Alsacia y Express de Santiago Uno, son las empresas concesionarias peor evaluadas del Transantiago, según reveló el primer ranking de desempeño de las siete compañías operadoras, correspondiente al trimestre julio-septiembre.
Santiago Uno, responsable de los recorridos 400 y D, logró un 90,3 por ciento de cumplimiento, cifra que está en el límite del mínimo aceptable (90). En tanto, Alsacia, de los recorridos 100, no cumplió con ninguno de los parámetros establecidos, alcanzando sólo un 76,9 por ciento.
Esto cuando, en el último tiempo, se han registrado una serie de paralizaciones de conductores de buses y protestas espontáneas de los usuarios.
El Coordinador del Transantiago, Patricio Pérez, en conversación con Radio Universidad de Chile indicó al respecto que “cualquier situación de conflictividad en los usuarios, a propósito de quejas por mal servicio y las implicancias que eso pueda tener, se abordan resolviendo los temas estructurales en la prestación del servicio y ahí el rol de las empresas es clave”.
“Acá no es que haya mala voluntad de alguien por no querer hacer bien las cosas. El desafío que enfrenta cada compañía depende de la zona de la ciudad que tiene y los recorridos de los que es responsable es diferente y, por lo tanto, lo que uno espera de una empresa privada es que tenga la capacidad, flexibilidad, inteligencia y gestión para abordar los desafíos”, agregó Pérez.
El coordinador del Transantiago sostuvo que en los nuevos contratos con las empresas concesionarias la calidad del servicio es una de las prioridades, ya que se establecen niveles de cumplimiento por sobre el 90 por ciento para considerar que la operación “es aceptable”.
Además, se refirió a las críticas que genera el actual modelo de concesiones y afirmó que pese a que “es un problema, evidentemente muy complejo”, se debe atacar los problemas de fondo del sistema y no recabar en las responsabilidades anteriores.
“Es súper importante que uno no se quede en lugares comunes, sino que ataque los problemas de verdad. Si eso implica tener conversaciones cada vez más rigurosas con las empresas por la eventual deficiencia del servicio que estén prestando, así será, pero al alero de las normas, las leyes y del contrato que establecemos, porque estamos en un estado de derecho en el que tenemos que respetar las normas y las leyes”, explicó.
Pérez afirmó que estas son acciones que forman parte de un todo mayor, en ese marco, defendió las decisiones que se han tomado, como que cada una de las empresas tuviera su propio color: “La buena prestación de calidad de servicios y la identificación de cada una de estas compañías, debe ser reforzada con la identidad que tienen los propios buses. Lo que pretendemos hoy es dar ese primer puntapié para que los usuarios se refieran a utilizar un bus Transantiago no como genérico sino el de Subus o Alsacia, por ejemplo, y ahí el refuerzo de los colores es claves para lograr este efecto”, dijo.
En cuanto a los desafíos, el Coordinador del Transantiago afirmó que van en la línea de seguir mejorando las empresas, que están pasando una etapa de adaptación, donde deben empezar a preocuparse de aspectos por los que no se preocupaban, como la calidad del servicio, aunque reconoció que el tiempo que se han demorado algunas de ellas “ha sido más lento de lo que se esperaba”.