El Centro de Estudios de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Cefech) presentó los resultados del estudio “El poder económico y social de la Educación Superior en Chile”, el cual demostró las enormes diferencias entre los planteles universitarios del país.
La investigación aborda además algunas de las preguntas más importantes que se derivan de las dos ideas fuerza que ha levantado el movimiento estudiantil en estos últimos años: fin al lucro y educación pública, gratuita y de calidad.
Para la muestra, las universidades fueron separadas según dos criterios: mayor o menor presencia del Estado y mayor o menor selección de los estudiantes, quedando divididas en cuatro grupos. Según eso, las universidades privadas no selectivas demostraron ser las que realizan menos investigación y menos invierten en ítems como bibliografía, lo que se agudiza pensando que, al mismo tiempo, son las universidades que reciben más recursos.
Rodrigo Fernández, sociólogo e investigador del Cefech, explicó que el mito de la competencia no existe, debido a un sistema desregulado que no permite a las universidades nivelar sus condiciones para poder competir.
Además, alertó sobre un problema en ciernes: el aumento de la masa de profesionales, que no se condice con el aumento de la matriz productiva.
“Por mucho que la educación sea de mala calidad, hoy día contamos con la fuerza de trabajo más calificada de la historia de este país. Y creo que las decisiones a nivel político y económico que han configurado la forma, el cómo se produce y el qué se produce, no han aprovechado bien incluso eso que nosotros creemos que está mal pero que es mucho mejor que lo que tuvieron nuestros abuelos. Muchos de nuestros abuelos ni siquiera terminaron la educación básica. Y muchos de nosotros, ya terminando la media tenemos la oportunidad de acceder a la educación superior, pero aun así la matriz productiva es incapaz de absorber eso”, advirtió.
Para Claudia Sanhueza, economista y miembro de la Comisión de Educación del Comando de Michelle Bachelet, los resultados del estudio eran esperables, puesto a que en Chile no existiría un sistema de educación superior sino que un mercado, en el cual la oferta se adapta a la demanda.
“Estos son los resultados esperados de un sistema, de más bien un modelo de mercado en la educación superior. Nosotros no tenemos un sistema de educación, tenemos un mercado donde la educación o los títulos se compran como si uno comprara autos, hay fábricas de títulos”, explicó.
En ese sentido, Andrés Fielbaum, presidente de la FECH destacó la investigación del centro de estudios y llamó a dar explicaciones a los miles de estudiantes endeudados y sus familias.
“A un millón de estudiantes, a un millón de familias les prometieron que la educación superior iba a ser la gran herramienta con la cual iban a poder surgir, que iba a ser la gran herramienta que podía transformar sus condiciones de vida. Y esa famosa promesa se difuminó y se convirtió en una mochila de deuda de varios millones de pesos. ¿Quién se hace cargo de esa estafa a un millón de familias chilenas? ¿Quién da explicaciones al respecto? Lamentablemente aún no lo sabemos”, manifestó.
Los expositores enfatizaron en la necesidad de realizar una gran reforma en educación, que se condiga con la gran complejidad de la red de planteles universitarios y la enorme masa de estudiantes que los integra.