Corría 1973 y dos días después del Golpe cívico militar en Chile, la hermana Odile Loubet, francesa y perteneciente a la Congregación Dominicas de Santa Catalina de Sena, recorría el Río Mapocho retirando cadáveres para sepultarlos. Fue allí cuando conoció a un sobreviviente de un fusilamiento, un joven brasileiro, a quien, con tres balas en el cuerpo, acogió en su casa para sanarlo y ayudarlo a salir del país. Ese, según las palabras de Odile Loubet, fue su “primer encuentro con el horror”.
Parte de la vida de esta religiosa que llegó a Chile en 1965, protagonista del libro que el historiador y doctorando en Historia por la Universidad París Saclay y la Pontificia Universidad Católica de Chile, Samuel Laurent Xu lanzará este martes en Parque Cultural de Valparaíso-Ex Cárcel y que, con antecedentes inéditos y reveladores, visibiliza el rol de muchas religiosas, y también laicas, que arriesgaron su vida para salvar las de centenares de perseguidos políticos.
El libro incluye las vivencias de la “Hermana Odile”, quien trabajaba en los sectores populares del sector Oeste de Santiago (hoy Pudahuel, Cerro Navia y Lo Prado) cuando ocurrió el Golpe cívico militar. Testimonios, incluyendo crueles ejecuciones y torturas, quedaron plasmados en cuadernos rescatados y estudiados, en 2018, por Laurent Xu, que primero dieron vida a un documental premiado en Uruguay, en 2020, “En nombre de todos mis hermanos” y que hoy se han transformado en este libro con inédita información sobre las acciones clandestinas y arriesgadas de muchas religiosas que, además debieron enfrentar el rechazo de la jerarquía eclesiástica. Un libro que sin duda rinde un homenaje a la resistencia desde lo femenino y desde las bases de la Iglesia en sectores populares.
La hermana Odile Loubet tuvo conflictos con su Congregación y tuvo que dejar sus votos estimando que su compromiso con los Derechos Humanos requería compromiso y acción. Sufrió un intento de atentado, pero se mantuvo activa hasta el final de la dictadura. Años después y producto de una enfermedad de Alzheimer, su familia la trasladó hasta Argentina donde falleció en 2010.
Si bien no existe información exacta sobre la cantidad de religiosas que se mantuvieron en resistencia a la dictadura, ayudando a las víctimas, sí se sabe que estuvieron activas en gran parte del país y según lo señalado en su oportunidad por el sacerdote diocesano y activista por los derechos humanos chileno, Mariano Puga, fueron centenares quienes obtuvieron el apoyo de las religiosas.
Según el autor del libro, Samuel Laurent Xu, “la Iglesia popular jugó un rol fundamental después del golpe de Estado de 1973. Muchas capillas en las poblaciones abrieron sus puertas para esconder gente perseguida. Se organizaron redes informales para salvar a las personas que necesitaban ayuda y refugiarse hasta las embajadas. Las religiosas y sacerdotes también actuaron como actores y actrices de cohesión y organización dentro de las comunidades cristianas de base” “Si algunos curas y religiosos de la Iglesia popular son más destacados, las religiosas quedan en la sombra, y hay muy poca información sobre sus historias de lucha y resistencia. Pero estas mujeres, chilenas y extranjeras, se la jugaron durante la dictadura y no dejaron de acompañar a los más pobres a pesar de las condiciones y de los riesgos.”
Sobre la relevancia de mantener vivas estas historias, Laurent Xu señala enfático: “La recuperación de la memoria no solamente tiene que ver con sacar a estas mujeres del olvido – lo que fue uno de los objetivos del libro – pero también abrir reflexiones para hoy y mañana a partir del testimonio de vida y de entrega que dejaron al pueblo chileno.”