La Comisión de Evaluación Ambiental de Aysén aprobó de manera unánime el Informe Consolidado del Estudio de Impacto Ambiental del proyecto hidroeléctrico Río Cuervo, de Energía Austral pretende construir en Puerto Aysén.
En mayo de 2012 la Corte Suprema acogió un recurso de protección interpuesto por opositores al proyecto luego que el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental de la región de Aysén aprobara el informe de impacto ambiental en desmedro del estudio donde previamente el Sernageomin recomendaba no darle luz verde.
El proyecto hidroeléctrico considera una inversión estimada de 733 millones de dólares y hace unos días la empresa Energía Austral entregó el estudio solicitado por la Corte Suprema.
La central Río Cuervo se enmarca dentro del complejo hidroeléctrico Energía Austral, la segunda mayor iniciativa después de HidroAysén, y que además incluye las centrales Blanco (360 MW) y Cóndor (54 MW), que inyectarán energía al Sistema Interconectado Central (SIC).
La central tendría una capacidad instalada de 640 MW y se ubicará al interior de la comuna de Puerto Aysén, en la región de Aysén, ahora queda a la espera de la aprobación de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA).
La oposición que ha generado este proyecto se basa en el potencial peligro que representa la construcción de la represa sobre la falla geológica Liquiñe-Ofqui, donde se mantiene en actividad el volcán Hudson, que provocó la erupción del volcán Chaitén en una zona de alto riesgo.
“Esa represa se va a construir sobre una serie de fallas, en una zona con altísimos riesgos de deslizamiento de tierra y de conos volcánicos. El peso puede lubricar la falla y producir sismos muy fuertes, cercanos a 8 grados, si se construye esta represa. Con mi familia, que mi papá es nacido acá en la zona, vamos a vender y nos vamos si es que se construye, con el dolor del alma”, afirma Mónica Díaz, del colectivo cultural Newentru-Domo.
Es por eso que las organizaciones cuestionan el funcionamiento de la Comisión que evalúa esta iniciativa, tal como indica Erwin Sandoval, integrante de la Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida.
“Esa es una institucionalidad que no está diseñada para rechazar proyectos. Cinco veces se ha estimado que al estudio de impacto ambiental del proyecto le faltaba información relevante y se han ido subsanando esos errores. Entonces, en ese sentido, cuando tienes una institucionalidad que no da el ancho para poder ponerle freno a ciertos proyectos, que se van arreglando sobre la marcha, obviamente que no tenemos la confianza como ciudadanos”, expresa.
La empresa preveía la entrada en operaciones de esta planta para el 2019. Sin embargo, las organizaciones sociales indicaron su intención de evitar que se concrete el proyecto y anunciaron que recurrirán a las cortes locales y los tribunales ambientales.
“Falta todo lo que es tendido eléctrico, ni siquiera han presentado un estudio, por lo tanto tienen como para cinco o seis años más sacando, por suerte, una posible aprobación de eso, mientras tanto se judicializa. Y un proyecto así se empieza a venir abajo económicamente, porque nadie quiere tener un proyecto parado ahí, diez, quince años, sin echarlo a andar. Y nosotros esperamos y estamos trabajando también para que se vayan generando las condiciones políticas donde este país va a cambiar y estos proyectos no van a tener nada que hacer en esta región ni en ninguna parte de Chile”, asegura la periodista local y actual candidata a concejala, Claudia Torres.
Recordemos que en la zona también se proyecta la construcción de HidroAysén, que busca levantar siete centrales en la Patagonia, iniciativa que también está altamente judicializada.