La única forma de que Chile tenga una Constitución legítima es que ésta sea elaborada por una Asamblea Constituyente elegida por la ciudadanía. Así lo manifestaron representantes chilenos en el quinto Congreso Internacional de Poder Constituyente, que se realiza este fin de semana en Barcelona.
El encuentro contempla dos jornadas en el Centro Francesca Bonnemaison y se realiza en el marco del Proceso Constituyente en Cataluña, que promueve un cambio del modelo político y la independencia de esa región. Justamente, el congreso se inició con una exposición de Teresa Forcades, religiosa española que ha sido una de las principales impulsoras del movimiento.
Uno de los invitados latinoamericanos fue Matías Sagredo, representante de la Red de Estudiantes por una Asamblea Constituyente, quien hizo un repaso histórico sobre la creación y las modificaciones de la actual carta fundamental chilena.
Luego, el dirigente manifestó que “la única vía posible, en Chile por lo menos, es una Asamblea Constituyente electa por los ciudadanos, que refrende el proyecto constitucional en un referéndum popular, ante toda la población. No tenemos otra alternativa”.
“No permitiremos que nos impongan nuevamente una constitución ilegítima, usurpando el poder constituyente y arrogándolo a un Congreso al que no le corresponde. Seguiremos trabajando hacia ese destino, con el fin de revertir este sistema corrupto en que el poder económico gobierna y los derechos ciudadanos están por debajo de aquello”, añadió Sagredo.
Desde Latinoamérica también estaba invitado Patricio Pazmiño, presidente de la Corte Constitucionrobal de Ecuador. Aunque a última hora se ausentó, la exposición del personero fue presentada por Luis Valenzuela Triviño, vicecónsul de Ecuador en Barcelona.
El representante ecuatoriano destacó que la actual norma de ese país garantiza que la permanencia o cambio de la Constitución solo depende de la soberanía popular: “La Corte Constitucional no es la guardiana exclusiva de la Constitución existente, sino también del derecho de los ciudadanos y ciudadanas a cambiarla, así como de la regularidad del proceso. En última instancia, es el propio pueblo ecuatoriano el garante de la permanencia o del cambio constitucional. Este es el gran elemento de rigidez de la Constitución de 2008, que solo el poder popular puede cambiarla; pero también es su elemento de flexibilidad, porque si una mayoría social así realmente lo quiere, no hay más remedio que cambiarla”, dijo.
Por su parte, Roberto Viciano, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia, señaló que el debate sobre el poder constituyente se ha instalado en España en los últimos cuatro años: “Casi todo el mundo decía a qué viene esto de un proceso constituyente, que era una cosa absolutamente loca, casi nadie hablaba del tema. Ahora está situado sobre la mesa y ha logrado un protagonismo central en el debate político. Además, en ese momento no era asumido por ninguna fuerza política oficialmente -aunque había sectores que planteaban que había que ir a un proceso constituyente- pero hoy es asumido por bastantes fuerzas políticas del Estado español. En ese sentido, ha habido un cambio sustancial”, afirmó.
En el Congreso también participan invitados de diferentes movimientos sociales nacidos en Estados Unidos, Grecia, Túnez, Islandia, Francia, Turquía, Cerdeña y Galicia, entre otras regiones del mundo.