El ministerio de Relaciones Exteriores de Chile resolvió sancionar al cónsul chileno en Haití, Diego Rivera, miembro de la representación chilena al momento de la muerte del sargento de la Armada, Guillermo Arévalo, destinado en la legación diplomática, quien murió de seis impactos de bala.
La determinación de la Cancillería se enmarca en el sumario llevado a cabo con el fin de establecer la posible participación y responsabilidad de funcionarios de dicho ministerio en el crimen del uniformado nacional.
El diplomático recibió una multa del 5 por ciento de su sueldo mensual por infringir obligaciones administrativas, en la que aparece como la primera amonestación efectiva del caso.
Según estableció la Cancillería Diego Rivera no respetó el artículo que delimita la conducta de los funcionarios diplomáticos, el cual declara que: “Serán obligaciones de cada funcionario observar una vida social acorde con la dignidad del cargo”. Lo anterior, producto de su concurrencia a los bares de Puerto Príncipe ‘Yet Set’ y ‘Barak’, no recomendados, y donde también se encontraba el sargento.
Otra sanción contra el cónsul se refiere a que, “sin el conocimiento y, por tanto, sin autorización de (Mauricio) Leone (embajador de Chile en Haití)”, realizó declaraciones a los medios de comunicación una vez confirmado el crimen, lo que es una vulneración de las instrucciones generales del Cuerpo Diplomático.
La investigación indica que Rivera omitió y entregó datos errados en las primeras indagaciones del hecho, cuando no informó a la embajada de una llamada por teléfono del carabinero Jorge Oyarzo que revelaba el asesinato. Además, de otras conductas inexactas de Rivera vinculadas con indagaciones que se hicieron que buscaban aclarar las circuntancias que terminaron con la vida del sargento primero.
Cabe señalar que todavía no se han esclarecido los acontecimientos ocurridos el 17 de junio de 2012, día en que falleció el sargento chileno de misión en Haití, Guillermo Arévalo.