Wikileaks, el sitio participativo informante fue fundado por el ciberactivista australiano Julian Assange. La iniciativa se ha conocido a través del mundo por el “efecto bomba” que generan sus publicaciones.
Algunos de los temas revelados por la página son informaciones relevantes sobre Guantánamo, las guerras de los Estados Unidos y la diplomacia internacional, esto gracias a la acción de anónimos preocupados por la legitimidad de las acciones gubernamentales y militares.
En una charla llamada “geopolítica de Wikileaks”, el especialista francés en Comunicación Política de la Universidad Lorraine, Arnaud Mercier, sostuvo que la transparencia de los intercambios diplomáticos reivindicada por Wikileaks cambió la naturaleza de la comunicación política.
“Claro que Wikileaks representa una nueva escapatoria, porque los Estados tenían hasta ahora posibilidades para controlar la información en escala nacional y limitar los efectos de un escándalo en la esfera nacional. Con Wikileaks, hubo un fenómeno de internacionalización de la circulación de la información y del escándalo”, señaló Arnaud Mercier.
Además de modificar la envergadura de los escándalos, el ciberactivismo aumentó la vigilancia de los gobiernos, explicó Daniel Aguirre, profesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chiley experto en la implicancia de la tecnología en la Política Internacional.
El académico de la U. de Chile manifestó que “hasta ahora no estamos muy seguros en término del análisis internacional si esto va a realmente ser la tendencia que va seguir en la escena adelante, considerando que los grandes poderes han podido de cierta manera acorralar o dejar actores o los símbolos de este grupo encarcelados. Hablamos de Assange, que está atrapado básicamente en Inglaterra en la embajada de Ecuador, hablamos de Snowden que también está en Rusia con asilo, y hablamos por supuesto del soldado Manning que está encarcelado en Estados Unidos, considerado traidor de la patria.”
Frenado por los gobiernos y criticado por su falta de deontología, Wikileaks fue sujeto de una película en 2013. “El quinto poder”, realizado por Bill Condon, muestra la historia de la creación del sitio ideado por Julian Assange y la controversia por su falta en control de los datos. Según el especialista Arnaud Mercier, el portal informante del ciberactivista no puede ser considerado como un medio como tal, por ausencia del trabajo periodístico en sí.
Mercier aclara que “finalmente Wikileaks no puede actuar solo. Porque es un buzón electrónico protegido que permite a los informantes, los famosos “whistle browers” de expresarse. Pero Julian Assange sintió la necesidad de pedir a los diarios tradicionales más prestigiosos como el New York Times, el Guardian, para tratar esas informaciones y darlas todas su valor. Porque al final es la etiqueta “periodista” que da todo el valor a la información.”
Verificar y controlar los datos es el valor añadido que traen los periodistas a la información. Pero lo que le debemos a Wikileaks es el desarrollo del contrapoder ciudadano y “cambiar la reina del juego”, concluyó el profesor Daniel Aguirre.