Los integrantes del GPM sostuvieron que si bien en Chile, técnicamente, la recesión se produjo el año pasado, los registros de crecimiento de la actividad mensual y trimestral no son positivos.
Por pedido del presidente italiano, Sergio Mattarella, el expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, será el encargado de formar el nuevo gobierno del país europeo.
La presidenta de la entidad Christine Lagarde agregó que la zona euro tendrá una recuperación incompleta y transformadora.
En un contundente fallo la semana pasada, la corte de Karlsruhe ordenó al Banco Central Europeo (BCE) que justifique sus compras de deuda pública y, con duras críticas, rechazó plegarse al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La idea es que el dinero se invierta o se gaste y evitar que la economía entre en una espiral deflacionaria. La relajación monetaria, las tasas negativas y la caída del precio del petróleo han logrado impulsar levemente el empleo y crecimiento, pero las consecuencias negativas están llegando, y si bien hoy endeudarse es muy barato, mantener dinero inactivo es muy caro.
Cualquier conflicto entre Alemania y representantes del BCE conlleva riesgos, pues podría limitar su capacidad de maniobra, haciendo menos efectiva la política monetaria para el área, generando flujos de capital adicionales hacia una más confiable Alemania, dañando una mejor comunicación de la política del BCE y afectando la ya debilitada confianza.
Por primera vez el bipartidismo podría romperse en añicos, ya que entran en juego, con posibilidades, partidos que en las últimas elecciones generales o no existían, como Podemos, o se circunscribían a una comunidad, como es el caso de Ciudadanos en Cataluña. La población deberá decidir si acompaña a una clase política que no ha dado el ancho en materia de protección a la población o se le da un voto de confianza a agrupaciones que promueven medidas donde el ser humano está en el centro de las preocupaciones.
Tras los anuncios del Banco Central Europeo del mayor paquete de estímulo desde el inicio de la crisis financiera en 2008, el euro no parece apuntar a la consolidación en el largo plazo y más bien pone en carpeta factores para su disolución.