Esteban Valenzuela adelanta Agenda Corta de descentralización para RM

El presidente de la Comisión de Descentralización, quien conversó con Radio Universidad de Chile planteó que trabajarán junto a Claudio Orrego en la Agenda Corta convocada por el Intendente, para decirle a la Presidenta Michelle Bachelet que para empoderar a los gobiernos metropolitanos “no se requiere reforma legal sino voluntad”.

El presidente de la Comisión de Descentralización, quien conversó con Radio Universidad de Chile planteó que trabajarán junto a Claudio Orrego en la Agenda Corta convocada por el Intendente, para decirle a la Presidenta Michelle Bachelet que para empoderar a los gobiernos metropolitanos “no se requiere reforma legal sino voluntad”.

La Comisión de Agenda Corta para la descentralización de la Región Metropolitana, convocada por el intendente Claudio Orrego, se reunirá mañana para empezar un trabajo que deberá proponer de aquí a marzo proyectos que se puedan impulsar a nivel regional. La instancia, formada por distintas figuras relacionadas al tema, tendría como fin abordar áreas como la movilidad, el desarrollo urbano, generación de espacios públicos y coordinación de inversiones públicas y privadas.

Pero no todo será tan acotado y las proyecciones de esta entidad irían mucho más allá, según expresó el presidente de la Comisión de Descentralización, Esteban Valenzuela, quien forma parte de la iniciativa de Agenda Corta y considera que es momento de empoderar a la administración local.

¿Cuáles son las motivaciones de esta convocatoria?

Claudio nos juntó a varias personas que somos bien distintos políticamente. Y como se trata de la banalidad frente a los partidos que no quieren hacer ninguna transformación… ¿Cómo logramos que la Región Metropolitana ayude al proceso de descentralización de empoderamiento real a partir del traspaso de poderes al gobierno regional por medio de su intendente que sea pragmático, realista, al grano y que demuestre además que las cosas se pueden hacer mejor?

Lo que estamos planteando es lo obvio, puras cosas de perogrullo de todas las ciudades y los países “desarrollados” tanto en Europa como América Latina. Él (Orrego) está dispuesto a pedir que el sistema de parques esté en sus manos, que el transporte del Metro lo maneje el intendente, a ser presidente del Metro, que le pasen el Transantiago y eso es un intendente de verdad.

150 años después de Vicuña Mackenna, 180 años después que el centralismo le quitó la autonomía provincial a las regiones viene un intendente que dice “yo no estoy para los partidos de futbol de alto riesgo, ni para andar hablando de los problemas sin tener poder. Sino que estoy dispuesto a asumir las competencias de los gobiernos metropolitanos, del transporte, los trenes, los metros, la cuenca, los parques intercomunales las vías estructurantes, para generar además solidaridad estrcutural”.

Este asco de Santiago, de Borde Río en Vitacura, de los estándares de Avenida Kennedy, mientras en Santa Rosa al final en la Pintana, siguen acumulándose cientos de toneladas de escombros y de basura. Entonces ¿cómo nace una ciudad más solidaria y nos hacemos cargo de los problemas estructurales? Vamos a trabajar con Orrego para decirle a la presidenta “mire, esto no requiere reforma legal, esto requiere su voluntad”.

El intendente está dispuesto a asumirlos y además en caso del gobierno central pucha que le haría bien, y no lo digo peyorativamente, que en vez de que un funcionario de segundo rango de la empresa Metro este respondiendo por los problemas, haya un intendente que dice “yo me juego la vida, con mi consejo regional y mi consejo de alcaldes para mejorar los sistemas de transportes y calidad de vida de una región” y en este caso es la Región Metropolitana.

¿Esto se extrapola a otras regiones?

Hay regiones con intendentes maravillosos, como Montecinos en la región de los Ríos, que es una región que ya ha hecho innovaciones como trasladar a La Unión y Río Bueno todos los servicios que tiene que ver con el agro, no está todo en Valdivia. Montecinos ha estado pidiendo cambios del modelo, queremos hacernos cargo del transporte público, hacernos cargo del desarrollo económico. Hay regiones como Antofagasta y Concepción que vienen pidiendo que les entreguen la Corfo, y que se deje de ser el pituteo de empresas medianas, grandes y consultoras que andan haciendo lo mismo de siempre en Santiago. Lo importante es que en la descentralización, ante todo el centralismo y los pitutos de las elites, haya actores regionales que se pongan las pilas.
El problema de la descentralización no es un problema contra Santiago, la capital también padece del centralismo. Entonces lo del alcalde, lo del intendente Orrego se suma a otras regiones como Magallanes, como Los Ríos, el Biobío, Antofagasta y Arica que han empezado a pedir el traspaso de competencias.

¿Qué papel tendrían los Cosejeros Regionales en estos cambios?

Esto hay que hacerlo con los Core sin lugar a dudas. Nosotros somos críticos del presidencialismo, en los países desarrollados nadie es el dueño de las cosas. Por eso es que a Orrego le hemos dicho que él tiene que hacer su política de desarrollo metropolitano con el Consejo Regional y el Consejo de Alcaldes.

¿Cuáles serían las principales responsabilidades?

Eso está claro. En todo el mundo hay cinco competencias con todo el poder que están entregados a los gobiernos regionales y metropolitanos: Transporte público, vías estructurantes, aguas lluvia, basura y parques intercomunales. Toda esta brutalidad que tiene Santiago con los peladeros de cerro Renca, Chena, polvo en suspensión y para que decir todo el norte Huechuraba. No tiene un sistema de red de parques y seguimos con el cerro Santa Lucía que se construyó a mediados del siglo XIX, junto al cerro San Cristóbal a comienzos del silgo XX y no ha habido nunca más un sistema de parques metropolitanos consistente y grande, ni siquiera al borde del río Mapocho, administrado por una autoridad metropolitana. Ni siquiera la ciclovía porque no está entregada claramente la potestad de transporte a un gobierno metropolitano. Entonces trata eso de demostrar que la descentralización no es un sueño, no es un proceso, no es una cuestión burocrática, sino que un traspaso de poder para ponerse las pilas y mejorar la calidad de vida aquí y ahora.

¿Los proyectos largos chocarían con la elección de intendentes?

Cuando se hacen las cosas bien, los planes van más allá de su período, son quinquenales, multianuales y por tanto uno los puede transformar y además depende de los acuerdos con los Cores y el consejo de alcaldes. Aquí no es un problema del culto a la personalidad, aquí son programas como por ejemplo un plan de ciclovías: supongamos que el alcalde de Puente Alto se opone a la ciclovía a San Bernardo, porque pasa por un borde de Puente Alto… tendrá que acatar lo que determine el consejo de alcaldes con el Core.

Para el bien común y la colegiatura, tiene que haber planes que se aprueban con todo el diálogo posible buscando consenso pero hay que cortar el queque. Por eso la humanidad y el mundo desarrollado inventan los gobiernos regionales metropolitanos que tienen potestades y no esta distorsión entre muchos municipios y oficinas ministeriales. La buena descentralización es la concentración a nivel territorial adecuado que no depende del intendente de turno.

Lo importante es que el intendente Orrego ha entendido que este proceso que hemos abierto hay que tomárselo, o si no, no va a pasar nada y él está respondiendo adecuadamente al igual que otros intendentes de otras regiones.
¿Cuáles son los ejemplos de centralización de la Región Metropolitana?

La desigualdad. Ahora vamos a gastar 400 millones de dólares por medio del Ministerio de Obras Públicas que viene de la era de Piñera en soterrar parte de Américo Vespucio en la zona de Plaza Egaña para el barrio alto y no tenemos conectado con una placa de parques y servicios a Lo Espejo, que se encuentra dividido por la línea del tren. Tenemos los peladeros en Renca y en Cerro Navia, un basural en Pudahuel donde no hay siquiera canales para regar las canchas de fútbol, o sea, la desigualdad en Santiago es cómo decía una vieja canción de un compañero del Mapu, Payo Grondona, tomar un microbús por Américo Vespucio.





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