“Que se hagan cargo los tribunales de justicia”, “seguiremos trabajando por Chile”, “todo ha sido un error” y “asumir la culpa a modo personal”, son algunas de las ideas que se repiten en los discursos y disculpas públicas que se han visto obligados a hacer tanto los personeros involucrados como miembros de la Unión Demócrata Independiente luego de la escalada de antecedentes emanados del caso Penta que ha puesto en jaque el estilo de financiamiento en la política y la influencia del poder económico sobre los representantes de todos los ciudadanos de Chile.
¿Pero qué se intenta realizar con esta retórica y cuáles podrían ser sus efectos en la opinión pública? ¿Qué hay detrás de las palabras del partido más conservador de Chile? Tres analistas del lenguaje y el discurso político conversaron con El Diario Electronico de la Universidad de Chile y dan sus opiniones respecto a las frases utilizadas por la senadora Ena Von Baer, el senador Andrés Moreria, el presidente de la UDI Ernesto Silva y el histórico Andrés Chadwick, en los que llaman a separar las ideas que los vinculan con la influencia del empresariado en su partido y prometen seguir trabajando por los más pobres y enmendar la situación.
Pedro Santander Molina Doctor en lingüística de la Universidad Católica de Valparaíso
“Es una estrategia que la UDI repite en el tiempo”
¿Qué le parece la estrategia comunicacional que desplegó la UDI?
En términos generales yo veo que la UDI utiliza las mismas estrategias comunicacionales y discursivas que empleó respecto a las violaciones a los Derechos Humanos, o sea, no querer asumir institucionalmente el asunto, sino que, como conductas individuales, aunque todo indica que toda la institucionalidad tiene que ver en el asunto.
Es una línea argumentativa o discursiva de la UDI que viene de la defensa del pinochetismo y sus violaciones a los Derechos Humanos. A pesar de que todo demuestra que fue una política de terrorismo de Estado, cuando se habló del tema y de uniformados involucrados, siempre se habló como responsabilidades individuales y aquí ocurre algo similar, donde los hechos indican que se trata de una práctica institucionalizada de este partido en relación a cómo financiaban sus campañas políticas.
Es una estrategia que la UDI repite en el tiempo, primero con su defensa a los crímenes contra los DD.HH en dictadura y ahora con su relación con el dinero.
¿Y esta estrategia funciona en la actualidad?
Cuando los hechos se extreman, todas las estrategias discursivas de marketing político, defensa corporativa o comunicación estratégica se vuelve débiles con hechos son tan evidentes. Es claro que en el último tiempo la política se apoya mucho en estrategias de marketing pero frente a la realidad de los mails que se han filtrado; frente a la realidad de lo que investiga el fiscal; la contundencia de las cantidades de dinero que estamos hablando; frente a eso, todas estas estrategias llegan a un límite. Muchas veces los discursos tienen la intención de falsear la realidad pero en contra de los hechos no creo que tengan efecto.
Ricardo Martínez Master en estudios cognitivos y doctor lingüística
“Nos damos cuenta de que hay una falacia”
¿Cómo enfrentan los personeros de la UDI esta situación?
Cuando una persona está en una situación de conflicto verbal donde las palabras son muy importantes, como suele acontecer en la política y con el mundo que aparece en los medios de prensa, tiene que tomar el tema y por otro lado plantear su postura y a veces es muy difícil porque está en una situación de encrucijada.
El tema es difícil de abordar y por lo tanto la única forma de responder es de forma lateral, vale decir, no responder directamente al tema y tematizar otra cosa. Eso se ocupa desde la época de Aristóteles. Por ejemplo al plantear lo del “error involuntario” (Ena Von Baer) me parece que es muy claro que se intenta plantear que ellos no son el agente de lo que está ocurriendo, o sea, que sucedió por una especie de “casualidad”, sin “intencionalidad”, disminuyendo así la carga de responsabilidad que uno le podría asignar por lo que ellos mismos dicen. Esas son formas muy habituales en que eso se maneja. El análisis crítico del discurso trabaja mucho sobre esos problemas.
Pero eso no lo saben todos y en Chile existen bajos niveles de comprensión ¿Surtirá efecto en las personas?
Para nada. Esto es muy distinto a lo que se tiende a pensar. En Chile estuvimos acostumbrados a, que durante la dictadura, los mensajes siempre tuvieran una especie de segunda intención: se decía una cosa y se quería decir otra o se decía una cosa para evitar decir otra; y por lo tanto los chilenos nos acostumbramos muchos a esos mensajes que son indirectos. Múltiples estudios muestran que Chile es un país en que las cosas nunca se dicen directamente y se dicen con eufemismo o de forma indirecta. Por lo tanto somos bastante hábiles en darnos cuenta de eso, la opinión pública se da cuenta de inmediato y una cosa que lo muestra con mucha claridad es que cuando aparecen estos dichos como el del “error involuntario” u otros, se transforman en trending topic (tendencia del momento) o sea nos damos cuenta de inmediato que ahí hay una falacia, una trampa argumental.
Si bien los índices de comprensión lectora son bajos, somos extremadamente hábiles para comprender lo que las personas dicen y eso hace que no resulte mucho la técnica.
Lorena Antezana Coordinadora del Magíster en Comunicación Política de la Universidad de Chile
“Dentro de esto está la lógica del perdón católico”
¿Dejar que se encarguen los tribunales que nos quiere decir?
Yo creo que la UDI en general y las personas que están implicadas en este caso en particular, tratan de cualquier manera de justificar algo que es injustificable. Este doble movimiento que están realizando por un lado pedir disculpas públicas y por otro lado pasarle la pelota a la justicia, es un juego que de alguna mera trata de cambiar el foco de lo que la opinión pública puede esperar en relación de cómo asumir esto.
Detrás de esto está la lógica del perdón católico. O sea, pido perdón asumo una penitencia y la penitencia es seguir trabajando por Chile, pero no significa hacerme cargo del error que cometí y lo transfiero a otra instancia que va a operar en otros tiempos y lógica que es la justicia.
¿Y a nivel de partido?
El partido pareciera que hace el mismo juego. Por un lado dice que cualquier error que se cometa es de esas personas y también está la lógica de que errar es humano, pero la institución en sí no se modifica… la institución crece. Aquí de alguna manera se trata de que las personas asuman su responsabilidad pero sin asumir el costo de haberlo hecho mal y por otro lado se trata de salvaguardar a la institución y al final de cuentas, creo yo, las instituciones están formadas por esas personas, alimentadas por esas personas, entonces en el discurso se trata de separar algo que a mi modo de ver, a nivel ético, es inseparable.