El informe sobre explotación sexual comercial infantil hecho por la ONG Raíces indicó que entre 2007 y 2012 programas del Ministerio de Justicia han atendido a 6372 niños abusados.
Un 50 por ciento más de la cifra que entregó la última encuesta oficial realizada por el gobierno en 2004, que indicó que los niños y niñas abusados alcanzaban los 3179.
Cifras que demuestran el aumento en el último tiempo y que requiere de una respuesta del Estado y de la ciudadanía para prevenirlo, según manifestaron desde la ONG. Para su representante, Lorena Poblete, los contextos donde surgen estas situaciones se crean en una “dinámica de intercambio”, donde el adulto le entrega algo al niño a cambio de mantener una relación sexual. Este objeto transable puede ser, dinero, objetos hasta incluso protección, dice la experta. “Estamos hablando de niños y niñas que no están bajo la protección de un adulto responsable, de una comunidad garante, de un Estado garante, son niños que estaban siendo invisibilizados. Por lo tanto, el explotador puede generar esta dinámica de intercambio y lo que va ocurriendo allí es que esa experiencia se vuelve una cosificación de la sexualidad”.
Para Lorena Poblete lo que se produce es que el niño ve su cuerpo como una mercancía y lo convierte en un objeto para obtener cosas y lo intercambia: “Esto se suma a la poca información que tienen los jóvenes para poder resistirse a este tipo de abuso”, agrega.
Otro de los datos que se revelan en el informe es la transversalidad de posibles víctimas: “La situación puede ocurrirles a niños y jóvenes de diferentes estratos sociales y es necesario que la comunidad, tanto adultos como niños, sean sujetos de protección y prevención”, explican desde las organizaciones viculadas a materias de infancia.
Para Lorena Poblete, una forma de prevenir esto es la información y que los padres puedan hablar con sus hijos e hijas para que los niños y jóvenes sean actores de su propia protección. Así lo demostró la iniciativa del Consejo Consultivo de Quilicura, que logró que tres jóvenes puedan explicar cómo se logra esta prevención.
“Conversar este tema y que sea más tratado, porque muchas veces donde ven que los niños son chicos entre comillas para ellos, no se les conversa mucho este tema y por lo mismo los niños de repente en los colegios tienen miedo a preguntar y a informarse porque ya saben las respuestas que los profesores les van a dar”, explicó Hugo Gacitúa, uno de los participantes de la iniciativa.
En síntesis lo jóvenes indicaron que la solución es que se los escuche, que haya una ley integral y que se potencie el diálogo para que los niños estén informados. Esto, sumado a la petición ONG Raíces de que haya una legislación más fuerte para que los abusadores permanezcan más de 541 días en prisión y que las organizaciones que trabajan en la infancia sean más apoyadas.