En entrevista con nuestra emisora, la decana de facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Doctora Cecilia Sepúlveda, conversó sobre las políticas públicas vigentes en nuestro sistema, resaltando la necesidad de realizar un cambio de paradigma desde lo curativo al sistema de prevención.
La necesidad de fortalecer el Hospital Clínico de la casa de Bello, la debilidad del sistema público, el cambio epidemiológico, la realidad en la formación de especialistas médicos y cómo, desde la docencia, se trabaja para que en los futuros profesionales de salud prevalezca un sentido humanitario por sobre lo neoliberal, fueron otros de los temas reflexionados por decana, en conversación con la periodista Paula Campos.
Haciendo una radiografía a la salud en Chile, ¿qué opina de su estado actual?, tanto en lo que a políticas públicas se refiere, como al sistema de prevención usuaria.
Se puede abordar desde diferentes ángulos. Por un lado, tenemos un país con destacados índices de salud. Chile es un país en el que los índices como mortalidad infantil, mortalidad materna, expectativas de vida, son indicadores que nos colocan casi al mismo nivel de países desarrollados, pero, al mismo tiempo, es un país en el cual enfermedades crónicas comienzan a tomarse cada vez más el primer lugar de preocupación.
Epidemiológicamente el país ha cambiado, las enfermedades que más afectan a los chilenos han variado durante las últimas décadas, disminuyendo de manera sustantiva las enfermedades infecciosas, que nos preocupaban cincuenta años atrás. Recuerdo que cuando yo estudié medicina, una de las grandes preocupaciones era las diarreas infantiles y la nutrición infantil, eso ya no lo vivimos con la misma intensidad. Ha cambiado el perfil epidemiológico, hoy día son mucho más frecuentes las enfermedades crónicas como la obesidad, que acompaña a muchas otras enfermedades que son las metabólicas, como la Diabetes Mellitus.
Los macro indicadores son muy buenos, pero tenemos un sistema de salud que no da cuenta de las reales necesidades de la población, y al igual que en otras materias del país, se expresa una profunda desigualdad, con problemas de acceso a una atención oportuna. Es efectivo, que hoy en día contamos con mayor oportunidad de acceso y garantías financieras y de calidad para un conjunto de problemas de salud que son los más frecuentes, los que están incluidos en el plan Auge, pero sabemos que mucha gente está cotidianamente esperando horas de horas por una atención, que muchas personas están esperando años por una cirugía que puede ser importante para cambiar su calidad de vida.
Tenemos un sistema de salud desigual, que no está haciendo el énfasis que se requiere en prevención y en la atención primaria, en el fomento de la salud, se sigue poniendo énfasis en lo curativo, en circunstancias de que muchas condiciones de salud son prevenibles como la obesidad, el sedentarismo.
Esas son las grandes características de un sistema de salud público que se ha precarizado, que hace cada vez más difícil el acceso oportuno, y un sistema de salud que entrega una medicina más oportuna a quienes pueden pagar y no a quienes no pueden; un sistema que a nivel público se hace cargo del 80% de la población. Estamos frente a una situación grave, compleja, que hace necesario plantear cambios profundos al sistema. Hoy día la salud no se está entendiendo como un derecho social, nuestro sistema de financiamiento no es solidario, lo que lleva a tener mejor atención a quienes pueden pagar.
Se habla de la necesidad de hacer un cambio de paradigma desde lo curativo a lo preventivo, ¿se ha errado el camino?, ¿cuáles son los primeros pasos para poder generar el cambio?
Creo que se ha ido privatizando el sistema de salud. Chile es uno de los países de la OCDE en el cual el gasto público alcanza solo el 3,5% del PIB y representa esto alrededor del 50% del gasto total en salud. En promedio, en los países de la OCDE el gasto público alcanza un 8%, entonces hay un problema de políticas públicas, una necesidad de invertir mucho más en salud de lo que hacemos en la actualidad. Este porcentaje del PIB ha mejorado, a fines de los 80 llegó a ser el 2%, por ello escuchamos que aumenta, pero no es suficiente, se necesita aumentar el financiamiento para un sistema de salud que realmente pueda ofrecer atención de calidad a la mayoría de la población.
Se requiere con mayor financiamiento, poder contar con más consultorios, con más programas de prevención, de fomento de la salud, una acción intersectorial y conectada otros ámbitos del Estado, porque la salud no sólo depende de los que se haga en salud, es interdisciplinar.
Otra necesidad es aumentar la presencia de profesionales de la salud. Hoy vivimos desigualdad en torno a eso, porque faltan profesionales de salud, faltan médicos especialistas en nuestra salud pública, pero sobre todo en zonas extremas, ahora, la loca geografía nacional dificulta, pero faltan muchas cosas, profesionales, mejorar infraestructuras, más consultorios, hospitales. Creo y sostengo que el gasto público debiera subir para fortalecer el sistema público, para no traspasar recursos al sistema privado para satisfacer carencias, que significan listas de esperas, que para solucionarlos se transfieren recursos a lo privado.
¿Cómo se solucionan las demandas de salud en las regiones?
Hay una falta importante de profesionales en todo nivel, también en las grandes regiones. Se ha hablado del tema de los anestesiólogos, es verdad, faltan, pero en las regiones es más aún. Ya está determinado que se necesitan más especialistas, pero formar especialistas toma tiempo, son otros tres años por fuera de su formación general.
Necesitamos un plan nacional de formación de médicos especialistas, que sea sostenido en el tiempo, que mire el perfil epidemiológico y demográfico que tiene nuestro país y qué es lo que va a ocurrir a futuro y, así, forme profesionales acorde a las nuevas necesidades, como geriatría en este momento.
En un plan de formación, en conjunto con los centros formadores que son las universidades, se pueda ir implementando una formación para cumplir con el número de especialistas que se necesitan, con el compromiso de ellos, de ir a entregar su formación, la atención de calidad, en las regiones, que es donde más se necesita. Esto desde 2007 ha ido aumentando, así como también el financiamiento para que se formen. Durante muchos años, quienes se formaban tenían que autofinanciarse, y se hacía muy complejo, era un problema, porque estudiaban y trabajaban.
Es una formación de tiempo completo, acompañada de turnos de una vez por semana al menos, entonces formarse con dedicación completa, haciendo turnos, además debiendo trabajar para pagar su formación era una compleja situación que atentaba contra la necesidad del país, y al mismo tiempo, hacia comprensible que muchos de los especialistas una vez terminada su formación se fueran al sistema privado.No había compromiso con el país. Eso se ha ido terminando en la medida que el Estado ha entregado financiamiento para que se formen. Hoy día, se forman alrededor de 3000 médicos financiados por el Estado.
Hay que hacer alianzas, políticas de retención para los especialistas que se van a regiones, sino vamos a tener una especie de rueda, donde van a querer volver a su lugar de origen, porque donde están no se dan las condiciones para constante formación, no hablo solo de incentivos económicos solamente, sino de formación, equipo de trabajo para consultar los casos, y otras razones más personales.
¿Qué pasa con la calidad de los lugares de formación?, ¿qué evaluación hace de ellos?
Ese es un tema importante, es necesario que quienes se formen lo hagan con el mejor estándar de calidad. En ese sentido, hay que destacar que las escuelas de medicina deben acreditarse, ahora sabemos los problemas con los procesos de acreditación, pero al margen de ello, las escuelas han mostrado gran interés en acreditarse, con excepciones por cierto, pero hay la intención de contar con indicadores de formación óptimos.
Me gustaría enfatizar en que la facultad de Medicina de nuestra Universidad tiene el mayor peso en la formación de especialistas de nuestro país. Formamos más del 50% de los especialistas médicos y dentro de esa capacidad es muy importante lo que realiza el Hospital Clínico, más o menos el 40% de los médicos que formamos, se forman en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, por lo tanto, es muy importante que nuestro hospital pueda seguir fortaleciéndose.
“Los médicos de ahora no son cómo los de antes” escuchamos a menudo como crítica ciudadana, ¿qué pasa con la relación médico-paciente?
Creo que es así, es una preocupación en las escuelas de medicina el poder desarrollar una actitud más humanista, más cercana. Creo que en gran medida tiene que ver con el modelo neoliberal, donde se acentúa el individualismo, lo que cada uno hace. En general, los estudiantes de medicina llegan con una gran vocación de servir, pero a medida que transcurren los estudios van teniendo la presión. En muchos casos, las familias han tenido que absorber los estudios, recién en los últimos dos o tres años, las becas estudiantiles están permitiendo que los jóvenes de los primeros quintiles puedan recibir una beca de arancel, lo que cubre el arancel de referencia, entonces pueden estudiar medianamente más tranquilos, igual en algunas casas de estudios tienen que cubrir la brecha entre el arancel de referencia y el arancel real.
Aprovecho de decir que en la Universidad de Chile no es así, nosotros cubrimos la brecha, pero a lo que voy es que esto solo pasa en los últimos años, antes debían recurrir a créditos –quienes podían hacerlo- entonces han salido con una mochila de deuda que te obliga a tener que trabajar de una manera incesante para cumplir con esos compromisos, ahí el sistema privado es más atractivo.
Es importantísimo que se avance no solo a una educación de calidad, sino también a un sistema que permita que los jóvenes puedan estudiar con tranquilidad, sin tener que estar pensando en que están adquiriendo una deuda y en cómo la van a pagar a futuro. Recordemos que no todas las familias pueden siquiera pagar una universidad, hay casos dramáticos en que hay que decidir a cuál le toca ir a la universidad.
Hospital Clínico
¿Cuáles son los próximos desafíos del Hospital?
Yo he dicho entes que no se ha valorado de manera adecuada a nuestro Hospital Clínico, somos hospital universitario público, sin embargo, tratado como una clínica privada por el sistema de salud público. Quiero decir con esto que cuando el Hospital de la Universidad de Chile ofrece prestaciones a costos razonables para la atención de los pacientes del sistema público, debe competir en igualdad de condiciones con las clínicas privadas, para poder optar a ofrecer esos servicios.
El Hospital de la Universidad de Chile es un hospital de excelencia, con estándares de calidad de los mejores, ha implementado permanentemente soluciones de salud de alta complejidad, ha sido pionero en trasplantes renales y en tantos otros ejemplos, pero hoy se tiene que autofinanciar en gran medida, lo que ha generado un grado importante de problemas financieros al hospital. Es por ello que nosotros hemos estado proponiendo que el hospital participe de una manera más intensa de la red pública de salud. Uno de los aspectos importantes que vemos para efectivizar esta participación es que se modifique de la Ley de Compras y el que el Hospital Clínico tenga el mismo trato que tienen los hospitales de las Fuerzas Armadas y Dipreca, por ejemplo.
¿Cómo alivianaría al Hospital este cambio?
Lo aliviaría en el sentido que no tendría que competir con las clínicas privadas, podría entrar en trato directo con los sistemas de salud que requieran prestaciones, de la manera como lo hacen los diferentes hospitales y servicios de salud entre sí, a eso me refiero, sin perder su autonomía, eso es muy importante. El Hospital, es un hospital de la Universidad de Chile y tiene autonomía en el mismo sentido que tiene toda la Universidad de Chile, pero facilitaría que se pueda ofrecer estas prestaciones de alta complejidad de manera más expedita y a costos razonables. Nuestro hospital tiene la capacidad para recibir y asumir esos partos que no pueden ser asumidos por los hospitales del Sistema Nacional del Servicio de Salud, cirugías de alta complejidad, podemos ser centro de referencia para servicio de salud a lo largo del país, en fin, una serie de situaciones a las que nosotros podríamos ayudar.
El hospital de la Universidad de Chile tiene la capacidad para suplir muchas falencias que vive el sistema público de salud. Podría aportar soluciones importantes, sobre todo en la zona norte, que es donde estamos instalados, pero también a nivel de todo el país en atenciones de alta complejidad.
Hoy día el hospital no puede celebrar convenios directamente con los servicios de salud, creemos que esto es discriminatorio, y queremos cambiarlo. Estamos pidiendo que el parlamento incluya una glosa en el presupuesto de salud, de manera tal que se permita los convenios directos para la atención de sus beneficiarios con el Hospital Clínico.
¿Cómo ve las voluntades para avanzar en el proyecto?
Creo que esto se puede concretar. La autoridad de salud está consciente que el Hospital Clínico es un recurso que se está subutilizando, el ministro de salud así lo declaró en una entrevista, no en esos términos, sino diciendo que en su gobierno no consideró la construcción de un nuevo hospital en el sector norte de la Región Metropolitana, y que él creía que se podía fortalecer el Hospital Clínico de la Universidad de Chile. De manera que veo que existe voluntad e interés de parte de la autoridad por apoyar esta iniciativa, asimismo, creo que encontraremos el apoyo en la comisión mixta, que es quien tiene que revisar el presupuesto en salud.