A pesar de que según diversos estudios menos del 12 por ciento de los personajes protagónicos en el cine son mujeres, las pocas heroínas que llegan a pantalla han demostrado que los personajes femeninos fuertes pueden sostener una película, proponer un nuevo discurso de género y llevar más gente al cine que las cintas protagonizadas por varones.
Este 2015 nos ha dejado varias mujeres notables en la ficción. La última aparición de Katniss Evergreen de “Los juegos del hambre”, Imperator Furiosa en “Mad Max: Fury Road” y ahora Rey la protagonista de “Star Wars: el despertar de la fuerza” son solo algunos de los nombres que prueban que las grandes producciones de Hollywood pueden ser muy exitosas al ser lideradas por mujeres independientes, hábiles y capaces, no sólo de rescatarse a sí mismas sino también a los otros.
Un estudio realizado por el sitio Mic.com comparó las 25 películas más taquilleras de cada año entre 2006 y 2015, demostrando que mientras los filmes protagonizadas por hombres -97 de las 133 cintas examinadas- hicieron un promedio de 80 millones de dólares en taquilla; las protagonizadas por mujeres – 36 de las 133- lograron la impresionante cifra de 126 millones de dólares de taquilla media. En fácil según este estudio, en los últimos 10 años, las películas protagonizadas por mujeres hacen por lo menos un tercio más de ganancia que las protagonizadas por hombres.
A pesar de ese dato sólo un 12 por ciento de personajes centrales en el cine son mujeres, y del total de personajes cinematográficos, solamente el 30 por ciento de los personajes femeninos tienen diálogos. La mayoría de las mujeres que aparecen en el cine comercial son jóvenes, blancas y cumplen el rol de interés amoroso del protagonista. En Chile la cosa no está mejor: de las 243 películas de ficción estrenadas en los últimos cinco años, sólo 28 de ellas tuvieron mujeres como protagonistas, es decir un mísero 11,5 por ciento.
A pesar de este oscuro panorama parece ser que, por lo menos, desde la industria Hollywoodense algo está cambiando tanto en cine como en televisión. Este año hemos visto como series protagonizadas por mujeres han sido constantemente premiadas –“Veep”, “How to get away with murder” o la miniserie “Olive Kitteridge”- a las que se sumaron los estrenos de la versión televisiva de “Supergirl” y la estupenda adaptación de Netflix de la heroína de la novela gráfica “Jessica Jones”.
Decir que el cine y la televisión tienen una participación central en la manera en que vamos creando nuestra mirada del mundo parece una obviedad. De ahí la relevancia de que no sólo existan más personajes interpretados por mujeres, sino que éstos sean diversos y complejos, de manera que desafíen los roles de género que la misma producción audiovisual ha ayudado a instalar. Ver a una chica cuyo principal objetivo no sea “atrapar” al galán de turno, sino manejar un camión y revelarse contra su líder; enfrentarse –aunque sea violentamente- a su pasado: liderar una revuelta contra el poder; o ser una Jedi que arregla y pilotea naves, usa la espada laser y descubre instintivamente los misterios de la Fuerza, ya es un paso para ir rearmando nuestros prejuicios sobre las mujeres en el cine. Pero, aún hay un largo camino que recorrer. Por ejemplo, que dentro del casi infinito merchandising de Star Wars sea casi imposible encontrar juguetes o figuras con el personaje principal de esta nueva película o que este sea considerado inverosímil por tener poderes que jamás se le cuestionaron a Luke Skywalker o a Han Solo, nos sigue recordando que también en la ficción, las mujeres corremos una carrera con más obstáculos que los varones.