A casi dos semanas de haber recibido el informe de avance de la Comisión para la Medición de la Pobreza, el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, aseguró que hay un calendario de cambios en marcha. El trabajo relacionado con el diseño muestral avanza: en junio se realizará una licitación, en octubre una comisión hará observaciones y en marzo de 2014 se realizará una nueva encuesta Casen.
Cabe recordar que la última edición de la medición fue cuestionada por los resultados que arrojaron los datos reunidos en 2011, lo que provocó el fin de la cooperación de la Comisión Económica para America Latina y el Caribe (Cepal) en su confección.
Ahora se oficializó que son tres los cambios con los que el Gobierno pretende mejorar la medición. Se seguirá midiendo en base a las líneas de pobreza e indigencia; se actualizará el valor de éstas y se agrega una nueva de vulnerabilidad; y finalmente se sumarán aspectos de multidimensionalidad que apuntan a educación, salud, vivienda y entorno.
El académico experto en pobreza de la Universidad Católica Silva Henríquez, Marcelo Yáñez, dijo que son valorables estas incorporaciones: “Algo similar ocurre con la incorporación de otros aspectos subjetivos en las mediciones, pero que tienen que ver con la sensación que tiene la gente respecto de el mayor o menor grado de inclusión que sienten en la sociedad o cómo se ven enfrentados a los distintos procesos de desarrollo. En ese sentido, el conjunto de medidas que se han anunciado, incluida la actualización de la canasta, asociada la determinación del crecimiento de la línea, de una u otra manera deberían servir para reflejar de mejor manera la sensación y realidad que vive una parte importante de la población”, explicó.
Sin embargo, Yáñez dijo que también se debe avanzar en el reconocimiento de otras variables para una medición más integral: “Si queremos ser más coherentes como país en lo que estamos planteando, desde la perspectiva de las políticas macro, también esperaría que se avanzara con igual grado de decisión en reconocer a las personas un conjunto más amplio que las necesidades alimenticias, de vivienda, de salud y vestuario. Poder tener políticas más integrales, asociadas a garantizar desde el Estado mejores condiciones de vida, más integrales, para las personas”, indicó.
Todos los cambios se aplicarán de manera pausada, lo que permitirá comparar la encuesta con la metodología anterior. Pero también destaca que ahora el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ocupará el rol realizado de la Cepal.
El presidente de la Fundación para la Superación de la Pobreza, Leonardo Moreno, valoró los cambios, pero recordó los cuestionamientos al instituto por sus recientes polémicas y la lenta tramitación del proyecto de INE autónomo.
“No va a ser posible que el INE se haga cargo de esto de aquí a noviembre, fundamentalmente porque la implementación lleva su tiempo. Con todo, cabe señalar que la encuesta Casen, que mide muchos aspectos, la vienen realizando distintos centros de estudio, independiente de si es INE o el ministerio de Desarrollo Social. Como fundación, hemos dicho muchas veces que necesitamos un INE autónomo, diverso, plural, que realmente dé garantías de lo que se está haciendo. Nunca imaginamos que en el camino nos íbamos a encontrar con esta situación tan complicada y lamentable”, dijo.
Ante estas demoras que presenta la nueva institucionalidad estadística que discute el Parlamento, el ministerio de Desarrollo Social prepara una alternativa, porque el organismo podría no estar operativo ni implementado.