Son casi las 10 de la noche en una Ciudad de México fría y lluviosa. Así es el verano de este lado del hemisferio, explican los lugareños al par de turistas despistados por la temperatura. La expectación se respira en el aire: no es la primera vez que Prehistöricos, la banda liderada por el chileno Tomás Preuss, se presenta en el DF; pero se siente como si lo fuera. Unas 200 personas, entre fans, periodistas y representantes de la industria de la música, se agolpan impacientes en el Foro Indie Rocks, ubicado al centro de la ciudad. De pronto se escuchan los primeros acordes. La gente aplaude, grita, baila y corea las canciones de ambos discos: La orquesta oculta (2010) y Nuestro día vendrá, estrenado en abril de 2014.
“El público mexicano es muy pasional y eso se nota en los conciertos. Como dicen acá, les late mucho la música chilena”, diría posteriormente Tomás. Al final del show, dos chicos se acercan para pedirle una foto: “Por favor, viajamos exclusivamente para esto”, suplican mientras sostienen la cámara y sonríen, uno a cada lado de su ídolo.
Los fans mexicanos no dudan en recorrer kilómetros y deshacerse de posesiones materiales para estar un poco más cerca de sus artistas, que cada tanto los visitan desde el último rincón de Sudamérica. Es el caso de Gabriela, de 23 años, que les mintió a sus padres diciendo que iría a un congreso, vendió su Mac y tomó un vuelo de más de dos horas desde Hermosillo, Sonora. “Me quedé todo el día en la calle hasta que a medianoche una amiga me dio asilo en su casa. No sabía dónde iba a ir a parar”, cuenta. Todo por ver a los chilenos de Protistas, quienes se presentaron por primera vez en el DF en la segunda noche del Festival Neutral México, esta vez en el club Sala. Cuando Álvaro Solar, vocalista de la banda, agradeció públicamente a Gabriela por estar ahí, ella sintió que su esfuerzo había valido la pena.
Cerca de 400 personas disfrutaron también a los Ases Falsos y Pedropiedra, entre ellas Abigail, administradora de la página de Facebook de los seguidores de la banda en México. “Abi” estudia una maestría en Biología y esperó a recibir el dinero de su beca para comprar una entrada para el Festival, acompañada de una amiga que viajó especialmente desde Puebla. “Me reflejé mucho con las canciones de Cristóbal (Briceño, vocalista de Ases Falsos). Me gustan todos los proyectos alternos que tiene y también las canciones de los Fother Muckers”, relata, admitiendo con orgullo que no se ha perdido ninguno de sus shows en el Distrito Federal, desde que tocaron por primera vez en el bar Caradura, en noviembre de 2013.
Aldo y Lilian están juntos hace seis meses y viajaron dos horas desde el Estado de México para ver a Gepe, quien cerraba la última noche del Festival y a quien ya habían visto en Vive Latino, en marzo de 2013. Lilian es también fanática del argentino Coiffeur desde hace un año y medio y se declaró “extasiada” después de su primer show en tierras aztecas. “Me enamoré mucho del primer álbum, donde sale “Crujen”. Esa es mi canción favorita, ya es un himno para mí”, confiesa. También cuenta que debió cambiar los turnos en su trabajo para poder viajar al DF. Que su novio, Aldo, puso a la venta su colección de camisetas históricas de la Selección Mexicana. Y que con ese dinero pagaron los pasajes, las entradas y la estadía en un hotel. “Valió la pena”, repetían una y otra vez.
El ambiente de fiesta del show de Fakuta vino a reafirmarse con la presencia de Gepe, entre vítores y declaraciones de amor de las fans. “¡Gepe, hazle un hijo a mi novia!”, gritó Aldo y su voz se alzó por sobre el relativo silencio. Las risas no se hicieron esperar, así como tampoco el abrazo de Lilian.
Fueron tres días de música, baile, risas, emociones. De fanáticos que disfrutaron cada segundo, sin tener certeza de cuándo sus artistas favoritos podrían volver a visitarlos. De agradecimientos mutuos, de músicos felices y sorprendidos por su recepción, por un público apasionado, efusivo y amable. Cuando Gepe salió del escenario, nadie se movía de sus lugares. Silencio. De pronto, luces. El Festival Neutral México había terminado.