El senador Alejandro Navarro envió una carta al presidente del directorio de TVN, Ricardo Solari, donde manifiesta su postura crítica y su molestia por la falta de “objetividad periodística” mostrada en los reportajes del seriado titulado “Crisis en Venezuela”, emitido los primeros días de abril por la señal abierta y de cable de la planta televisiva.

En entrevista con la primera edición de Radioanálisis, el parlamentario detalló que fue contactado por la emisora en su calidad de presidente del Grupo de amistad Chile-Venezuela, para ayudarlos a contactar a diputados del Partido Socialista Unido en Venezuela, con el fin de ser entrevistados en el marco de un reportaje turístico.

A su juicio, la cobertura posterior da cuenta de ocho reportajes “tremendamente dañinos” e incluso falsos, en un tratamiento muy poco ajustado a la realidad.

“TVN tiene todo el derecho de hacer un reportaje político sobre cualquier país de América Latina, sólo señalo que los reportajes fueron tendenciosos, poco objetivos y en algunos casos absolutamente falsos. Creo que el canal nacional tiene que brindar una versión objetiva de Venezuela, mostrando sus lados claros y sus lados oscuros. Aquí solamente fue el lado oscuro, con imágenes y entrevistas que no dejan espacio a tener una mirada distinta”, criticó.

El senador advierte de una tendencia de los medios nacionales e internacionales en contra de Venezuela y de otros gobiernos progresistas de América Latina como el de la recientemente suspendida Dilma Rousseff, en lo que sería una estrategia de Estados Unidos para recuperar su hegemonía en la región.

Para la profesora del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, Lorena Antezana, TVN recoge lo que los grandes medios nacionales están reproduciendo; por lo mismo “va reforzando una construcción y un discurso sobre que Venezuela que se está viniendo abajo y que es ingobernable”.

“Hace mucho tiempo que los medios y la televisión no tienen un rol neutro y quizás nunca lo han tenido, pero ahora es más evidente que hay sesgos en la información porque uno mismo puede ir a internet y a otras fuentes y ver que hay visiones distintas en relación a lo que está pasando. El problema con la televisión es que posiciona ciertas lecturas acerca del mundo y son verosímiles porque están apoyadas por testimonios e imágenes, por lo tanto son bastante creíbles (…) y está en el imaginario social que si está en televisión, es verdad”.

En este sentido, la académica sostiene también que los medios y los periodistas, en general, han asumido y naturalizado un discurso que tiene su raíz en nuestro sistema económico y social, por lo que lo que se hace a través de este tipo de tratamiento de la noticia es “legitimar y respaldar el modelo que ya se ha asumido”.

“La idea es exacerbar las diferencias y ese punto de vista se ha naturalizado de tal manera que los periodistas ni siquiera se dan cuenta que están reproduciendo esos lineamientos y los copiaron en el hacer, en la rutina, entonces ni siquiera hay reflexión detrás, no hay ni siquiera mala intención”, agrega.

Javiera Olivares, presidenta del Colegio de Periodistas, señaló que si bien sobre este tema no han tomado definiciones a nivel gremial, desde su punto de vista siempre tiene que haber una vocación de diversidad, equilibrio y pluralismo en los medios de comunicación, y especialmente en los de carácter público, a la hora de interpretar los hechos.

“En una situación como la que está viviendo Venezuela, donde hay un gobierno que ha sido democráticamente electo, donde efectivamente para desestabilizar el proceso que ha llevado adelante este gobierno se han usado los medios de comunicación como herramientas, muchas veces, al servicio de la oposición; creo que es complejo no tener un extremo cuidado y una suma sutileza de mostrar todas las miradas, todas las aristas y cada una de las interpretaciones, porque si no es muy fácil caer en caricaturas”, indicó.

La presidenta del Colegio de Periodistas señaló que la forma en que los medios chilenos cubren este tipo de situaciones, tal como lo acontecido con la remoción de Dilma Rousseff de su cargo en Brasil, refleja los vicios del sistema de medios en nuestro país, en el que la concentración es la norma.

“Es el sistema el que está viciado y desde ahí se producen coberturas sesgadas respecto del fenómeno que está ocurriendo en Venezuela y en Brasil. Por ejemplo, a mí me parece que queda poco claro para el ciudadano de a pie si la Presidenta Dilma Rousseff está involucrada o no en casos de corrupción, cuando en realidad a ella no se le está juzgando ni evaluando por eventuales situaciones de corrupción sino más bien por determinados maquillajes del presupuesto fiscal que tienen que ver con el uso de estos recursos, no porque ella los haya utilizado para su propio beneficio”, expresó.

Finalmente, la dirigenta enfatizó también en que debe ser el Tribunal de Ética del gremio el que, eventualmente, se debe pronunciar sobre el nivel de sesgo que puede tener esta serie de reportajes sobre Venezuela, en la medida en que existan denuncias al respecto.