En entrevista con Radio Universidad de Chile, la presidenta de la Fech, Valentina Saavedra, analizó el rumbo que ha tomado la reforma educacional en el primer año de gobierno de Michelle Bachelet.
La dirigente universitaria también proyectó el rol del movimiento estudiantil en la discusión legislativa de 2015, así como el futuro de la Confech con la llegada de una federación dirigida por el gremialismo (Feuc).
¿Cómo evalúas al gobierno sobre su relación con los movimientos sociales y quienes han intentado incidir en la primera parte de la Reforma Educacional?
El gobierno está más dispuesto a ponerse de acuerdo con aquellos que están en contra de los cambios antes que ponerse de acuerdo con los actores sociales que fuimos quienes construimos también las condiciones para que existiera una reforma educacional. Nosotros esperamos que aprendiendo de los errores para que el próximo año, el gobierno se pueda abrir a llegar a acuerdos con los actores de la educación.
En enero se discutirá y votará el proyecto que pone fin al lucro, selección y copago. ¿Piensas que se va a cumplir con el compromiso presidencial de terminar con el mercado en la educación?
Vemos que las indicaciones que se quieren reponer van muy en la línea contraria a finalizar con aquellos mecanismos a los que nos hemos opuestos. Por ejemplo, el hecho que se esté discutiendo tan seriamente la posibilidad de los arriendos o de ingresos de los bancos para los préstamos a las instituciones, nos parece todo lo contrario al finalizar con el lucro. De hecho es crear vías por donde se pueda lucrar.
Si bien este 2014 las organizaciones sociales fueron escuchadas por el gobierno, el movimiento estudiantil no tuvo un rol incidente en la discusión de esta primera parte de la reforma. ¿Cómo enfrentarán el 2015 para defender el rol de la educación pública en las reformas que restan?
Apostamos a que el movimiento social también sea parte de un acuerdo amplio en donde, obviamente, esté el gobierno y se definan cuáles son esos principios. Para nosotros el corazón de la reforma debiese ser el fortalecimiento de la educación pública y cada una de las medidas que se estén tomando vaya en post de fortalecer la educación pública, de fortalecer las instituciones.
En esta misma línea, ¿cómo proyectas la relación del movimiento estudiantil y social con el Gobierno y el Parlamento, en momentos en que se habla de “cocinas” para sacar adelante las reformas?
Es necesario que se escuche a los movimientos sociales no solamente en cuanto a planteamos demandas, sino también, como construimos las soluciones. Porque vemos que hoy ni el Parlamento ni La Moneda han sido capaces de procesar los conflictos sociales, pues, son, de alguna manera, malestares que ellos no son capaces de incorporar dentro de sus mismos debates. Vemos que la única forma de encontrar solución a estos conflictos es que los mismos actores sociales, que somos quienes vivimos las contradicciones de una educación de mercado, seamos, también, parte de las soluciones.
Los desafíos de los estudiantes para 2015 no sólo están en la discusión e incidencia de las reformas. También, deberá sortear las diferencias que existen al interior de la Confech. Al respecto, ¿cómo proyectas la relación con la Feuc que hoy está en manos del Movimiento Gremialista?
El hecho que la Feuc sea gremialista obviamente no requiere de una polémica para plantear que hay diferencias. Las diferencias son notorias, sin embargo, hay que enfrentarlas en el debate de plantear cuales son nuestras posiciones y discutirlas. En la Confech siempre ha habido posiciones distintas. A través de la representación de esos espacios vamos a tener que llegar a acuerdos.
Recordemos que en la agenda legislativa del gobierno la reforma a la educación superior está en tercera prioridad, luego que se discuta la nueva carrera docente y la desmunicipalización. En este escenario, el movimiento estudiantil pretende ser un agente de incidencia en 2015.