Las graves consecuencias que podría traer la suspensión de la ayuda humanitaria en la Franja de Gaza preocupa a los organismos que han mantenido su colaboración pese a las condiciones adversas. Hoy la violencia en la zona ha obligado a paralizar en algunos casos la distribución de alimentos básicos. En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el representante de UNICEF en nuestro país, Paolo Mefalopulos, entregó datos alarmantes sobre el estado de salud físico y psicológico de los niños y niñas.
– ¿Cuál es su balance sobre la evolución del conflicto en la Franja de Gaza en relación a la crisis humanitaria?
Ha sido devastador y se mantiene por vigésima semana cobrando a la fecha desde que se inició, la vida de más de 27 mil personas, la mayoría de ellas son mujeres, niñas y niños. UNICEF ha condenado firmemente los hechos del 07 de octubre, pidiendo la liberación sin condiciones de los rehenes, así como ha realizado diversos llamados a todas las partes en conflicto para que se cumplan sus obligaciones de acuerdo de derecho internacional humanitario que es cuidar la vida y las infraestructuras de los civiles, satisfacer las necesidades esenciales y facilitar un acceso humanitario rápido, seguro y sin obstáculos. La muerte de más de 10 mil niños y niñas no se puede justificar de ninguna manera, detrás de cada una de estas estadísticas hay un niño o niña y una familia que está asimilando esta horrible realidad. La salud mental de los niños se ha visto realmente afectada, presentan niveles altos de ansiedad, pérdida de apetito, no pueden dormir y pánico cada vez que oyen los bombardeos.
– ¿Cuál es el cálculo de niños y niñas desplazados internos?
En UNICEF estimamos que en las últimas semanas más de 600 mil niños, niñas y sus familias han sido desplazados hacia Rafah, ubicado al sur de Gaza, y ahora se les ha pedido desplazarse otra vez debido a la escalada de combates que están presionando a las personas a huir a otras localidades. En la Franja de Gaza hay al menos 17 mil niños y niñas separados de sus familias y cada uno con un desgarrador estado de pérdida y de dolor.
– ¿Cómo se observa el aumento de las tasas de malnutrición en Gaza?
Según un informe elaborado por UNICEF, el panorama es especialmente preocupante en el norte de la Franja de Gaza donde el acceso humanitario lleva semanas bloqueado. Los exámenes nutricionales que se realizaron en los refugios y centros de salud de la zona, revelaron que más de un 15 por ciento de los niños y niñas menores de 2 años, es decir 1 de cada 6, están gravemente desnutridos, de ellos casi un 3 por ciento sufre emaciación grave, la forma más letal de la malnutrición. Otros exámenes similares realizados en Rafah, al sur de la Franja, revelaron que el 5 por ciento de los niños y niñas menores de dos años, padecían desnutrición aguda. Las cifras dan cuenta de que la Franja de Gaza está al borde de una crisis nutricional infantil que es mucho más que eso, es una crisis para la supervivencia.
– ¿Cuáles son las repercusiones de esta violencia? ¿Cómo perdurarán y seguirán afectando a las siguientes generaciones?
La situación en Gaza es trágica y está empeorando, ningún lugar es seguro y el índice de muertes y lesiones en los niños es asombroso. Antes de esta guerra, UNICEF consideraba que más de 500 mil niños necesitaban apoyo psicosocial y de salud mental, hoy estimamos que más de 1 millón lo necesita. Si este conflicto no termina de inmediato, la situación de la infancia seguirá deteriorándose, esto traerá consigo muertes prevenibles y problemas de salud que afectarán de por vida y las consecuencias durarán generaciones.
– ¿Qué opina de que el alto al fuego humanitario sea la vía para atender las desesperadas necesidades en Gaza?
El acceso a la ayuda humanitaria es vital para salvar a las personas que todavía están en vida y puede contribuir a evitar que la situación siga empeorando. Hemos reforzado los llamados a los organismos a proteger Rafah de la intensificación de las operaciones militares. UNICEF, junto a nuestros socios, hemos proporcionado apoyo desde el comienzo de este conflicto, psicosocial y de salud mental, a más de 40 mil niños y 10 mil cuidadores, pero todavía no es suficiente. Ningún niño o niña, sea cual sea su religión, nacionalidad, lengua o raza, debería verse expuesto jamás al nivel de violencia que estamos presenciando en Gaza. Ahora es posible aumentar la ayuda, pero no es posible en las actuales condiciones humanitarias y de seguridad. ¡Se necesita un cese al fuego ya!