En el marco del desafío que implica el avance en el diálogo de una sociedad intercultural el Programa de las Naciones Unidas realizó un extenso trabajo de campo para obtener información sobre cómo se están desarrollando las relaciones entre las personas de origen indígena y los chilenos, tanto del pueblo aymara, como representantes de los pueblos del norte del país, como del pueblo mapuche del sur.

La respuesta fue positiva, cerca del 40 por ciento de los mapuche y el 62 por ciento de los aymara cree que las relaciones han mejorado. La visión del futuro de estas relaciones es más positiva, dado que el 43 por ciento de los mapuche y cerca del 70 por ciento de los aymara consideran que éstas van a mejorar en los próximos 10 años. En el caso de los no mapuche se observa una percepción algo más negativa dado que el 41 por ciento cree que éstas se mantendrán igual.

¿Qué quiere decir esto?, que si bien tanto indígenas como no indígenas reconocen la existencia del conflicto entre el Estado y los Pueblos Originarios, esta realidad no ha calado ni perjudicado aún las relaciones a nivel societal. Sobre esto se refirió en Conversación con Radio Universidad de Chile, María Eliana Arntz , Coordinadora del Programa de Interculturalidad de las Naciones Unidas.

“Yo creo que es una señal muy importante para el sistema político chileno. Aquí hay una demanda de la sociedad por el reconocimiento de los pueblos, eso está claramente recogido en la encuesta. Cuando decía que el 71% de personas no indígenas consideran que se debe restituir la tierra, sobre todo a la población mapuche, ese es un dato importante. Aquí no tenemos una sociedad que está desconociendo los derechos de los pueblos, y por lo tanto, lo que corresponde es que el sistema político se ponga a la altura de esa preocupación ciudadana”, explicó la Coordinadora.

Y efectivamente, el problema no es entre los ciudadanos. Incluso cuando se les consulta a los pueblos si han sido discriminados por su origen, cerca de un tercio reconoce que la discriminación es efectiva. Sin embargo, ésta aparece en tercer lugar, siendo más recurrente la discriminación basada en el estatus socioeconómico y Educación. Además, las nuevas generaciones se sienten menos discriminadas que las viejas, lo que también muestra un avance.

En ese sentido, la especialista afirmó que “hay una evolución de la sociedad chilena”. Con esto coincidió Hernando Silva, integrante del Observatorio Ciudadano, para quien se ha podido observar incluso un apoyo permanente de la sociedad chilena a los pueblos indígenas.
“Eso es producto del proceso histórico que está viviendo el país, en el que se están evidenciando las falencias estructurales respecto a distintos sectores de la ciudadanía y que, respecto a los pueblos indígenas, han ido generando mucho respaldo desde la ciudadanía. Hay un mayor involucramiento y apoyo en las reivindicaciones indígenas, lo que es completamente entendible que vaya aumentando con los años, ya que ha habido una apertura de los chilenos con respecto de estos conflictos”, señaló.

Sin embargo, esto no ha ido acompañado de los cambios políticos e institucionales que requiere el desarrollo pleno de los pueblos en Chile y cuando hay un evidente atraso en el reconocimiento y protección de sus derechos. Este sentido Silva añadió que el desafío entonces está en manos del Estado, el que debe incorporar las demandas de los indígenas y a los mismos en la elaboración de las políticas públicas que los competen, lo que no se está haciendo hoy en día.

Esta es una más de las demandas plasmadas en el Sistema Internacional de Derechos Humanos que nuestro país no está cumpliendo. De hecho, casi un tercio de las recomendaciones que ha recibido Chile en el Examen Periódico Universal de Naciones Unidas se refieren, justamente, a los pueblos indígenas.