… Mucho menos jerárquica que el cine tradicional, y que nos ha permitido que nutran mucho la historia”, confesó Arantza.
A todo esto, la directora suma la presencia de la casona donde actualmente se encuentran rodando, la que considera como un personaje más del relato. “Es una casona patrimonial que va a ser un personaje más, básicamente. Porque es la casona que el personaje de José Antonio Raffo, que es el diputado Newman, está restaurando. Y entonces, es un lugar donde él está solo. Pasa un tiempo restaurando la casa, y ahí es donde entra la duda de si él hace algo más en ese lugar”.
Apoyar el cine independiente
Para el equipo resulta fundamental recalcar la condición independiente de la película. “Debido a la complejidad del tema del abuso sexual de nuestra propuesta es que estamos financiando la película de una manera 100% independiente, y estamos con una campaña de crowdfunding. Ya venimos desarrollando, como decía, hace dos años la película, el guion, todo lo que conlleva hacer una producción cinematográfica. Desde el guion hasta las locaciones, el elenco… Todo conlleva, por supuesto, un costo mínimo de alimentación los días que vamos a filmar, costos de producción, de traslado“, compartió Carrizo sobre los alcances de la producción.
“Por eso es que llamamos a nuestros espectadores a ayudarnos, a apoyar, a ser parte del proyecto a través de este crowdfunding, que básicamente es financiamiento colectivo. Es un método de alternativo donde muchas personas colaboran económicamente, compran en verde, por así decirlo, y es para que ellos nos pueden apoyar, el público, a que nosotros hagamos la película de la mejor manera posible”, señaló la cineasta sobre la campaña disponible en el sitio web oficial del filme.
“Se puede aportar desde $5 mil pesos. Ofrecemos distintas experiencias como entradas a la avant premiere, autógrafos del elenco, el afiche en tamaño cine, tu nombre los créditos, que es algo muy impresionante de ver cuando uno va a la sala de cine. Participar, ir al set de filmación… Tenemos un montón de recompensas, así que los invitamos ahí a que sean parte“, concluyó la cineasta.