La Guardia Nacional estadounidense se desplegó ayer en Ferguson, localidad que ha vivido una ola de protestas debido a la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco. Recién anoche se levantó el toque de queda, según anunció el gobernador Jay Nixon, pero la jornada terminó con tiroteos que dejaron dos heridos a bala y decenas de detenidos.
Las protestas y la violencia no han cesado en Ferguson desde que el 9 de agosto un policía blanco mató a tiros a Michael Brown, un joven negro de 18 años que estaba desarmado.
El presidente Barack Obama interrumpió sus vacaciones de verano durante dos días para analizar con sus principales asesores los sucesos en Irak y en Ferguson, Missouri, dos lugares donde ordenó a su gobierno que intervenga.