Este mismo lunes, día donde el ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) dio a conocer el Catastro Nacional de Campamentos 2018, en Peñalolén al menos 100 familias instalaron carpas e hicieron ocupación de un terreno municipal.
El estudio oficial revela un importante aumento comparado con los últimos registros. Según el detalle, existen en Chile al menos 100 mil personas que viven en 802 campamentos, 47050 construcciones, un incremento constante en comparación a los 657 asentamientos que existían en 2011 y 27 mil 387 reductos habitacionales numerados a principios de década.
Pese al incremento en las cifras, el ministro de Vivienda y Urbanismo Cristián Monckeberg, informó que el año pasado se cerraron 73 campamentos y que la meta para el período 2018-2021 es terminar con 263 reductos.
“Si digo vamos a terminar los campamentos en cuatro años, tres o cinco, van a decir se volvió loco, lógico. Pero sí queremos poner una bandera sobre la urgencia social que se requiere en torno a cifras que van aumentando. Sabemos que no vamos a hacerlo solo nosotros evidentemente, ya que aquí nadie es el campeón de las soluciones, y a eso hay que ponerle acelerador”, afirmó.
Según el catastro nacional del MINVU, el alto costo del arriendo es el principal motivo para vivir en este tipo de asentamientos.
Esta razón también fue argumentada por las casi 100 familias de la población Lo Hermida en Peñalolén, quienes este lunes instalaron carpas e hicieron ocupación de un terreno municipal baldío.
El presidente de la organización vecinal “Luchadores de Lo Hermida”, Santiago Braithwaite, indicó que la industria inmobiliaria, que – precisó- hoy es la principal culpable del alza en el valor de los predios, está siendo calificada por el Gobierno como el principal actor para solucionar el problema que conlleva la falta de viviendas en el país.
“La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) es la gran mente detrás de la política habitacional que se ha implementado desde los años de la dictadura. Un poder fáctico de las políticas de viviendas y son ellos quienes las diseñan, por eso la política actual del Gobierno no es superar el problema, sino que beneficiar a las inmobiliarias. Por eso, son las luchas de las organizaciones de allegados las que han significado finalmente generar beneficios a costa de la movilización. Por ejemplo, el subsidio actual al que postulamos nosotros, que es el heredero de la social dinámica sin deuda, se inventó después de la toma de Peñalolén, entonces vemos que la política de vivienda es una especie de tira y afloja entre el sector privado inmobiliario y lo que podamos hacer los sin casa”, subrayó.
Desde la Agrupación por la Vivienda Luchadores de Lo Hermida denuncian que a pesar de los compromisos asumidos por el subsecretario de la cartera, Guillermo Rolando, de avanzar en las negociaciones por su proyecto habitacional en Viña Cousiño, esto no se ha concretado.
Para el director ejecutivo de TECHO –Chile, Sebastián Bowen, la crisis de los sin casa y la proliferación de campamentos en el país, no ha sido tomada por las autoridades con la urgencia que se requiere, ya que los actuales reglamentos están “obsoletos”, datan de la década del 90 y no reflejan las soluciones que hoy día necesita el problema de acceso a la vivienda.
“Se dice esto hay que hacerlo a expensas del mundo inmobiliario, yo creo que no, ahí necesitamos un Estado que sea capaz de poner bien las normas e incentivos, priorizar lo social por sobre los privados. También se ha entrado en la caricatura de lo que hace falta es liberalizar el suelo, tampoco creo que sea solución, lo que necesitamos es buena y actualizada regulación estatal”, aseveró.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados, Gonzalo Winter, aseveró que las políticas públicas habitacionales centradas en el mercado fracasaron y la desregulación gubernamental del sector ha aumentado la cantidad de personas que se trasladan a campamentos.
Precisó finalmente que el argumento sobre la escasez de terrenos para la construcción es “mentira” y la competencia inmobiliaria no hará bajar los precios, ya que “nunca ha habido tanta construcción y al mismo tiempo, subieron tanto los valores como hoy día se experimenta”.