Viviendas sociales en Las Condes: Un pequeño paso a la integración

El proyecto anunciado por Joaquín Lavín no resuelve el problema de fondo, que es la segregación social, pero al menos marca un precedente y presiona al Estado en algo que es de su absoluta responsabilidad.

El proyecto anunciado por Joaquín Lavín no resuelve el problema de fondo, que es la segregación social, pero al menos marca un precedente y presiona al Estado en algo que es de su absoluta responsabilidad.

Diez mil millones de pesos debió desembolsar la Municipalidad de Vitacura para comprar la mitad de un terreno que estaba en la propia comuna, pero pertenecía a Las Condes. La otra mitad fue donada para la construcción de áreas verdes.

Este fue el resultado de un largo conflicto que enfrentó a los alcaldes Raúl Torrealba y Joaquín Lavín, pues este último quería construir en aquel terreno de la discordia, viviendas sociales, algo a lo que el jefe comunal de Vitacura se opuso rotundamente.

El acuerdo entre las autoridades fue posible gracias a la mediación del Ministerio de Vivienda y que, según los protagonistas, dejó contentos a ambas partes. De esta manera, Joaquín Lavín explicó que el dinero de la venta se invertirá de igual manera en viviendas sociales, pero en otro terreno.

“Encuentro bueno este acuerdo ¿por qué bueno? Porque nosotros donamos la mitad –que era el acuerdo con el ministro (Cristián) Monckeberg-. Mitad parque; la Municipalidad de Las Condes lo dona a Vitacura, y mitad vivienda; solo que esa mitad vivienda, Vitacura se la compra a Las Condes y, nosotros con eso, ya tenemos listo el nuevo proyecto de viviendas sociales que son las viviendas sociales de Rotonda Atenas”.

El proyecto quedará ubicado, precisamente, a solo pasos de la Rotonda Atenas, y consistirá en un edificio con 85 departamentos de entre 60 a 64 metros cuadrados, con tres dormitorios y dos baños. Además, contará con estacionamientos subterráneos, paneles solares y gimnasio.

La iniciativa ha sido celebrada como un importante paso a la integración, pues no es común que viviendas destinadas a sectores vulnerables se ubiquen en una comuna caracterizada por el alto ingreso económico de sus vecinos, sin embargo, este es solo un paso inicial para concretar una real integración social.

Así lo piensa Yolanda Acevedo, arquitecta y magíster en desarrollo urbano. Para ella, si es que se quiere conseguir una integración social real deben considerarse varios aspectos fundamentales, como el trabajo de quienes vivirán en el edificio, pues, no es integración si es que el beneficiado vive en Las Condes, pero trabaja en un lugar lejano.

“Los intentos de integración en los planes de vivienda no significa una integración social, para que la integración social exista, se necesitan muchas cosas más. Si el punto de partida en este caso es la vivienda, no podemos dejar de pensar en el equipamiento comunitario que esa vivienda requiere, estoy hablando de colegios para los niños, de salas cunas para las guaguas, que las personas que allí van a habitar trabajen en las cercanías o en los territorios aledaños a sus viviendas”.

Misma línea sigue el profesor de Historia y Geografía de la Pontificia Universidad Católica y experto en asuntos de urbanismo, Volker Gutiérrez quien ve en el hecho un gran paso hacia la integración, sin embargo, aclaró que este es un acontecimiento aislado, que de todas maneras, debiese reproducirse en manos del Estado.

“Se requiere que están acciones sean más allá de un fuego artificial por así decirlo, sino que se transforme efectivamente en una política de Estado. En las condiciones que vivimos hoy en Chile, los paradigmas de desarrollo que nos rigen, no se ve que los caminos vayan hacia lo que se está haciendo en Las Condes, que es lo que podríamos plantear como deseable, que la ciudad sea planificada, es decir, que haya una planificación central, en el sentido que permita que este tipo de programas –como el que estamos comentando- se desarrolle a gran escala”.

Para el académico, la lógica del desarrollo urbano actual no ha logrado desmarcarse del heredado por la dictadura, que profundizó la segregación social desembocando en el lamentable panorama de marginalización que vemos hoy.

Por lo mismo, el paso dado por el alcalde de Las Condes es valorado por los especialistas, aunque están conscientes que queda mucho por hacer, pues el problema de la segregación obedece a lógicas complejas, incluso, desprendidas de la ideología. Por tanto, el Estado debe establecer políticas encaminadas a resolver un problema tan histórico como latente: el de la vivienda.





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