Los candidatos fuera de pacto aseguraron que enfrentarán esta segunda parte de la carrera presidencial “sin grandes cambios” en sus campañas.

Eso en el discurso, porque en la práctica, la reducción del abanico de aspirante a La Moneda y un primer diagnóstico del comportamiento electoral, modifica el itinerario de los comandos.

El independiente Franco Parisi reafirmó que tres segmentos son los que más réditos le pueden entregar: los jóvenes indecisos, disconformes o desinteresados; los votantes molestos con la forma en que “se bajó” la candidatura de Laurence Golborne y los adherentes de los derrotados en las elecciones primarias.

“Una gran cantidad de votos que eran de Golborne se vinieron con nosotros y estamos seguros de que la tendencia va a ser de que varios votos tanto de Velasco como el voto más liberal de Orrego se va a ir con nosotros. En el caso de Orrego es un poquito más complejo porque hay una mixtura entre un voto sumamente conservador y de centro, en que toma lo mejor de la izquierda y lo mejor de la derecha, ese nosotros creemos que también se va a venir hacia nosotros, junto con los de Allamand”, aseguró.

Franco Parisi indicó que no sólo debe ganarse el apoyo de los jóvenes, sino que comprometer su asistencia a las elecciones. Esto lo espera lograr enfatizando en su calidad de “independiente” y que “no le debe favores a ningún partido político ni grupo económico”.

El candidato apoyado por el Partido Humanista, Marcel Claude, sostuvo que el escenario “post-primarias” es más promisorio, ya que “corroboró”, según dijo, que el voto duro de los pactos Alianza y Nueva Mayoría no supera las 3 millones de personas, en consideración de que pensaba que eran 5 millones.

“No decimos que el resto es nuestro, pero son 10 millones de sufragios en disputa”, agregó el economista.

Lo más positivo para Claude, es que hubo una marginal participación de jóvenes, segmento en el que afirma tener “una gran llegada”. En contraposición, declaró que el mayor desafío será “convencer a los trabajadores y pobladores”.

“Con los trabajadores lo único que nos complica es la militancia o la influencia de muchos partidos políticos que están dentro de las dirigencias sindicales. Donde quizás sea más difícil sea en el terreno de los sectores populares y ahí estamos en contra de las maquinarias partidistas que están instaladas a través de los alcaldes, porque todos o son de la Concertación o de la Alianza y ellos movilizan mucha gente, tienen mucho clientelismo, compran muchos votos”, expresó.

Al interior del comando del abanderado del Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami, aseguran que la irrupción de Franco Parisi y Marcel Claude pueden significar una fuga de los votos “más liberales y los más progresistas”.

Sin embargo, en palabras del propio candidato, el contar con un partido les otorga ventaja sobre esas opciones.

“Tal como creo que la derecha y la Concertación ya tuvieron su oportunidad, también creo que el camino de otros candidatos es un camino que tiene mucho de legitimidad pero que, a mi juicio, no es suficiente. Se requiere también sistematizar el descontento y por eso construimos un partido, una fundación, hemos hecho un esfuerzo distinto. Yo creo que es importante ser independiente de las coaliciones que ya gobernaron pero creo que se requiere no solamente pensar en la economía sino que pensar en el poder, en la política”, manifestó.

Franco Parisi afirmó que fortalecerá el trabajo en regiones. Marcel Claude, que mantendrá una fuerte presencia en universidades. Marco Enríquez-Ominami, finalmente, ya arrendó una avioneta para recorrer el país en tiempos más acotados.