Al menos 11 personas murieron y decenas resultaron heridas ayer, luego de otro bombardeo de las fuerzas armadas de Siria en la ciudad de Homs, uno de los puntos importantes de la revuelta popular contra el Presidente Bashar al-Assad.
La ofensiva de las tropas surge al día siguiente que la misión de observadores de la ONU suspendiera sus operaciones por los riesgos generados por el incremento de la violencia.
Fuentes de oposición informan que el bombardeo fue más intenso en barrios residenciales del viejo Homs, donde los rebeldes del Ejército Siria Libre están atrincherados junto a los civiles que quedan en la ciudad, luego que cientos de miles de personas huyeran el último año.
El jefe de la misión de la ONU, el general Robert Mood, dijo el sábado que el aumento de la violencia había lo obligado a suspender las operaciones de los observadores, en la señal más clara hasta el momento del fracaso del plan de paz negociado por el mediador internacional Kofi Annan.