Debilitado pero aún vivo, el movimiento popular de los “chalecos amarillos” franceses, surgido hace exactamente un año, movilizó el sábado a miles de personas en el país, sobre todo en París, donde se registraron actos de violencia y más de un centenar de detenidos.
Ante el primer aniversario del movimiento, se efectuó un llamado a paro nacional en París. El objetivo es generar una gran movilización, ya que los manifestantes aún consideran que sus reclamos no han sido escuchados.
Varios cientos de personas, que declararon ser “chalecos amarillos”, se congregaron en París el sábado por la mañana en medio de un importante dispositivo de seguridad, coincidiendo con otras dos manifestaciones, una ecologista y otra contra la reforma de las jubilaciones.
Jornada 26 de manifestaciones de los chalecos amarillos. Las ciudades elegidas como los puntos centrales de la movilización son Nantes y Lyon, mientras el movimiento busca reconstruir el ímpetu luego de la baja participación del fin de semana pasado. En Lyon se registraron los primeros enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía.
El movimiento busca dar un nuevo impulso a la convocatoria, luego de 25 sábados de movilización.
Una nueva manifestación de los “chalecos amarillos” se desarrolla este sábado en Francia. El acto 23, rebautizado “ultimátum 2”, debe ser la continuación lógica del “ultimátum 1” del 16 de marzo, que dio lugar a una manifestación violenta en los Campos Elíseos.
El país europeo continúa presenciando multitudinarias protestas del movimiento social a la espera de nuevas políticas económicas del Gobierno francés.
El presidente Macron prometió el sábado por la noche, luego de interrumpir su fin de semana de esquí con su esposa en los Pirineos franceses y regresar a París, medidas “fuertes”.
Numerosos comercios fueron destruidos o saqueados el sábado en la prestigiosa avenida parisina de Campos Elíseos, donde se registraron fuertes enfrentamientos entre la policía y el movimiento de los “Chalecos Amarillos”, en el marco de la 18ª semana de protestas.
Aunque las informaciones brindadas por el Ministerio del Interior de Francia estiman 46,600 manifestantes en las protestas de los últimos fines de semana, los llamados “chalecos amarillos” aseguran que fueron muchos más.
La justicia francesa decidió este viernes que los policías podrán seguir usando los rifles de hombro LBD, que disparan balas de caucho, a pesar de la polémica acerca de su peligrosidad.
Las marchas se desarrollaron de forma pacífica hasta mediados de la tarde cuando se registraron enfrentamientos con la policía en varias ciudades. Según el ministerio del Interior, unas 27.000 personas protestaron en Francia en el marco de la décima manifestación de los chalecos amarillos.
El presidente publicó el domingo una “carta a los franceses” en la que invitó a una discutir y “transformar las indignaciones en soluciones” tras dos meses de manifestaciones contra el gobierno. El mandatario acotó el debate a cuatro temas: poder adquisitivo, fiscalidad, la democracia y el medio ambiente. Incertidumbre sobre la implementación de los resultados de la consulta.
Situación normal en la mañana y choques en la tarde caracterizaron las manifestaciones que tuvieron lugar este sábado en Francia. Desde mediados de la tarde, en los Campos Elíseos, las fuerzas del orden lanzaron gases lacrimógenos, balas de goma y chorros de agua.
Tras el arresto de una de sus figuras mediáticas, Eric Drouet, los “chalecos amarillos” llamaron este sábado 5 de enero a una octava jornada de manifestaciones para dar un nuevo impulso a su movimiento y desafiar al Gobierno, que denuncia un intento de “insurrección” y reclama la vuelta al orden.
El movimiento contestatario francés exige la instauración de un Referéndum de Iniciativa Ciudadana (RIC) para que la población pueda redactar, derogar leyes o revocar mandatos sin consulta previa del Parlamento. La iniciativa, defendida bajo diversas formas por varios partidos políticos, será estudiada con condiciones por el gobierno, aseguró el primer ministro.
Los chalecos amarillos, un movimiento que nació en la red social Facebook, han sido protagonistas las últimas semanas por tomar las calles de varias ciudades francesas, en protesta al impuesto ecológico al combustible que estableció el gobierno francés, cuyo sello de campaña fue justamente el poner en práctica políticas públicas para enfrentar los efectos del cambio climático.