Elecciones presidenciales: Diversos caminos en busca de la estabilización salvadoreña

El próximo dos de febrero tres candidatos compiten por la presidencia salvadoreña. El candidato del Partido Farabundo Marti para la Liberación Nacional es quien mejores pronósticos tiene. De llegar al poder, sería el segundo mandato consecutivo del partido, en una línea gubernamental impulsada desde la izquierda, pero cuyas soluciones han sido pragmáticas con el rol del mercado en los tiempos que corren.

El próximo dos de febrero tres candidatos compiten por la presidencia salvadoreña. El candidato del Partido Farabundo Marti para la Liberación Nacional es quien mejores pronósticos tiene. De llegar al poder, sería el segundo mandato consecutivo del partido, en una línea gubernamental impulsada desde la izquierda, pero cuyas soluciones han sido pragmáticas con el rol del mercado en los tiempos que corren.

“El Salvador con la tasa de muerte por alcohol más alta en América”, “La Iglesia pide solución a la violencia homicida en El Salvador”, “Cierre fronterizo en El Salvador afectó exportaciones nacionales”…

Al buscar información sobre El Salvador, las noticias no adelantan realidades muy alentadoras. El país más pequeño de Centroamérica vivirá un proceso eleccionario presidencial el próximo 2 de febrero. En él son dos los principales candidatos que se enfrentan para ocupar el sillón presidencial hasta 2019, y con esto, enfrentar los desafíos que se tornan urgentes en un país con algunas de las dificultades típicas en Centroamérica hoy.

Las encuestas replicadas por diversos medios del país
muestran una tendencia. Mayoritariamente, dan por triunfador al candidato oficialista y actual vicepresidente, Salvador Sánchez Cerén, representante del partido Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN), que se consolidó como la primera fuerza opositora izquierdista entre 1992 y 2009, para alcanzar el poder ese año por primera vez para su sector en la historia del país.

Frente a ellos, se presenta Norman Quijano, abanderado de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), la que hasta 2009 era la principal fuerza política del país. En tercer lugar aparece Elías Antonio Saca, de Alianza Política.

Actualmente, el país es dirigido por Mauricio Funes (FMLN), a quien se le atribuyen virtudes pero, como principal falencia, el ineficiente manejo en las finanzas públicas.

Desarrollo, población y migraciones, son parte de los otros desafíos que deberá abordar la próxima autoridad salvadoreña, que en espacio territorial deberá dirigir a la Nación con menos espacio, pero con más densidad de la región.

Algunos de los estudios indican realidades, tales como la excesiva emigración de las poblaciones más jóvenes, quienes -por falta de oportunidades- parten hacia otros lugares en busca de mejores condiciones. Otros desafíos señalados por indicadores internacionales son las tasas de educación, donde, por ejemplo, se señala que la tasa de finalización de educación secundaria para niñas pasó de 32 % en 2013 a 35 % en 2014; mientras que el gasto público en educación primaria pasó de 33 % hasta 50 %.

En cuanto a las cifras de violencia, si bien las pandillas se comprometieron a respetar las elecciones de este 2 de febrero, lo que da cuenta de la “tregua” que mantienen las maras con el Gobierno –lo que según cifras oficiales ha reducido de 14 a 6,8 homicidios por día- , desde la sociedad civil son constantes los llamados a la paz: “Las nuevas autoridades ojalá puedan encontrar la solución de esta problemática que rebasa sin duda a las autoridades mismas. Debe involucrarse toda la sociedad, ojalá encontremos una forma, una manera de solucionarlo”, declaró el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, en una rueda de prensa en la céntrica catedral capitalina.

Cristián Garay, académico e investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago (Idea), refuerza las ideas de los principales desafíos, centrando su atención en el tema de la violencia que enfrenta no sólo El Salvador, sino que es un fenómeno compartido en Centroamérica.

De concretarse los pronósticos, Sánchez Cerén sería el segundo presidente de izquierda del país, lo que a juicio del académico consolida una línea, la que sin embargo, diverge de otros gobiernos de esa sensibilidad en el continente. La relación de El Salvador con Estados Unidos no es lejana y eso no debería cambiar, indicó el profesional.

“El Salvador, a pesar que esta sería la segunda administración del Frente Nacional, tiene una situación distinta a otros gobiernos izquierdistas y ha tenido una relación cautelosa y cercana del gobierno norteamericano”, explicó el analista.

Para el analista Guillermo Holzmann, esta divergencia dice relación con líderes con un pasado izquierdista que enfrentan los problemas de su país bajo un contexto neoliberal.

“Son partidos políticos que viniendo de izquierda, son más pragmáticos. Son partidos de izquierda que están implementando modelos de globalización basados en el neoliberalismo, se han sumado a las directrices del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, a su vez, tratan de resolver las situaciones de la sociedad, donde los problemas encajan muy bien con los discursos tradicionales de izquierda”, señaló.

Eduardo Dockendorff, académico de la Universidad de Chile, resalta, pese a las dificultades, el proceso vivido por El Salvador, “logrando avanzar en su proyecto de paz y perseverancia democrática”, que a juicio del investigador, responden a un férreo compromiso y solidaridad de toda una Nación.

“Hay que recordar que El Salvador, como parte de los acuerdos de paz, desmovilizó a la mitad de su Ejército y a la mitad de su guerrilla, hay que imaginar la voluntad, el compromiso y generosidad política para hacerlo”, el académico además agregó que “se están viviendo momentos difíciles, confío que El Salvador logre perseverar en su proyecto de paz y de consolidación democrática, pero la democracia es así, ganará quien saque más votos”, puntualizó indicando que “tiene especial respeto y consideración por quienes después de haber empuñado las armas, asumieron en serio el compromiso democrático”, concluyó.

El 2 de febrero, unos 4,9 millones de salvadoreños habilitados para votar deberán elegir al nuevo presidente, a los que por primera vez se suman los residentes en el extranjero. Tres son los candidatos que disputan el sillón del Palacio Nacional de El Salvador para suceder a Mauricio Funes, actual primer mandatario.

En lo policial, más de 22 mil efectivos darán seguridad a los comicios, según se informó desde el ministerio salvadoreño de Justicia y Seguridad Pública.





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