Se abrió la temporada de recambio en las directivas de los partidos, y la UDI también vivirá su proceso electoral el próximo 26 de noviembre. La contienda del partido de calle Suecia será entre las listas encabezadas por la senadora Jacqueline Van Rysselberghe y el diputado Jaime Bellolio. Un desafío superior, en términos que Chile Vamos pretende llegar al Gobierno en el contexto que la Nueva Mayoría presenta su más profunda crisis.

Mientras, según ha planteado el ex presidente de Renovación Nacional Carlos Larraín, Chile Vamos carece de propuestas. Escenario que el candidato Jaime Bellolio, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile abordó, señalando que la coalición ha evolucionado desde objetivos meramente electorales a unos programáticos. “Hay un marco político que nos define”, replicó el parlamentario.

“Es obvio que cada partido, en su propia identidad, quiere hacer propuestas para los próximos 20 o 30 años, y Chile Vamos por primera vez, a diferencia de las otras coaliciones que se armaron de manera electoral, es mucho más que eso, tiene un contenido. Y yo espero que eso madure, que se transforme en cuestiones concretas, que nos pongamos de acuerdo en por qué, en qué es lo que queremos hacer. Y yo recojo varias cosas que dice Carlos Larraín, la verdad es que él está de acuerdo con la tesis que te digo yo, que la pregunta no es sólo cómo sino también para qué.”

El diputado gremialista se presenta a las elecciones con la lista “Una UDI para Chile”, donde cuenta con el apoyo de personalidades como el ex presidente del partido Julio Dittborn, la concejala Carolina Lavín y el actual secretario general Guillermo Ramírez, entre otros, como los diputados Gustavo Hasbún, Felipe de Mussy, Ernesto Silva y Javier Macaya.

Bellolio contra la Nueva Izquierda

Uno de los objetivos principales planteados por Bellolio es hacer frente a lo que denominó la “Nueva Izquierda”, que tuvo una fuerte expresión en los últimos comicios municipales.

Por otra parte, a juicio de Bellolio el oficialismo está acabado, y es necesario poner atención a esta serie de grupos emergentes que comienzan a marcar la pauta de la política. Así los caracteriza el parlamentario.

“Yo creo que ellos están haciendo todavía un discurso político hacia cuál es el tipo de Estado que quieren. Hay una reminiscencia, por supuesto, al pasado por parte de ellos que a mi son cosas que no me gustan obviamente. Tienen una fe prácticamente ciega respecto a la acción del Estado. (…) Pero es una izquierda mucho más idealista, sobreideologizada, en mi opinión, que responde más a esa teoría de justicia distinta, a un para qué y no solamente el cómo, que es lo que le gusta a la antigua izquierda. ”

Bellolio explicó que la diferencia profunda tiene que ver en cómo ven el rol del Estado versus el de la sociedad civil. Precisamente potenciar a aquella es la que se propone con su programa. Dijo que “no puede ser que el Estado rompa lo que la sociedad civil quiere y puede hacer bien”, y rechaza la postura de dar un mayor poder hegemónico al Estado.

Un aspecto que ejemplificó con el conflicto en la educación, donde él declaró que la denominada Nueva Izquierda “no tiene tapujos en decir que quieren que haya una matrícula hegemónicamente pública y que haya un carácter residual de lo privado”.

“Por ejemplo ellos dicen que la Constitución tiene que ser un catálogo de derechos, y que entre ellos –dicen- el derecho a la educación. Nadie puede negar que existe un derecho a la educación, eso es obvio. La pregunta es cuál es el contenido de ese derecho. Y ellos te dicen, dado que hay un derecho a la educación, tiene que ser gratis y tiene que ser del Estado. Yo creo que eso no es cierto. Como hay un derecho a la educación, tiene que haber una diversidad de proyectos educativos, tiene que haber libertad de enseñanza y hay un rol del Estado en garantizar que eso ocurra, pero no significa que tenga que ser un prestador único para que exista esa educación.”

Lo mismo lo considera para las políticas relacionadas con la discapacidad, a propósito de la próxima realización de una nueva versión de la Teletón. Según Bellolio, para la izquierda la Teletón es “es un ejemplo del fracaso del Estado”, y para él “un ejemplo de lo bien que funciona la sociedad civil”. Entonces, concluye frente a esa idea, que la diferencia fundamental entre sus planteamientos y la Nueva Izquierda, es el foco de la discusión. “Entonces la pelea no es Estado-Mercado sino que la pelea es Estado-Sociedad Civil”, afirmó el diputado.

Programas antes que candidatos

La tarea principal que se ha planteado Bellolio es poder generar un programa para enfrentar las próximas elecciones presidenciales, cuyo primer gran hito será la decisión del abanderado del partido que lleve adelante el plan que la UDI diseñe y que se enfrente en primarias con Felipe Kast, Manuel José Ossandón y Sebastián Piñera.

Consultado sobre esto, Bellolio expresó que la prioridad en ese sentido es poder articular ideas para poder enfrentar de buena forma una primaria con un militante de la UDI. Esto, en el contexto que el ex integrante del gremialismo José Antonio Kast también pretende postular por cuenta propia, de quien declinó referirse. Sin embargo, durante la semana pasada Guillermo Ramírez, actual secretario general de la UDI e integrante de la lista de Bellolio, ha manifestado la intención de negociar con el ex militante para que se integre al proceso de primarias, sin perjuicio de que la UDI también pueda llevar un nombre propio.

“Para mí lo esencial es que haya un proyecto común que la UDI quiera ofrecerle a los chilenos. Y por supuesto que me parece que lo mejor es tener un candidato que vaya y exprese esas ideas en una primaria. Pero lo central es el para qué, y a continuación entonces contestamos quién es la persona”.

El candidato a la presidencia del gremialismo expresó también que dicho programa debe contener los valores que impulsan la nueva forma de hacer política. Expresa que en este nuevo ciclo, no puede esta política convertirse en un “dinosaurio” que perpetúe las costumbres y conductas tradicionales que han alejado a la gente de este ejercicio. “Los partidos políticos son quienes más atrasados se han quedado y si no nos modernizamos vamos a pasar a ser fósiles. La política hoy día es como un dinosaurio que corre el riesgo de convertirse en fósil muy rápidamente si no es capaz de ponerse en el estándar que nos exige la ciudadanía”, indicó Jaime Bellolio.

En términos de participación, expresó que la política actual “desborda las murallas de las instituciones”. Valoró, en ese sentido, que la colectividad haya optado por establecer en esta elección el voto unitario por cada militante, atendiendo a uno de los asuntos pendientes que consideraba importante solucionar.

“Hoy día el poder es mucho más horizontal. Ya no es a ‘dedazo’, como le gustaba a algunos. No es una cuestión vertical, sino que el poder es desde abajo hacia arriba y no al revés. Si alguien te traspasa, no te está traspasando nada, te lo tienes que ganar. Y por eso cuando hay una elección con un militante un voto, hay más opciones de poder hacer cambios, porque significa que tienes una legitimidad y una energía que no podrías haber tenido de otra forma”.

“El gobierno de la Nueva Mayoría se acabó”

“Queremos una UDI que enfrente el desastre que nos ha dejado la Nuvea Mayoría. El día de ayer vimos cómo ya se acabó este gobierno. No ofrece gobernabilidad, no es capaz de alinear a sus propios parlamentarios, tiene que desalojar a sus dirigentes con la fuerza pública. Se acabó este gobierno”.

Esas fueron las palabras con la que Jaime Bellolio comenzó su alocución al inscribir su candidatura, llevando adelante una certera crítica al gobierno de Michelle Bachelet. Crítica que, a la vez, le confiere la responsabilidad de pronunciarse cómo seguir enfrentando la agenda de reformas que ha impulsado el Ejecutivo, sobre todo ante la posibilidad de llegar al Gobierno. El parlamentario dio algunas directrices que apuntan a corregir un “mal rumbo”, según que estima, tiene este Gobierno.

“Yo no creo que nosotros tengamos que aplicar retroexcavadora a la retroexcavadora. Pero sí va a tener que hacerse modificaciones muy importantes a las pésimas reformas que ha introducido este gobierno en materia laboral, en materia tributara y materia educacional; para, por ejemplo, darle más libertad a las personas, más espacio a las familias de clase media, tanto en salud, educación y lo laboral”.

Planteó que su lógica no es “destruir todo lo que ha avanzado Chile” en los últimos 30 años, proceso del cual dice no sentirse avergonzado.

“Nosotros no nos sentimos avergonzados del progreso de los últimos 30 años, sino que nos sentimos contentos de él, y lo que queremos es reducir las desigualdades y las injusticias. O sea, no nos sentimos incómodos con el Chile de hoy, pero sí con las injusticias del Chile de hoy”, dijo el diputado, concluyendo que para enfrentar a un país fracturado, la respuesta es un proyecto colectivo y no un individuo.