En la Universidad de Santiago, antigua Universidad Técnica del Estado en 1973, se optó por llamar “títulos de gracia”, al reconocimiento que recibirán el viernes 6 de septiembre los 40 estudiantes homenajeados, que son parte de los 88 miembros de esta comunidad desaparecidos luego del Golpe de Estado.
En tanto, el jueves 5, la Pontificia Universidad Católica hará lo propio en el campus San Joaquín con la entrega de 10 títulos póstumos a 10 alumnos, que integran la lista de 28 casos de académicos y jóvenes perseguidos por militares al interior de la casa de estudios.
En ambos casos la idea apunta a “cumplir el sueño” de estos jóvenes, muchos son primera generación universitaria de sus familias, con una activa participación social y política.
No obstante, más allá del acto de memoria se mantiene una postura reflexiva ante los horrores de la dictadura. Luis Aguilar, director del colectivo Memoria UC, indicó que falta una postura crítica al interior de la Universidad Católica, por la colaboración de algunos de sus miembros en el régimen y posterior instauración de un modelo político y económico.
“Hay una participación especial de la universidad en el Golpe de Estado, y la instauración de un modelo económico y político que nace en la Universidad Católica. El modelo económico que es elaborado en la Escuela de Economía, y se implanta con un modelo político vigente hasta hoy. La universidad no ha hecho un reconocimiento de su participación en ese plan de la dictadura y la generación de este modelo”, indicó Aguilar.
Por contraparte, el vicerrector de Vinculación con el Medio de la Usach, Dr. Sergio González, subrayó el papel de las universidades en el diálogo social, bajo un concepto formador no sólo de profesionales, sino también de ciudadanos con memoria cívica.
González indicó que “las universidades que estamos haciendo estos ejercicios de memoria activa estamos recuperando nuestra identidad más profunda. Entendemos que sigue viva la misión de universidad completa, que no solamente está en la lógica del aula, sino que también era parte de su misión el pensar el país, y el desarrollo. En ese sentido, el lema es ‘hacer y construir memoria’, porque nunca es tarde para decir Nunca Más”.
Erica Osorio fue estudiante de Construcción Civil y presidenta del centro de alumnos en 1973, hoy integrante de la Corporación Solidaria UTE-Usach, quien indicó que más que un acto de reparación, este es un gesto que permita un real debate por reconciliación: “El sentido es jamás olvidar, que jamás vuelva a pasar. Porque hay una condición de negación a lo que sucedió, y lo que es peor, de justificación. Los que vivimos eso tenemos el deber de dar a conocer de todas maneras todos los antecedentes, toda la historia a la gente. No importa estar de acuerdo, pero sí hacer ver, porque no es posible decir ‘lo merecían’. Nadie merece tortura, nadie merece muerte por pensar diferente. Nadie”.
Un camino inconcluso
En la Universidad Católica destacan casos como el profesor Juan Ávalos, cuya desaparición es vinculada por Luis Aguilar, al ex senador UDI Carlos Bombal, quien propició la información solicitada por la DINA, para que el docente fuera detenido ‘sin testigos’ el 20 de noviembre de 1975. Bombal era el jefe de Gabinete del Rector Jorge Swett Madge, quien le ordenó colaborar con los militares que perseguían al académico.
El 19 de octubre de 1973, Eugenio Ruiz-Tagle fue ejecutado en Antofagasta, junto a otras trece personas, por la Caravana de la Muerte. El estudiante de la U. Católica y militante del MAPU se presentó voluntariamente a la Intendencia de Antofagasta el 12 de septiembre, ante un requerimiento público.
Omar Venturelli era profesor del Departamento de Educación de la Universidad Católica, sede Temuco y miembro del grupo Cristianos por el Socialismo. Acompañado por su padre, se presentó el 24 y 25 de septiembre de 1973 ante los militares en el regimiento Tucapel. Pese a que se informó del arresto y posterior liberación, el 4 de octubre comenzó un peregrinaje de su familia para dar con su paradero, aún desconocido.
En el Asentamiento Nuevo Sendero, comuna de Paine, los militares irrumpieron de madrugada en la casa de los Lazo Maldonado. Se llevaron detenidos a los hermanos Carlos y Samuel, y también a los hijos de éste, Samuel y Luis Rodolfo. Samuel Lazo Maldonado era estudiante del DUOC, y su caso es parte de los detenidos desaparecidos arrestados en la llamada represión de Paine 1973.
Jilberto Urbina Chamorro esa militante del MIR y estudiante de Medicina en la Universidad Católica. Detenido el 6 de enero de 1975, fue víctima de torturas en Villa Grimaldi, donde también fue trasladada su esposa, Ángeles Álvarez Cárdenas, quien fue obligada a presenciar la tortura de su marido en una pieza contigua, en distintas oportunidades. El 25 de enero de ese año se perdió rastro de él, y es parte de los 119 casos de la Operación Colombo.
En la Usach, en tanto, el propio Rector Enrique Kirberg pasó por distintos centros de tortura, o el cantautor Víctor Jara, quien se encontraba en el campus al momento de su detención. Se subraya además casos de alumnas embarazadas, ejecutadas en dictadura.
Un caso conocido en la Usach es el de Gregorio Mimica, presidente del centro de alumnos de Ingeniería Mecánica en la Universidad Técnica del Estado, quien fue detenido el 11 de septiembre durante el desalojo al campus de Estación Central, llevado más tarde a Estadio Chile. Si bien fue liberado, tres días después fue nuevamente arrestado, pasando a ser un detenido desaparecido.
Cabe destacar que en septiembre de 1973, en la entonces UTE se preparó una colección de afiches que sería inaugurada por el presidente Salvador Allende, momento en que anunciaría la disposición de su gobierno a un plebiscito.
Michelle Peña es otra de las estudiantes desaparecidas de esta institución. Embarazada de ocho meses, la alumna de Ingeniería Eléctrica fue detenida en 1975, y vista por última vez con vida en Villa Grimaldi. Hasta hoy, se desconoce su paradero, tampoco se sabe respecto del eventual nacimiento de su hijo.
Ricardo Rioseco, también fue detenido por los militares, en Angol mientras visitaba a su padre, militante comunista.