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¿Qué quiere Chile?

Columna de opinión por Claudio Medrano
Miércoles 17 de julio 2013 16:24 hrs.


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“Porque lo que Chile quiere…” “Esto es lo que Chile necesita” son dos de las frases que repetidamente escuchamos en época de campaña y que son usadas por los candidatos, para defender sus propuestas, sobre la base que representan la opinión popular.

Pero, ¿qué es lo que realmente quiere Chile? Les propongo que realicemos el siguiente ejercicio: Imaginemos que Chile es un ser humano, un ciudadano común y corriente, con problemas y virtudes. Imaginemos que es joven, de tan sólo 200 años de vida y que se emancipó a sangre y fuego de su madre europea.

Joven que en un punto específico camino a la madurez fue golpeado, asaltado, vejado, violado y torturado, durante 17 años y que de un día para otro se vio liberado y obligado a vivir de nuevo “reconciliado” con su pasado, sin que los traumas que fue adquiriendo, fueran tratados o superados como es debido.

Si Chile fuera una persona, expuesta durante 17 años a todo tipo de maltratos y restricciones, difícilmente podría considerarse habilitado para querer algo. Chile se encuentra incapacitado para desarrollarse como país mientras no se superen todas las trancas y amarres que la dictadura impuso durante su mandato de abusos y terror.

Amarrados en lo económico con un sistema que profundiza la desigualdad, que no ataca la raíz de la pobreza y que beneficia sólo a una élite social.

Amarrados en lo social con un país cada vez más centralizado, con ciudades que segregan y permiten la aparición de verdaderos “ghettos” donde proliferan el narcotráfico, la pobreza y la falta de oportunidades.

Amarrados en la educación, con una legislación que permitió que un derecho público, se traspasara a las manos de unas pocas personas que lucran y relegan la calidad por debajo del ingreso económico que puedan obtener, no importando el costo ni la forma.

Amarrados con nuestro futuro, con un sistema previsional que especula con el dinero de los trabajadores, que enriquece a los administradores de fondos y que perjudica a aquellos que ganan poco y que al momento de envejecer, reciben una pensión que no alcanza para costear la vida actual.

Amarrados en la injusticia, permitiendo la impunidad durante más de 20 años y dejando que Pinochet muriera sin ser juzgado por ningún crimen e incluso siendo honrado por unas Fuerzas Armadas que permanecen enquistadas por la doctrina golpista.

Amarrados, en el fondo, a una Constitución que fue hecha para perpetuar las políticas impulsadas por la dictadura y que fueron respaldadas durante 23 años por el duopolio político, que hizo oídos sordos a lo que en verdad pedía la ciudadanía.

Porque eso es lo que en verdad quiere Chile. No lo que aseguran los candidatos, sino algo mucho más simple: Chile quiere y necesita desligarse de una Constitución que sólo ha profundizado el quiebre más importante que tuvo nuestra institucionalidad durante el siglo XX.

Y lo forma es clara. Asamblea Constituyente para legitimar con el pueblo una nueva Carta Magna que recoja las necesidades y derechos que nuestra ciudadanía requiere para enfrentar el futuro y, de una vez por todas, dejar atrás uno de los episodios más tristes de nuestra historia.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.