Daño Transgeneracional: El dolor de los nietos de víctimas de la dictadura

El trauma provocado por la tortura no afecta sólo a la generación que lo vive, sino que se manifiesta por lo menos hasta la tercera descendencia. Aquello es conocido como Transgeneracionalidad del Trauma Psicosocial, fenómeno detectado en algunos nietos de ex Presos Políticos y Torturados durante la Dictadura.

El trauma provocado por la tortura no afecta sólo a la generación que lo vive, sino que se manifiesta por lo menos hasta la tercera descendencia. Aquello es conocido como Transgeneracionalidad del Trauma Psicosocial, fenómeno detectado en algunos nietos de ex Presos Políticos y Torturados durante la Dictadura.

Anualmente el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, distingue a los investigadores que contribuyen al conocimiento científico sobre la temática de los Derechos Humanos.

El año 2012 la investigadora Ximena Faúndez, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso, fue galardonada con su tesis doctoral “Transgeneracionalidad del Trauma Psicosocial en nietos de ex presos político de la dictadura militar chilena 1973-1990: transmisión y apropiación de la historia de prisión política y tortura”.

Esta investigación, única en el país, se propuso indagar desde la psicología cómo las terceras generaciones de personas que vivieron prisión política y tortura durante la Dictadura, construyen su propia historia de vida. Apropiación en torno a la historia social de Chile, familiar e individual, fenómeno denominado Transgeneracionalidad del Trauma Psicosocial.

En el estudio participaron 14 nietos de ex presos políticos, ocho mujeres y seis hombres, con un promedio de 21 a 24 años de edad.

El tema de la detención y tortura por razones políticas es el más silenciado en Chile, señala la investigadora, y con este estudio se puede afirmar que más de 40 años después de ocurridos los hechos, existe un proceso de transmisión y apropiación de la historia de prisión política por parte de los nietos de Ex Presos Políticos.

“La transmisión del trauma de la tortura tiene que ver con la experiencia subjetiva, es decir, lo que se siente, lo que se piensa, el terror, el miedo, lo que pasa con la experiencia humana al estar en esa posición y eso es lo no narrable. Un nieto conoce el relato de su abuelo o abuela y desde el dolor se pregunta qué habrá deseado su abuelo, acaso se habrá arrepentido de lo que era, habrá mantenido sus convicciones”.

En este sentido los nietos dicen que no ha habido un reconocimiento social suficiente que les permita salir de esta situación encapsulada, pues las familias experimentan y responden aún con la “privatización del daño”.

La experta señala que el trauma se manifiesta en los nietos a través de la construcción del relato en tres momentos. “Ellos parten contando la situación en tercera persona, en una segunda etapa del relato se introduce la opinión, y finalmente, relatan como protagonistas apropiados de la historia y el terror” describió Faúndez.

Pese a que el relato específico de la tortura es un núcleo traumático muy complejo de poner en palabras, la investigadora aclara que los nietos sí transmiten el terror impuesto por los agentes del Estado a sus abuelos, como si lo hubiesen padecido ellos.

“Los que uno podría interpretar es una historia dolorosa y traumática, que muchas veces no ha encontrado palabras. Uno encuentra en el relato de los nietos una descripción muy específica que es casi como una imagen con el color, el ambiente, y otros detalles del lugar y del momento cuando el abuelo es detenido; y eso es una reconstrucción y apropiación”, la experta.

Entre los mecanismos de reparación, aparte de la justicia y reparación, está el reconocimiento y visibilización de los hechos socialmente, sostiene Faúndez. En este sentido toma relevancia el proyecto de archivos como, por ejemplo, el archivo oral del Museo de la Memoria.

Al respecto, Walter Roblero, encargado del archivo oral del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, y uno de los fundadores de la Red de Historia Oral y Archivos Orales, coincide con Faúndez. Sostiene que romper el silencio a través del registro del relato y su divulgación puede contribuir en la reparación.

No obstante, Roblero dice no tener base científica para asegurar que ayude a la sanación del trauma psicológico.
“Precisamente, nosotros los testimonios y las fuentes orales los trabajamos con un eje central que tiene que ver con los traumas provocados durante la dictadura. En este sentido a mí me gustaría pensar que este patrimonio testimonial va a servir para la reparación transgeneracional, pues el hecho de que se conozca públicamente genera un reconocimiento social, aunque no puedo asegurar cómo esto opera a nivel psicológico de las personas afectadas”, comentó Roblero.

En cuanto a los resultados de la investigación, la historia relatada por los nietos se inscribe en una lógica transgeneracional del trauma consistente con la literatura a nivel internacional, pues fuera de Chile existen estudios de este fenómeno producido por historias de violencia política.

Entre estos estudios comparados figuran los aplicados a terceras generaciones de las víctimas de los Holocausto, lo que corrobora esta investigación local.

El trauma psicosocial no afecta sólo a la generación que lo vive, sino que se manifiesta por varias generaciones “sobre todo cuando las sociedades no han sido capaces de enfrentar con justicia, verdad y reconocimiento, el terror impuesto por un Estado”, enfatizó la investigadora.





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