La semana recién pasada el ministro de Justicia, Hernán Larraín, firmó el decreto de indulto en favor de Fernando Torres Silva, ex fiscal militar durante la dictadura y condenado a 10 años y 1 día por asociación ilícita en el caso del homicidio calificado del ex químico de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Eugenio Berríos.
Sin embargo, Torres Silva falleció la madrugada de este miércoles, en el Hospital Militar, lugar donde llevaba un año internado pero aun cumpliendo su pena. Su muerte se produjo un día antes de que se materializara el indulto particular por razones humanitarias.
El ex fiscal militar había sido diagnosticado con cáncer a la próstata, con metástasis a los huesos, además de hipertensión arterial y síndrome anémico, tras sufrir crisis fue trasladado al Hospital Militar. Esas fueron las razones que fundaron el indulto humanitario informado por el Ministerio de Justicia la semana pasada y que también habría sido el fundamento por el que el magistrado Alejandro Madrid decidiera que el lapso de cuatro años que le restaban de cumplimiento pudiera completarlos bajo la modalidad de reclusión domiciliaria, bajo la supervisión de Gendarmería.
Según los reportes médicos, el ex fiscal ad-hoc enfrentaba una condición médica que permitía “inferir que se encuentra en un proceso que, en un plazo breve, debería conducir a su fallecimiento en consideración de la importante diseminación metástica del tumor y la alta probabilidad de presentar algún proceso de comorbilidad secundario a su postración”.
Fernando Torres Silva fue cercano a Augusto Pinochet y se desempeñó como Fiscal y Auditor General del Ejército. Según reporta el sitio Memoria Viva tuvo a su cargo los principales casos relacionados con grupos de izquierda que operaron en contra del régimen militar.
“El Fiscal Torres se caracterizó por sus abusos en la aplicación de leyes contra los detenidos, determinó incomunicaciones prolongadas e arbitrarias mas allá de lo permitido por la ley, permitió que agentes de la CNI golpearan y maltrataran a detenidos en ‘su’ Fiscalía, cuando estos se negaban a cooperar”, se detalla en la publicación mencionada.
Además de su rol en el homicidio del exquímico de la DINA, Eugenio Berríos, Torres fue procesado como encubridor en la investigación por la muerte del dirigente sindical y presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, ANEF, Tucapel Jiménez, en febrero de 1982.