Visita de Francisco a Brasil reaviva pendientes de la Iglesia con Latinoamérica

La visita de Francisco a Brasil despierta esperanzas en toda América Latina, región históricamente postergada por El Vaticano pese a tener la mayor cantidad de población católica. En este contexto, la beatificación de Monseñor Romero en El Salvador y la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II adquieren una gran importancia, aunque más dada por un interés personal del Papa que por un acercamiento real de la Iglesia con los problemas y desafíos de Latinoamérica.

La visita de Francisco a Brasil despierta esperanzas en toda América Latina, región históricamente postergada por El Vaticano pese a tener la mayor cantidad de población católica. En este contexto, la beatificación de Monseñor Romero en El Salvador y la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II adquieren una gran importancia, aunque más dada por un interés personal del Papa que por un acercamiento real de la Iglesia con los problemas y desafíos de Latinoamérica.

Brasil fue el destino escogido por el Papa Francisco para realizar la primera visita oficial fuera de Italia de su pontificado, la que inicia este lunes y se extenderá durante toda la semana.

Recordemos que hace pocas semanas Brasil, que es el país con mayor número de católicos del mundo, experimentó un importante estallido social, ante la pobreza y una profunda desigualdad social.

Estos aspectos han sido esenciales en los mensajes otorgados por Francisco desde que asumió su pontificado, por lo que su visita tendría una gran significación para toda América Latina y el objetivo llamar la atención del mundo en cuestiones de inequidad y pobreza.

Así lo estima el periodista y analista internacional Raúl Sohr, quien, sin embargo, desestima que esta visita responda a un acercamiento de la Iglesia Católica a América Latina, una región históricamente postergada pese a ser la que tiene la mayor cantidad de católicos.

“Creo que es una expresión más de la voluntad de Francisco que de la Iglesia en su conjunto. La Iglesia todavía es tremendamente eurocentrista, su eje de acción política ha estado centrado en Europa y El Vaticano ha sido objeto de mucha crítica por su relación con el tercer mundo. Yo me imagino que a él le va a resultar fácil lidiar con la burocracia vaticana que ha operado con mucha autonomía, incluso a espalda de varios pontífices”, explicó.

El viaje de Francisco vuelve a poner sobre la mesa temas pendientes de gran importancia para la América Latina, como la beatificación de Monseñor Romero, mártir obispo de El Salvador asesinado en 1980 por sectores vinculados al Ejército y el Gobierno.

El Vaticano señaló que la beatificación de Monseñor Romero se había “destrabado”, reconociendo de manera implícita que estuvo bloqueada durante los dos papados anteriores. Sin embargo, el vocero de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, desmiente esta interpretación, aduciendo la complejidad que este tipo de procesos conlleva para la Iglesia.

“Sin prejuicio de eso que está caminando y que seguramente seguirá caminando con un poco más de buena voluntad de todos, tomando en cuenta que el Papa es latinoamericano, para los pueblos de América Latina que estamos esperando el proceso para que Monseñor Romero esté venerado en los altares, él ya es un santo”, expresó Coiro.

“Es un mártir de la causa noble de los derechos humanos, él fue un apóstol de las comunicaciones en circunstancias de dictadura y de apremio en las regiones de América Central y del Sur. Tenía una voz siempre atenta a defender las causas de los más pobres, de los campesinos, de los postergados, de quienes eran atormentados con torturas por parte de los escuadrones de la muerte. Él entrega su vida por América Latina y nosotros a nuestros mártires les tenemos un especial cariño”, describió.

En el contexto de la visita de Francisco a la región, Jaime Coiro destaca además la importancia de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, ya que ambos representan figuras de inspiración para la iglesia latinoamericana chilena.

“Lo que ha significado, al menos para la Iglesia chilena, la realidad del Concilio con Juan XXIII y la visita de Juan Pablo II y todo su magisterio misionero en favor de la vida, en favor de la paz, todo el trabajo incansable y a veces silencioso que hacía la Santa Sede cuando él era Papa por acompañar a la Iglesia Chilena que no lo pasaba bien en circunstancias de dictadura, yo creo que son acontecimientos relevantes que, a lo mejor no tienen que ver directamente con los méritos de Su Santidad en su causa de canonización, pero sí tiene que ver con el influjo de una Iglesia cada vez más viva y renovada”, expresó.

El Papa ha manifestado su voluntad de reunirse con la mayor cantidad de jefes de Estado posibles durante su estadía en Brasil y solicitó a sus fieles que lo acompañen “espiritualmente con la plegaria” en su primera travesía apostólica.





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